La Generaci¨®n Dorada, los mejores de siempre de Chile
Soplan vientos nuevos en Chile. La Roja campeona de Am¨¦rica promete enterrar para siempre el conformismo, ese que por estos lados llaman ¡°victoria moral¡±.
La postal de los seleccionados chilenos en los balcones del palacio presidencial de La Moneda la noche del s¨¢bado fue algo as¨ª como una reparaci¨®n hist¨®rica. ?Por qu¨¦? Porque tambi¨¦n les hab¨ªan invitado tras quedar eliminados en octavos de final de las ¨²ltimas dos Copas del Mundo, una medida que para muchos fue considerada como populista e inmerecida.
Esta vez Alexis, Vidal, Bravo y compa?¨ªa saltaban como ni?os y abrazaban a la presidenta Michelle Bachelet como todo chaval lo hace con su t¨ªa favorita, esa que siempre los consiente. La mandataria tuvo efecto de amuleto en esta Copa Am¨¦rica, en donde la Roja gan¨® un t¨ªtulo que fue esquivo para el f¨²tbol chileno durante 105 a?os. Y lo hizo con todos los merecimientos del mundo. La Copa era lo que le faltaba a este equipo para cruzar las puertas de la inmortalidad.
Los integrantes de la Generaci¨®n Dorada, un nombre que surgi¨® espont¨¢neo para este grupo de jugadores que obtuvo el tercer lugar en la Copa del Mundo Sub-20 de Canad¨¢ 2007 y logr¨® dos clasificaciones mundialistas consecutivas por primera vez en la historia del pa¨ªs, no ten¨ªan complejos en decir que aspiraban a ser el mejor equipo chileno de todos los tiempos. Aspirar es un decir, porque desde su fuero m¨¢s ¨ªntimo ellos siempre estuvieron convencidos de serlo.
La comparaci¨®n hiri¨® a los mayores. Quienes vieron al equipo que fue tercero en la Copa del Mundo de 1962 lo consideraban una falta de respeto. Algunos cuarentones dec¨ªan que esta generaci¨®n no ten¨ªa la calidad de la de El¨ªas Figueroa y Carlos Caszely, que brill¨® en los 70 y comienzos de los 80. Y otros reclamaban por la falta de una figura emblem¨¢tica de la talla de Zamorano o Marcelo Salas, referentes de la camada anterior.
Eso s¨ª, todos coincid¨ªan en un veredicto: si la llamada Generaci¨®n Dorada quer¨ªa ser la mejor, deb¨ªa ganar algo. No s¨®lo ganaron. Tambi¨¦n fueron protagonistas, propusieron, atacaron todo el tiempo, se plantaron de igual a igual ante cualquier rival y deslumbraron al mundo. M¨¢s que ning¨²n otro equipo chileno en la historia.
El pa¨ªs entero celebr¨® como nunca antes. Cientos de miles de personas se echaron a las calles, unos en la Plaza de la Constituci¨®n, otros siguiendo al bus descapotable. Fue un festejo m¨¢s alegre y multitudinario que el de Colo Colo campe¨®n de la Copa Libertadores 1991; el n¨²mero uno del mundo del tenista Marcelo R¨ªos, en 1998, o las primeras medallas de oro ol¨ªmpicas de Nicol¨¢s Mass¨² y Fernando Gonz¨¢lez. Tambi¨¦n el m¨¢s tr¨¢gico, con un lamentable saldo de tres muertos.
En Chile soplan nuevos vientos. La Roja campeona de Am¨¦rica promete enterrar para siempre el conformismo, ese que por estos lados llaman ¡°victoria moral¡±. La Generaci¨®n Dorada vino a demostrar que todo es posible.
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