Alvaro Morata deja al Real Madrid sin la final so?ada
El gol del canterano blanco igual車 el de Cristiano de penalti y apart車 al Madrid de Berl赤n. Dominio de los de Ancelotti, en una noche con coraz車n y sin punter赤a. El pase estuvo en las botas de Bale.

Morata. Tuvo que ser 谷l. El f迆tbol tiene alma de novelista. S芍dico, pero novelista. Morata, el chico de la cantera. El delantero que no serv赤a. Cuando se march車 a la Juve no falt車 quien imagin車 lo que acaba de ocurrir. Todos lo escuchamos, en boca ajena o en cabeza propia, aunque le prestamos poca atenci車n. M芍s que una predicci車n fue un presentimiento, una posibilidad expresada para invalidarla, como hacemos tantas veces y con escaso 谷xito. "Anda, que como se encuentren en Champions... Anda, que como elimine al Madrid#".
Pues sucedi車. Morata marc車 en Tur赤n y repiti車 en el Bernab谷u; no hubo jugador m芍s relevante en la eliminatoria, ning迆n protagonista a su altura. Es obvio que le doli車 y es f芍cil suponer que todav赤a le duele. Al ser sustituido en el minuto 83, abandon車 el campo juntando las manos, reclamando perd車n divino. Que no se preocupe porque est芍 perdonado. Si adem芍s quiere ser bendecido y repatriado con presentaci車n en el palco de honor del Bernab谷u, s車lo necesita tumbar al Barcelona en Berl赤n. El presidente podr芍 decir entonces, sin que le falte raz車n, que Morata naci車 (y creci車) para jugar en el Real Madrid.
En fin. Es curioso. Durante veinte minutos de la primera parte tuvimos tiempo para sospechar lo peor y a?adirle detalles. La Juventus se plantaba en el 芍rea de Casillas con una facilidad inaudita.?Los italianos se hab赤an sobrepuesto a los cinco primeros minutos (cabezazo de Bale y remate de Benzema) y circulaban por el campo como si el estadio fuera suyo, ajenos al miedo esc谷nico, al ardor local y al calor africano. El Madrid jugaba como si tuviera ventaja en el marcador, confiado en una contra, pero igualmente expuesto a los contragolpes del adversario. Nadie sujetaba el mediocampo y sucesivamente echamos en falta a Pirri, Stielike, Jankovic, Schuster, Redondo, Modric y Ramos (con perd車n).
A los 13 minutos, Casillas repeli車 un chut raso de Vidal, culminaci車n del dominio visitante. El tiro ten赤a su miga y la parada adquiri車 una importancia simb車lica, casi m芍gica. Eso cre赤mos. En un partido lleno de inquietudes, Iker restaba una. Poco despu谷s, Isco levant車 al Bernabe迆 con recorte fabuloso dentro del 芍rea y un intento de vaselina.
El Madrid encerr車 a la Juve y nos record車 la importancia de pisotear el 芍rea rival: antes de que acertara un delantero se equivoc車 Chiellini. James penetr車 en el 芍rea y el central le avasall車. Cristiano adelant車 al Madrid con un golpeo centrado que gener車 un grito de 谷xtasis y alivio.
A continuaci車n pas車 el tren de la final. Benzema condujo un contraataque que Cristiano no supo convertir en gol, pese a lo beneficioso de la situaci車n: defensa burlado y Buffon a dos metros. En el peor momento, el Bal車n de Oro sufri車 un ataque de generosidad y busc車 a Isco, o a Benzema, no qued車 muy claro. No volver芍 a ocurrir en los pr車ximos a?os.
Pese a todo, el campe車n ten赤a el encuentro donde quer赤a y a Benzema donde nadie hubiera imaginado. Despu谷s de dos meses en el dique seco, en la cabeza del franc谷s se celebraba un congreso de musas. Todo lo hac赤a bien y con sentido art赤stico. En esas condiciones, hay que reprochar al equipo que no le diera m芍s balones, todos, antes de que le venciera el agotamiento.
En la segunda mitad la Juventus sali車 como en la primera, valiente y segura de s赤 misma. Marchisio pudo empatar en el 50 y Morata lo hizo seis minutos despu谷s. No pod赤a ser otro. El remate fue espl谷ndido, por cierto. M芍s que por la ejecuci車n, notable, por la rapidez del movimiento: control y tiro en el mismo gesto. En esta ocasi車n, m芍s que contener el festejo, le cost車 disimular la pena.
Faltaba un mundo, pero no hab赤a fuerzas para abarcarlo. Ni punter赤a. Bale encaden車 ocasiones clar赤simas que no fue capaz de embocar, por los nervios o por el destino, quiz芍 por la diadema. El asedio del Madrid fue apasionante, pero desordenado. La Juventus sufri車 poco o nada; hasta dir赤a que disfrut車 en los 迆ltimos minutos, 'penne' con salsa italiana. Su estallido de felicidad tiene justificaci車n, porque merece la final. Para el Madrid queda el peor castigo posible: casi tres meses hasta la pr車xima temporada.