GRUPO A | REAL MADRID 4 - SHAKHTAR 0
Cristiano contin¨²a iluminado
Hat-trick del crack portugu¨¦s, que prosigue su racha. El Shakhtar plant¨® cara hasta que su portero regal¨® el primer gol a Benzema. Buen partido del Madrid, brillante por momentos.
El Shakhtar sali¨® al Bernab¨¦u con cinco brasile?os en el once, pero fueron pocos.?Hubiera necesitado alguno m¨¢s, quiz¨¢ media docena, aunque habr¨ªa podido canjearlos todos por Cristiano Ronaldo, hat-trick sin despeinarse y ocho goles en dos partidos. Llegar¨¢ el d¨ªa (ma?ana o pasado) en que lo extraordinario acabe por parecernos normal.
La victoria del Madrid, tan contundente como merecida, estuvo favorecida (y en cierto modo afeada) por un regalo del portero y la prematura expulsi¨®n de un centrocampista rival, ambos ucranianos. La cantada de Pyatov y la torpeza de Stepanenko (de nombre Taras) terminaron con la emoci¨®n de un partido que lleg¨® a tenerla.?
Pens¨¢bamos que la constante reinvenci¨®n del Shakhtar, asediado por los ricos y la guerra, le habr¨ªa debilitado. Muy pronto descubrimos que no, o no tanto. Todav¨ªa luce las virtudes que le han dado fama: la velocidad y el contragolpe, caracter¨ªsticas tan innegociables como flequillo de Lucescu.?
El Madrid lo comprob¨® en la primera mitad. Se vio presionado en campo propio y exigido en el repliegue, en mayor medida de lo que hubiera podido suponer. No le vino mal el desaf¨ªo. El equipo de Ben¨ªtez se aplic¨® en todas las tareas y lo hizo con brillantez. Toc¨® bien, se movi¨® r¨¢pido y encontr¨® espacios a la carrera y en est¨¢tico.
El regalo
Prueba de la oposici¨®n del adversario es que el Madrid s¨®lo pudo marcar durante la primera mitad gracias al amabil¨ªsimo Pyatov. Benzema consigui¨® el mismo gol que nosotros marcamos con bolas de papel entre las patas de las mesas. Lucescu, que ha contratado 25 brasile?os en once a?os, estar¨¢ pensando en incluir entre ellos porteros de pelo rizado.
Si el gol de Benzema todav¨ªa hizo m¨¢s da?o es porque el Madrid jugaba con diez, por lesi¨®n de Bale. El gal¨¦s abandon¨® el campo con molestias en la pierna izquierda y fue sustituido por Kovacic, seductoramente intenso.
El Shakhtar, llamado Stajanovets Stalino en tiempos del s¨®viet, ya sab¨ªa que no ser¨ªa su noche. Lo confirm¨® Stepanenko (Taras) y lo ratific¨® el ¨¢rbitro, M¨ªster Bebek. Ya con los visitantes abatidos, Cristiano remat¨® a la espalda de Srna y el colegiado se?al¨® penalti. Cristiano no le dio tiempo a recapacitar y marc¨® el segundo.
La pena m¨¢xima que facilit¨® el tercero se aproxim¨® m¨¢s al penalti convencional, aunque tampoco lo fue totalmente. El bal¨®n golpe¨® en la mano de Azevedo, que la ten¨ªa fofa y en tierra de nadie, pero lejos del peligro y la mala intenci¨®n.?Cristiano zanj¨® de nuevo cualquier tipo de reflexi¨®n moral e hizo el tercero, el segundo de su cuenta.
El hat-trick lo complet¨® al cabecear a gol un rechace del portero, que hab¨ªa repelido un disparo de Marcelo. Nadie se acordaba ya de las dificultades del principio, ni de la lluvia de Madrid. Tampoco Cristiano era capaz de recordar el porqu¨¦ de su proverbial resistencia a jugar de delantero centro.
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