Alerta blanca: no hay gol
Sin Cristiano, dos partidos seguidos sin marcar. El equipo de Ben¨ªtez, que utiliz¨® a todos menos a Isco, no tuvo acierto. Odegaard dej¨® destellos. Posible penalti a Lucas V¨¢zquez.
La fiesta por Odegaard en Oslo fue realmente una visita de cortes¨ªa del Madrid. Partido amable, cari?oso hasta por parte ese p¨²blico local entregado con su aplauso al equipo blanco, disputado en sus primeros quince minutos para convertirse despu¨¦s en divertimento de verano.
La puesta en escena pretend¨ªa elevar la figura del ¡®ni?o Martin¡¯ y as¨ª sucedi¨® en un par de jugadas que resolvi¨® con vistosa habilidad. Sin embargo, contra todo pron¨®stico acab¨® el ¡®bolo¡¯ noruego con las alarmas encendidas ante la evidencia de la falta de gol. Sin Cristiano, sin Benzema, con Bale ciego y James tirado a la banda izquierda, el asunto del gol reca¨ªa sobre Jes¨¦. ?Y qu¨¦ sucedi¨® con Jes¨¦? Pues que no termina de cuajar jugando de ¡®9¡¯. Es efectista, pele¨®n, se desmarca bien, revuelve en el ¨¢rea... Pero no rompe la red. Le ocurri¨® ante el modesto Valerenga y tambi¨¦n en otros partidos de la temporada. Ben¨ªtez se encuentra con un serio problema de efectividad.
El inquietante empate a cero final debe obligar al nuevo entrenador a apretar tuercas en la delantera. La diferencia abismal del conjunto blanco con el Valerenga auguraba desde el arranque una jugosa tarde de goles en Oslo. Y as¨ª parec¨ªa que iba a suceder con un Marcelo muy incisivo, con James haciendo malabares, con Modric sacando el tiral¨ªneas... Pero no. Quien se luci¨® fue Keylor Navas rechazando un mano a mano en una contra diab¨®lica de Nasberg. El susto se entendi¨® como un despiste al que vendr¨ªa una respuesta contundente del Madrid. Y tampoco lleg¨®, m¨¢s all¨¢ de bonitos arabescos de Odegaard para su p¨²blico y un par de acciones de Bale, que sigue tosco en el ¨²ltimo metro.
Parece que el Madrid se hubiera quedado enganchado con buena nota en el examen te¨®rico, pero no supera el pr¨¢ctico. El equipo presiona, est¨¢ ordenado, no recibe goles y sabe moverse con sinton¨ªa. En Oslo se confirm¨® la buena l¨ªnea en el trabajo de pizarra, con un control absoluto sobre cualquier latigazo del Valerenge. Pero de cara a empresas mayores, falta salsa en el plato. Y todo ello considerando que el ¡®baby Madrid¡¯ levant¨® la tarde con su entusiasmo punzante: Cheryshev, muy entonado y con ganas de quedarse: Asensio, elegante y perpendicular en sus arrancadas; Lucas V¨¢zquez, fant¨¢stico en las entradas por la banda derecha y Borja Mayoral, pisando ¨¢rea con determinaci¨®n.
El esfuerzo com¨²n result¨® encomiable, metiendo a los noruegos en su ¨¢rea hasta entenderse que el gol llegar¨ªa s¨ª o s¨ª. Y pudo llegar el premio en penalti no se?alado en el ¨²ltimo suspiro sobre Lucas V¨¢zquez. Pero no lo decret¨® el ¨¢rbitro y se lleg¨® al final con esa mala vibraci¨®n de que en este Madrid la firma del gol tiene un solo nombre propio: Cristiano Ronaldo. Y as¨ª no se va lejos.