¡°Para maquillar compraban casas, coches y fincas¡±

El Confidente X sale a la luz. Pero s¨®lo en su casa: ¡°Pap¨¢, ah¨ª sales t¨²¡±, le dijo su ni?o al ver su silueta en el peri¨®dico. ¡°No sab¨ªa qu¨¦ decirle. As¨ª que me call¨¦. Mir¨® a su madre de reojo. Otro silencio¡±. Ella s¨ª lo sabe. Fue parte de la historia. La vivi¨® con X. ¡°Estoy inquieta, pero le hac¨ªa falta sincerarse, contar lo que ha vivido. Ahora est¨¢ m¨¢s tranquilo. Se ha quitado un peso de encima¡±.

Quedan por contar algunas historias. ¡°En la CONMEBOL todo el mundo sab¨ªa lo que pasaba, o al menos lo sospechaba. Pero eso no imped¨ªa que tuvi¨¦ramos vida social. Incluso particip¨¢bamos en torneos sociales de f¨²tbol. Yo jugu¨¦ varios. Se sol¨ªan celebrar en la hacienda de Marcelo Toyotoshi, el due?o de Toyota en Paraguay. Era ¨ªntimo de los dirigentes de la Confederaci¨®n Sudamericana y era el patrocinador de la Copa Libertadores. Una de las grandes fortunas de Am¨¦rica. All¨ª jugu¨¦ partidos en los que hab¨ªa gente como el expresidente de la Federaci¨®n de Chile y tambi¨¦n miembro de la FIFA o Juan ?ngel Napout, el actual presidente de la CONMEBOL, que era el delf¨ªn de Leoz y que fue presidente del Cerro Porte?o. Jug¨¢bamos al f¨²tbol y luego hac¨ªamos un asado. Todo ten¨ªa una apariencia normal¡±.

Pero no lo era. Por lo menos dentro de la Confederaci¨®n Sudamericana que manejaba Leoz. Basta con echar un vistazo al patrimonio que amas¨® el exvicepresidente primero de la FIFA durante sus 26 a?os al frente de la CONMEBOL. Decenas de fincas, coches, propiedades e incluso barrios casi enteros, como el de Villa Morra, muy cerca de Herrera, donde ahora est¨¢ en arresto domiciliario a la espera de su extradici¨®n a Estados Unidos. ¡°Ellos, para maquillar, compraban edificios enteros, haciendas y autos. En el caso de Leoz, lo compart¨ªa casi todo con su esposa, Mar¨ªa Clemencia¡±.

?Daba para tanto? ¡°Daba para casi todo lo que uno quisiera comprar¡±, dice el Confidente X, que habla de una partida ¡°gruesa, de diez millones de d¨®lares americanos (aporta el recibo bancario del ingreso por esa cantidad) que fue depositada en la cuenta corriente de la CONMEBOL, la n¨²mero 1280/7, y de la que se fue sacando dinero en distintas cantidades, de manera seguida y regular, a su propia cuenta personal, la 1596/2 del Banco do Brasil¡±. ¡°Esos diez millones de d¨®lares llegaron desde la compa?¨ªa TT Sports Marketing, con sede en Estados Unidos, y fueron transferidos a Paraguay por el Brasilian American Merchant Bank en Nueva York¡±. Por eso la Fiscal¨ªa General de los EE UU rastrea esta partida de dinero.

El caso de Leoz era del de Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como. Adem¨¢s del edificio del Banco do Brasil, que compr¨® el 4 de octubre de 1998 por 953.000 d¨®lares de entonces, en la relaci¨®n aparecen compras por millones de guaran¨ªes y d¨®lares americanos. Una fortuna para casi medio centenar de propiedades en el pa¨ªs.

Pero algunos de sus m¨¢s estrechos colaboradores ten¨ªan familiares que hac¨ªan de testaferros. Es el caso de su secretaria personal, Irmina Ortiz de Ezcurra, que lleg¨® a tener, junto a su marido, Gilberto, una flota de catorce autom¨®viles: seis Toyota (entre ellos, tres modelo Land Cruiser), cinco Mercedes Benz, un Chevrolet, un Randon y un Mitsubishi L200. Por cierto, la mayor¨ªa de color azul.

Irmina es una persona clave en el entramado de la CONMEBOL. Secretaria personal de Leoz, adem¨¢s de su flota de autom¨®viles viv¨ªa en una de las mejores casas de Asunci¨®n ¡°un palacio inmenso, m¨¢s grande que el que m¨¢s te puede impresionar en Europa¡± dice el Confidente X, que recuerda que ¡°era un casopl¨®n de los m¨¢s admirados en Asunci¨®n¡±. La secretaria de Leoz, seg¨²n X, ¡°es clave porque conoc¨ªa las ca?er¨ªas de la Confederaci¨®n y mov¨ªa los hilos del entramado¡±. Ella era la persona de confianza de Leoz. Irmina, seg¨²n el relato, ¡°trabajaba con muchos bancos en el pa¨ªs, donde mov¨ªa el dinero en guaran¨ªes. Pero tambi¨¦n ingresaba cantidades en d¨®lares en Panam¨¢, a nombre de su hermana¡±. En los documentos que aporta tambi¨¦n hay traspasos a bancos paname?os desde la cuenta 183806 del Banco de Brasil de Asunci¨®n a su sucursal de Ciudad de Panam¨¢ a nombre de Gladys Galeano.

La historia del Confidente X termina aqu¨ª... por ahora. Porque promete volver. ¡°Hay m¨¢s historias, m¨¢s documentos y nombres. Pero a¨²n estoy ordenando las cosas. Ya les avisar¨¦. Nos veremos cualquier d¨ªa, en cualquier lugar¡±. Ser¨¢ un placer. Ya sabe d¨®nde estamos. Hasta la pr¨®xima, X.