Nico Gait¨¢n aniquila al Atl¨¦tico

Hasta el minuto 30 era el partido perfecto. La mejor historia jam¨¢s contada resumida en un susurro (¡°Correa marcar¨¢ una ¨¦poca¡±) y un grito af¨®nico, largu¨ªsimo: ¡°Correaaaa¡±. Y es que Angelito no s¨®lo hab¨ªa sido titular con el Atl¨¦tico por primera vez. Es que, en el minuto 23 hab¨ªa marcado ya el primer gol del partido, su primero en Europa. Ni Spielberg lo hubiera escrito mejor. Pero alguien invit¨® a Nico Gait¨¢n al rodaje y todo el gui¨®n se torci¨®.

Hab¨ªa avisado el Benfica nada m¨¢s comenzar el partido con un slalon de Jonas con m¨¢s intenci¨®n que peligro. Pero la grada pronto lo olvid¨®. Se encargaron Juanfran, Griezmann y Correa: el lateral puso un centro perfecto desde la derecha, el franc¨¦s asisti¨® y Correa, que caz¨® el bal¨®n de primeras, lo golpe¨® con el alma para encajarlo en la red, a la izquierda de Julio C¨¦sar. El Calder¨®n estall¨® en j¨²bilo. Los jugadores tambi¨¦n. Y Correa, emocionado, se besaba los brazos y apuntaba al cielo. Qu¨¦ premio. Al fin. Despu¨¦s de tanto tiempo.

El Atl¨¦tico dominaba y la distancia, incluso, pod¨ªa haber sido mayor ya si Rocchi hubiera pitado una mano de Almeida en el ¨¢rea (que fue) tras un disparo de Tiago. O si Jackson, el pobre, hubiera metido alguna. Se le vio mucho m¨¢s enchufado. La buscaba, se asociaba y se desmarcaba, pero no le entran. No, no y no. Tuvo tres y una se fue fuera, otra al poste y otra m¨¢s al portero. El Atleti agobiaba a los portugueses con c¨®rners (siete en la primera parte) y remates (trece), pero no marc¨® el segundo y, claro, luego, lo pag¨®. Fue el minuto 35, cuando Gait¨¢n decidi¨® entrar en escena.

Lo fabric¨® Semedo con una carrera por la banda derecha y un centro al ¨¢rea que prolong¨® God¨ªn al intentar despejar. El bal¨®n le cay¨® a Gait¨¢n, que estaba solo, libre de marca, y se sac¨® una volea fort¨ªsima de la bota izquierda para tumbar a Oblak. Era la primera vez que el Benfica llegaba a su ¨¢rea. Y a los hinchas portugueses no se les ocurri¨® celebrarlo de mejor manera que arrojando bengalas sobre los aficionados rojiblancos. Una lluvia roja que lleno de tinieblas el Calder¨®n y encresp¨® el juego en el c¨¦sped: Jackson y Eliseu casi llegaron a las manos y Rocchi le perdon¨® la tarjeta al segundo. S¨ª se la sac¨® al primero. Y a Samaris, que pasaba por all¨ª.

Cuando comenz¨® la segunda parte se hab¨ªa ido el humo de bengalas, pero no las sombras, que cercaban al Atl¨¦tico. Todo empez¨® con un choque en cadena, en un c¨®rner. Gim¨¦nez cay¨® sobre Jim¨¦nez que, a su vez, lo hizo ante Julio C¨¦sar. El portero acab¨® por los suelos y, el mexicano, sangrando por la nariz fuera del campo. Pues ah¨ª, justo ah¨ª, cuando el Atleti estaba con once y el Benfica con diez, pillaron los portugueses a los rojiblancos en una contra. Y fue Gait¨¢n, que recorri¨® la banda izquierda como si fuera Speedy Gonz¨¢lez y centr¨® al segundo palo para que Guedes batiera a Oblak con un disparo cruzado. Fall¨® el esloveno al colocarse mal y dejar desnudo el segundo palo ante un Benfica que m¨¢s efectivo no puede ser. Tuvo cuatro y meti¨® dos. Fin de la pel¨ªcula; la del Atleti, digo.

Porque el ¨²nico peligro que creaban los del Cholo lo llevaba Correa, que remat¨® dos veces y las dos se top¨® con los guantes de Julio C¨¦sar. Y llegaron los nervios. Y Tiago y Gabi no pod¨ªan con todo. Y Filipe y Juanfran parec¨ªan cansados... Y se echa de menos a Koke (ay, qu¨¦ larga su ausencia). El Benfica jugaba a que pasaran los minutos y el Cholo dio entrada a Sa¨²l, Vietto y Torres pero nada cambi¨®. El Atleti sigui¨® atorado, sin recursos y, lo peor, como sin garra. Es la segunda derrota en cinco d¨ªas, la primera en Europa. Y ah¨ª delante est¨¢ el Madrid. El Cholo tiene trabajo. Bastante.