A la Eurocopa con dolor
Dureza extrema de Luxemburgo y lesiones de Morata y Silva. Cazorla lider車 a la Selecci車n e hizo dos goles y Alc芍cer firm車 los otros dos. El partido del lunes ante Ucrania es un tr芍mite.

Con dolor, entre pitos (a Piqu谷, mezclados con palmas) y flautas (las de Cesc y Cazorla sonaron a gloria) y contra una selecci車n de brocha gorda Espa?a ingres車 en la Eurocopa de Francia. Los goles de Alc芍cer, delantero hecho para este equipo, aliviaron la consternaci車n por las lesiones de Silva y Morata. A Luxemburgo no le libr車 de la paliza su dureza extrema.
Partidos as赤 cuestionan la democr芍tica costumbre de la UEFA de no filtrar las fases de clasificaci車n y obligar a los poderosos a jugar en territorios inh車spitos y premiar a los d谷biles con ex芍menes ante los mejores. Dijo Del Bosque en la v赤spera que Luxembugo, equipo de gama baja. llegaba con vocaci車n de progreso y modernidad, pero en Las Gaunas compareci車 una selecci車n que emple車 desmedidamente la fuerza, que jug車 a menudo al otro lado de la ley y que le hizo antip芍tico el partido a Espa?a en el peor de los sentidos. A los cinco minutos Gerson nos arrebat車 la varita m芍gica con un tornillazo destemplado que dobl車 irremediablemente el tobillo de Silva. A la media hora sucumbi車 Morata, en un lance menos malintencionado y ciertamente in迆til. Le cay車 encima Malget en una jugada ya anulada por fuera de juego. Dos lesiones que dejaron tan mal cuerpo como los pitos a Piqu谷. La m迆sica, de viento, se merend車 a la letra de apoyo que, con no demasiado 赤mpetu, ped赤a la indulgencia para el azulgrana. La molesta costumbre fue otro elemento de distracci車n para un equipo que pesta?e車 con el buen juego.
Del Bosque dej車 claro que Cazorla est芍 por delante de Thiago en el escalaf車n y el asturiano puso empe?o y buen sentido en ese papel de piloto que un d赤a asumi車 Xavi y luego hered車 Iniesta. M芍s sin Silva, el futbolista que debe conducir a Espa?a a su renacimiento.
Demasiados bruscos.
As赤, sorteando patadas de los luxemburgueses, Espa?a rache車 su f迆tbol combinativo y en corto, casi siempre con desembocadura en el centro, con largos periodos de ausencia. Le fue mejor por la derecha, con Juanfran, que por la izquierda, con Jordi Alba. Bartra caus車 buena impresi車n, Cesc prepar車 los dos primeros goles y le meti車 prote赤nas al ataque Pedro, que con Espa?a siempre anda en su mejor versi車n. Tambi谷n Morata, en la media hora que dur車, se puso a la altura de esa Espa?a peque?a, revoltosa y mareante ofreci谷ndose al espacio y como estaci車n de paso, sin el ego赤smo del nueve. Le regal車 una gran asistencia a Cazorla que acab車 en el larguero poco antes de que el asturiano abriese la puerta de la Eurocopa con un gol cuidadosamente elaborado por Cesc, Juanfran y Pedro. A Luxemburgo le sobrevino el lumbago en cuanto le buscaron la espalda.
De ah赤 al final se jug車 entre la conmoci車n por los ca赤dos y el relajado convencimiento de que Luxemburgo estaba liquidada con un gol. Pero llegaron tres m芍s. Alc芍cer no dej車 pasar su ocasi車n en dos env赤os dulces de Cesc y Jordi Alba (este centr車 cuando el bal車n ya hab赤a sobrepasado la l赤nea de fondo) y firm車 su sexto tanto en nueve partidos. El juego de La Roja le cae como un guante. Y la desgracia de Morata y el malhumor de Diego Costa le despejan el horizonte.