Atl¨¦tico de Madrid - Leverkusen: ?Qu¨¦ manera de pasar!

El f¨²tbol es muchas cosas y una de ellas es deporte; s¨®lo una de ellas. De eso, de tocar el bal¨®n, pas¨¢rselo al compa?ero, regatear y marcar, hubo muy poco en el Manzanares; lo que quiso Arda. Pero el f¨²tbol, insisto, es m¨¢s que el juego. Es emoci¨®n y miedo, entrega y fuerza, 50.000 gargantas cantando al un¨ªsono, h¨¦roes y villanos, sorpresas y errores, la vida condensada en un par de horas de tortura lenta y, seguramente, innecesaria. Quieres dejar de mirar, pero no puedes. De todo eso el partido fue sobrado. Y al final, tras una agon¨ªa por momentos cruel, el Atleti avanz¨® a cuartos de final tras una tanda de penaltis que coloc¨® como protagonistas inesperados a Fernando Torres, que marc¨® el lanzamiento decisivo antes de que Kiessling mandara a las nubes el ¨²ltimo, y Oblak, que sustituy¨® al lesionado Moy¨¢ a los 21 minutos, y acab¨® saliendo coronado de la primera tanda que gana el Atleti en Europa. El f¨²tbol es muchas cosas y la m¨¢s importante es que es maravilloso.

En lo que ahora parece un par de d¨ªas antes del emocionante abrazo final, el partido empez¨® con sorpresa. Simeone dej¨® en el banquillo a Gabi y meti¨® en el once a Cani, al que apenas hab¨ªa utilizado desde su fichaje. Le juntaba con Arda, Koke y Griezmann para, supuestamente, mimar el bal¨®n con los artistas. Veinte minutos despu¨¦s, la pelota se cre¨ªa una gaviota: no hab¨ªa tocado tierra. Adem¨¢s, en el desbarajuste Moy¨¢ cay¨® lesionado sacando a escena al olvidado Oblak. El esloveno respondi¨® al resto con solvencia y puede ser el inicio de una hermosa amistad.

De ese amor entre pelotazos sin destino s¨®lo pod¨ªa nacer un gol de rebote. En el 27¡¯, tras una falta lateral y varios rechaces, Cani cedi¨® a Mario Su¨¢rez en la frontal y ¨¦ste enganch¨® un zurdazo que bati¨® a Leno tras tocar en Toprak. Mario, que estaba fuera del Atleti hace un par de meses, marcar¨ªa luego su penalti y demostr¨® de nuevo que su irregularidad siempre ofrece premio en los partidos grandes.

El gol no calm¨® al Atleti, pese a que el Leverkusen segu¨ªa demostrando que es un gran equipo entre las frontales y uno rampl¨®n en las ¨¢reas. Mandzukic, lent¨ªsimo en un pase maestro de Arda, pareci¨® lesionarse justo antes del descanso, pero Simeone sorprendi¨® gastando el segundo cambio en Cani y no en ¨¦l. Nada m¨¢s empezar el segundo tiempo esto dio lugar a una estramb¨®tica escena en la que, con el croata cojo, Gabi se prepar¨® para entrar antes de que el Cholo le parase en el ¨²ltimo instante. La resistencia de Mandzukic fue clave para que, en el 83¡¯, Torres pudiera entrar para ser, como tantas veces, h¨¦roe.

El partido lleg¨® a la pr¨®rroga sin que nadie ofreciera resistencia, con Koke siguiendo una vieja tradici¨®n rojiblanca, de Ibagaza a Simao, de sacar los c¨®rners cortos. En el tiempo extra se agigant¨® Arda,un genio de otro partido, pero no le acompa?¨® nadie, Leno hizo un par de paradas y los penaltis asomaron como aparente sentencia para un Atleti extenuado. Fall¨® Ra¨²l Garc¨ªa el inicial y el Calder¨®n, por primera vez en la noche, dud¨®. Pero el Atleti, como el f¨²tbol, es muchas cosas, dos de ellas imprevisible e irreductible. Aparecieron los h¨¦roes y el resto es historia. Sufrida y hermosa historia.