Casilla entra con el pie derecho

El Madrid abroch¨® su gira planetaria ganando la versi¨®n asi¨¢tica de la International Champions Cup y enumerando sus certezas en la sauna de Shanghai. Ben¨ªtez debe concluir que Danilo no le ha sacado ni un tubular de ventaja a Carvajal, que Casemiro ha confirmado su condici¨®n de tercer hombre en el centro del campo, que Casilla ha dejado mucha mejor impresi¨®n que Keylor y que Isco y Jes¨¦ han difuminado extraordinariamente la frontera entre los innegociables y los que no lo son. Con ambos el Madrid ha sido mucho mejor que sin ellos y piden que se revise el escalaf¨®n. El plan B empieza a confundirse con el plan A.

El Eurocl¨¢sico al vapor de Shanghai dej¨® un Madrid con menos inventiva y menos piernas en el arranque. Explicable lo uno y lo otro. Ben¨ªtez se ahorr¨® a Isco y James para meter un jugador de banda, Lucas V¨¢zquez, y mantuvo inamovible el papel de Bale como enganche. Preservar el privilegio del gal¨¦s (siete jugadores han marcado en esta pretemporada y ninguno de ellos ha sido ¨¦l) no funcion¨®. Y a la palidez general ayudaron los 40? convenientemente mezclados con una humedad del demonio que paralizaron a los futbolistas. M¨¢s a los del Madrid. Porque el nuevo Mil¨¢n de Mihajlovic, que ya no es el imperio que tanto admir¨® Ram¨®n Mendoza, ofreci¨® una estampa m¨¢s robusta que su vecino Inter. Concedi¨® menos atr¨¢s, guard¨® bien sus espaldas, disimulo t¨¢cticamente su inferioridad t¨¦cnica, desactiv¨® el centro del campo del Madrid y por momentos apret¨® arriba con el atl¨¦tico Niang, que prob¨® y repiti¨® ante Varane y Danilo.

Danilo volvi¨® a ser titular sin mejorar a Carvajal. Tiene el alboroto de los laterales brasile?os, pero de momento no ha ofrecido precisi¨®n ni contundencia. Necesitar¨¢ m¨¢s tiempo. Modric, convaleciente de unas molestias, tampoco manej¨® el tablero con la soltura habitual y Casemiro anduvo demasiado t¨ªmido.

Ben¨ªtez sali¨® con la BBC y comprob¨®, una vez m¨¢s, lo dif¨ªcil que le resultar¨¢ comprometer al tr¨ªo en la presi¨®n y el quite. A ratos reapareci¨® ese Madrid partido que tanto sufri¨® en el pasado. Y en ataque tampoco resultaron el almac¨¦n nuclear que se presume. Fue, pues, un Madrid de posguerra que necesita a Isco, cuyo f¨²tbol no es s¨®lo comercial sino tambi¨¦n contagioso y eficaz. La primera mitad se evapor¨® con dos intervenciones no demasiado exigentes de Keylor y una soser¨ªa general en la que estuvo m¨¢s c¨®modo el Mil¨¢n, pese a que guard¨® para la segunda mitad a sus mejores futbolistas.

Pero es que los mejores del Madrid tambi¨¦n entraron tras el descanso y ah¨ª empez¨® el partido de verdad. Kroos sac¨® al equipo de su monoton¨ªa variando el juego corto y largo, Jes¨¦ ofreci¨® una hiperactividad y un juego al espacio que en este momento no tiene Benzema e Isco puso el resto: desborde, inteligencia, pausa y hasta llegada. Entre todos sacaron tambi¨¦n de la depresi¨®n a Cristiano y mostr¨® mejor ¨¢nimo Bale. Entonces s¨ª se ech¨® el Madrid sobre el mejor Mil¨¢n posible, con Bacca en la proa. El colombiano le dio las primeras oportunidades de lucimiento a Casilla, primero en despeje con guasa a mano cambiada y despu¨¦s salvando intuitivamente casi un mano a mano. Pero las mejores opciones fueron blancas. Zapata salv¨® un tiro de Kroos, Bale remat¨® fuera, Isco puso del rev¨¦s al dur¨ªsimo De Jong con dos fintas y su centro lo remat¨® Cristiano contra las piernas de Diego L¨®pez, el propio Isco no engatill¨® un rechace porque la pelota tuvo el capricho de desembocarle por encima de la cintura. Luego llegaron los penaltis, con pocos errores y el Mil¨¢n en manos de un portero de 16 a?os, Donnarumma. La cosa se alarg¨® tanto que se resolvi¨® en el mano a mano entre los metas. Y ah¨ª gan¨® Casilla, que meti¨® el suyo y detuvo el del juvenil. Decidi¨® su pie derecho, el mismo con el que ha entrado en el Madrid.