Jozabed puso luces y sombras: marc¨® en las dos porter¨ªas
El rayista primero marc¨® un autogol y quince minutos despu¨¦s empat¨® al remachar un penalti lanzado de Trashorras y despejado por Guaita.
Que el f¨²tbol es un deporte de oportunidades qued¨® refrendado en el Coliseum. O un juego de ida y vuelta. Jozabed, que se hab¨ªa marcado un gol en propia puerta en el 58¡¯, acab¨® empatando quince minutos despu¨¦s al aprovechar el rechace de un penalti parado por Guaita a Trashorras. Vigaray, que hab¨ªa cometido inocentemente dicho penalti, un minuto despu¨¦s casi marca al acabar su remate de cabeza rebotando en el larguero, tras pifia de Juan Carlos. Vigaray debe hacerse mirar la autor¨ªa de penaltis absurdos, pues ya hizo dos en el S¨¢nchez Pizju¨¢n y otro el de esta noche. Es joven, s¨ª, pero¡?
La primera sorpresa del partido lleg¨® en las alineaciones: Escrib¨¢ dej¨® fuera de la convocatoria a Pedro Le¨®n y Paco hizo lo mismo con Manucho. Hasta ahora no se hab¨ªan perdido una cita de este campeonato.?
Getafe y Rayo expon¨ªan sus argumentos para decidir cu¨¢l de los dos es el tercer equipo de Madrid, versi¨®n conformista del ¡®qui¨¦n manda en la capital¡¯ que corean madridistas y atl¨¦ticos.?
Con el Rayo adelantando su l¨ªnea defensiva hasta la mediana del campo, el Getafe no le discuti¨® y acept¨® recostarse atr¨¢s. Fue el Getafe el que cre¨® la primera ocasi¨®n del partido, aunque lo hizo a favor del Rayo. Una cesi¨®n de Vel¨¢zquez no muy acertada puso en aprietos a Guaita y el bal¨®n lleg¨® a pies de Trashorras, quien queriendo sacar provecho del desconcierto local prob¨® fortuna desde treinta metros. No pill¨® desprevenido a Guaita, pero sac¨® un c¨®rner.?
Al cuarto dehora, una certeza sorprend¨ªa a los asistentes: el que dominaba, y c¨®mo, era el Getafe. Los inteligentes desmarques de ?lvaro daban vida al juego de Escrib¨¢. Bien por velocidad o fintando a los defensas, el caso es que ?lvaro siempre se las apa?aba para ganar los espacios. Jugaba el Getafe y el que rascaba una y otra vez las piernas del rival era el Rayo. Un ejemplo las tarjetas consecutivas que iban cayendo a los visitantes, Baena, Javi Guerra, Trashorras.?
El Getafe cort¨® la central de suministros del Rayo tapando a Trashorras y dejando a Llorente escondido en su funci¨®n de sacar el bal¨®n desde atr¨¢s. Resultado: ni una ocasi¨®n clara rayista en toda la primera parte. En los locales, ?lvaro (de libre directo), Cala (de cabeza) y Lafita (desviado) buscaron el gol.?
Lo que en cualquier otro entrenador se entender¨ªa como una excentricidad, realizar un cambio antes del descanso, en Paco es lo m¨¢s parecido a una patente. Y as¨ª, en el 37¡¯, el camino a la ducha fue la ¨²ltima carrera del partido que se dio Beb¨¦. Paco debi¨® entender que se hab¨ªa equivocado ¨¦l en la alineaci¨®n, porque Beb¨¦ fue el ¨²nico que ofrec¨ªa una soluci¨®n para el ataque, ni Javi Guerra ni mucho menos Jozabed. El error capital del portugu¨¦s pudo ser perder dos balones, pero por ese delito deb¨ªan haber sido decapitados todos los que jugaron en el Coliseum.?
Tras la reanudaci¨®n el Getafe acentu¨® su superioridad. En el 54¡¯, V¨ªctor tuvo un clar¨ªsimo mano a mano que bloc¨® Juan Carlos. En el 60¡¯, Lafita tuvo una doble oportunidad, pero de nuevo apareci¨® Juan Carlos. El portero, de lejos, fue lo mejor del Rayo.?
Como la culpa en el gol de Getafe la tuvo Dorado, a quien Lafita le intercept¨® una salida de bal¨®n, Paco le castig¨® de inmediato y le mand¨® al vestuario. As¨ª es Paco, con ¨¦l, bromas las justas.
V¨ªctor, muy fall¨®n, volvi¨® a tener una ocasi¨®n en el 70, pero su disparo fue muy inocente. Tuvo ocasiones de sobra el Getafe para sentenciar el partido, pero acab¨® por no ganarlo debido al penalti cometido por Vigaray. El primer remate del Rayo entre los tres palos hab¨ªa sido de Ebert, en el 71¡¯. Clara superioridad azulona.