La fe de Nacho derrota al PSG

No quieran descifrar el f¨²tbol. Cuando crean haberlo conseguido, Nacho marcar¨¢ el gol de la victoria. Con la izquierda, siendo diestro. No hagan pron¨®sticos contra el azar. Seg¨²n nombren a sus futbolistas favoritos ir¨¢n cayendo como fulminados por un rayo justiciero. As¨ª se lesionaron Verratti y Marcelo, sin que mediara ni patada ni violencia. Rotos de manera fortuita. Dos desgracias que en teor¨ªa deb¨ªan devaluar el partido y que sin embargo permitieron la entrada de dos protagonistas, Nacho y Rabiot.

La lecci¨®n de humildad sirve para los aficionados, pero se?ala principalmente a los entrenadores. No mandan tanto. El partido se colaps¨® cuando Madrid y PSG se parecieron a Ben¨ªtez y Blanc, cuando los jugadores siguieron sus instrucciones a rajatabla. Presionar, pero no tanto como para abandonar la posici¨®n. Mirar hacia delante pero sin perder de vista lo que ocurre por detr¨¢s. Salir y quedarse.

As¨ª las cosas, tuvo que ser la suerte, en ¨ªntima colaboraci¨®n con el infortunio, quien tom¨® cartas en el asunto. Las lesiones, sucesivas y contumaces, lo descolocaron todo. El m¨¢s beneficiado fue el PSG, lo que nos indica que Verratti (22 a?os) no es tanto, o que Rabiot (20) es m¨¢s. El Madrid jug¨® aturdido durante media hora, contra las cuerdas, a merced de de su rival. Ibrahimovic, cerca de su mejor versi¨®n, pudo marcar dos goles, quiz¨¢ tres. Cuando no le fall¨® la porter¨ªa, le falt¨® un poco de pie, lo que no deja de ser una broma macabra cuando se calza un 47. Matuidi tambi¨¦n pudo adelantar al PSG.

De tal modo se dibujaba el panorama cuando marc¨® el Madrid. Kroos chut¨® desde fuera del ¨¢rea, el bal¨®n tom¨® altura al golpear en Thiago Silva y el portero del PSG fue en su busca sin atender a la presencia de Nacho. El canterano lleg¨® antes a la pelota y meti¨® la zurda de manera peculiar, quiz¨¢ la ¨²nica posible para alcanzar el gol.

No se amilan¨® el PSG: Rabiot chut¨® al palo y Cavani no supo empatar pese a encarar a Keylor en ventaja. El resumen de la primera mitad no admit¨ªa discusi¨®n: nadie sabe nada.

Equilibrio

En la segunda mitad, el partido se liber¨® de los entrenadores. La consecuencia es que el Madrid creci¨® y su rival tuvo m¨¢s problemas para gobernar el juego. Se igual¨® la contienda y descubrimos entonces la principal debilidad del PSG: es un equipo absolutamente desapasionado, incapaz de sentir rabia. Se nota que sus jugadores defienden un escudo sin historia, con apenas 45 a?os de vida. Dif¨ªcil remontar en esas condiciones y frente a un rival que est¨¢ inspirado por su estadio y por su leyenda en la Champions. Por cierto, el Madrid ya est¨¢ en octavos.

Dos ¨²ltimos apuntes: Di Mar¨ªa nos despert¨® la nostalgia y Cristiano no existi¨®. El argentino fue el alma de su equipo y su ¨²nico pecado (venial) fue ser demasiado generoso. En el rendimiento (nulo) del portugu¨¦s debi¨® influir su encontronazo con Florentino, que esper¨® la llegada de los futbolistas al estadio para preguntarle delante de una c¨¢mara de televisi¨®n por sus declaraciones en Kicker (¡°?Si me ir¨¦, alg¨²n d¨ªa del Madrid? ?Por qu¨¦ no?¡±). Blanc no hubiera so?ado jam¨¢s un marcaje tan efectivo como el del presidente. Nadie sabe nada, como ha quedado dicho. Pero algunos saben menos.