Siria avanza hacia el Mundial en plena crisis de los refugiados
Lidera su grupo por delante de Jap¨®n. Juega como local en Om¨¢n, a m¨¢s de 3.000 kil¨®metros por el conflicto b¨¦lico que asola el pa¨ªs. La liga sigue, pero s¨®lo en la capital.
El f¨²tbol no distingue entre alauitas, sunitas, chi¨ªes, drusos y cristianos. El bal¨®n es igual para quien apoya a Bashar al Assad y quien pretende derrocarle. El Mundial de 2018 tambi¨¦n tiene hueco para Siria y los sirios, pese a la cruenta guerra que ya ha dejado 250.000 muertos ca¨ªdos sobre sus tierras, a pesar del drama humano que supone ver a sus gentes cruzar Europa en busca de un lugar en el que poder refugiarse de aquello.
La tragedia de quien huye del horror sin saber muy bien hacia d¨®nde contrasta con el buen momento de la selecci¨®n nacional, firme en la tarea de clasificarse para el primer Mundial de su historia. De momento, comanda el grupo de clasificaci¨®n por delante de la poderosa Jap¨®n y de otras selecciones a las que ya ha derrotado como Singapur, Afganist¨¢n y Camboya. Es el primero de los dos grupos que deber¨¢ hacer frente en su camino hacia Rusia. S¨®lo una vez, para el Mundial de 1986, estuvo a punto de superar todos los escollos y jugar entre las mejores del mundo. El rendimiento de las ¨¢guilas ha sorprendido hasta a los propios sirios, sobre todo por los condicionantes que ahora mismo rodean a la selecci¨®n.
Exilio. La FIFA le proh¨ªbe jugar en su territorio al encontrarse en conflicto b¨¦lico y eso le hace actuar como local en Om¨¢n, a m¨¢s de 3.000 kil¨®metros. Quiz¨¢ por ello ¨²nicamente acudieron 100 espectadores a su ¨²ltimo encuentro all¨ª ante Singapur. Para el siguiente, en octubre frente a Jap¨®n, se esperan bastante m¨¢s, al menos por la dimensi¨®n del rival.
Tampoco la situaci¨®n del campeonato local ayuda. La liga siria contin¨²a, pero ha visto reducido el n¨²mero de equipos y ¨²nicamente se juega en el entorno de la capital Damasco. Varios jugadores han muerto en bombardeos masivos en Homs y Alepo e incluso otros han sido encarcelados por, supuestamente, colaborar con los rebeldes. Futbolistas internacionales han tenido que huir por negarse a jugar en territorio dominado por Bashar al Assad. No quisieron plegarse al r¨¦gimen del dictador sirio.
Iraq, Kuwait y Om¨¢n son los campeonatos que han acogido a estos otros refugiados, los refugiados del f¨²tbol. Los m¨¢s afortunados militan en ligas de Europa, como Kalasi (Bosnia) y Malki (Turqu¨ªa). No as¨ª la gran estrella nacional, el ¨ªdolo de todos los sirios, el goleador Raja Rafe, suplente en el ¨²ltimo encuentro en Camboya para debate general. Seguro que su nombre tambi¨¦n ha salido en los campos de refugiados de toda Europa. Eso es el f¨²tbol. Una v¨¢lvula de escape. Incluso para quien m¨¢s sufre.