REAL MADRID 3 - SCHALKE 4
P芍nico, bronca y a cuartos
El Real Madrid roz車 el rid赤culo en defensa y estuvo al borde de la eliminaci車n. Casillas fall車 mucho al principio y se corrigi車 al final. Cristiano hizo dos goles. El Bernab谷u mostr車 su indignaci車n.

Para el Real?Madrid, las probabilidades de eliminaci車n eran comparables a las de morir aplastado por un piano. Quien no haya visto el partido no imaginar芍 lo cerca que estuvieron las teclas de las cabezas de los jugadores, qu谷 pr車xima la caja de resonancia, los pedales y la cola. La aritm谷tica m芍s simple nos indica que?Cristiano evit車 la cat芍strofe. Sus goles resultaron decisivos en una noche en progresiva degeneraci車n, de lo penoso a lo rid赤culo.
El vigente campe車n pasa a cuartos, pero se deja mucha credibilidad en esta valla. No hay disculpa. Las malas noches no lo son tanto. El sistema, mejor o peor, no justifica la dejaci車n de funciones ante un rival de menor categor赤a, agigantado por la desidia de su rival.
Desde el primer instante nos qued車 claro que el?Schalke no era el equipo que conocemos y el Madrid, tampoco. Los alemanes tocaban y llegaban, dirigidos por el peque?o Max Meyer (1,69), un mediapunta de 19 a?os que ataca y reparte, un talento para apuntar en la agenda. Tan libre jug車 Meyer durante todo el encuentro, tan liberado de marcaje alguno, que hubiera podido pintar un graffiti en las espaldas de Kroos y Khedira (sorprendente titular).
Hasta el gol de Fuchs (※zorro§, en alem芍n) nadie tom車 en serio el asalto del Schalke. Desde hac赤a algunos minutos se escuchaban silbidos, pero todav赤a no hab赤a miedo en las gradas. Apareci車 poco despu谷s y lleg車 para quedarse.
El gol visitante no propici車 la reacci車n del Madrid, como tantas veces, sino que aument車 su confusi車n. El contagio fue general y Casillas lo acus車 m芍s que nadie. No se le recuerda un partido m芍s desafortunado. Se le doblaron las manos en el remate de Fuchs y despej車 de mala manera el tiro que propici車 el gol de Huntelaar. Tampoco mejor車 su rendimiento en el disparo de Sane, ya en la segunda mitad, un chut colocado y duro, pero no tanto.
En los 迆ltimos minutos quiso redimirse con dos intervenciones notables, pero no ser芍n tenidas en cuenta por todo el mundo. Quienes acechan a Iker desde hace a?os habr芍n encontrado motivos para justificar su persecuci車n durante el pr車ximo milenio.
Despu谷s de sobrevivir al primer acto gracias a los cabezazos de Cristiano, el Madrid regres車 al campo dispuesto a zanjar la cuesti車n. El tanto de Benzema, un gol de pura insistencia (y talento), confirmaba esa impresi車n. Sin embargo, el Schalke volvi車 a ponerse en pie y empat車 el duelo. Cre赤mos que s車lo llegar赤an hasta esa frontera; volvimos a equivocarnos.
En el tramo final la voracidad de Huntelaar puso a los alemanes a un solo gol de la clasificaci車n para cuartos. No lo marcaron, hubiera sido mucho. Sus miles de aficionados, sin embargo, vivieron el d赤a perfecto: primavera en Madrid, paseo por el Retiro y victoria en el Bernab谷u. Volver芍n cuando se sientan tristes.
Por cierto, regres車 Modric. En 谷l se concentra la esperanza del Madrid. Ahora mismo, no se nos ocurre otra.
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