RAYO
Antonio Amaya pide perd¨®n en una carta por su incidente
El futbolista fue cazado superando los l¨ªmites de velocidad y utiliz¨® la web del club para dar su versi¨®n de los hechos y pedir perd¨®n.
Tras haber sido cazado conduciendo su Porsche a 234 kil¨®metros/hora el pasado martes 1, el defensa del Rayo Antonio Amaya public¨® una carta en la p¨¢gina web del club explicando su versi¨®n de lo sucedido y pidiendo perd¨®n:
"En relaci¨®n con los acontecimientos del pasado 2 de septiembre recogidos por los medios de comunicaci¨®n quiero dirigirme a mi familia, mi club, mis compa?eros y todos los aficionados de la familia rayista para expresar mis disculpas y mostrar mi m¨¢s sincero arrepentimiento.
Reconozco que hechos de este tipo no deben volver a repetirse nunca porque he puesto en peligro mi vida y la de otros conductores; no es desde luego un ejemplo de comportamiento c¨ªvico.
S¨¦ perfectamente que los jugadores de f¨²tbol somos un espejo en el que muchos ni?os se miran y quisiera decirles que lo que ha ocurrido no tiene nada que ver con el f¨²tbol; es una conducta inapropiada y peligrosa y les pido que me perdonen.
Por otro lado quiero se?alar que en ning¨²n momento estuve detenido como se ha divulgado en algunos medios, y que acud¨ª al entrenamiento del equipo del martes por la ma?ana con total normalidad.
Me hubiera gustado que este hecho no hubiera tenido tanta repercusi¨®n medi¨¢tica porque no es un buen ejemplo para nadie. Pedir¨ªa p¨²blicamente que acontecimientos semejantes fueran en el futuro un poco mejor reservados por quienes los conocen para evitar dar publicidad a actitudes negativas y desafortunadas; es deber y responsabilidad de los que los detectan y sancionan guardar y proteger la intimidad de los infractores dado que puede tener consecuencias incontrolables. No se trata de ocultar los delitos pero s¨ª evitar en lo posible la divulgaci¨®n de los nombres de los responsables y los juicios paralelos que inevitablemente se producen.
El club franjirrojo no tiene la intenci¨®n de sancionar al jugador al considerar que este suceso pertenece a su vida privada.