CELTA 2 - ATL?TICO 0
Un gran Celta y un mal ¨¢rbitro funden a un Atleti desconocido
Nolito y Orellana marcaron y se exhibieron. El colegiado Mart¨ªnez Munuera obvi¨® la mano de Augusto de la que naci¨® el penalti del 1-0. El campe¨®n, horrible, a 7 puntos del l¨ªder.
Hay domingos que es mejor no levantarse de la cama. El del Atleti fue uno de esos d¨ªas oscuros y fr¨ªos en los que la resaca, sea de una fiesta o de un derbi, no te permite hacer nada bien. Y por si su propia inoperancia no era suficiente, le pas¨® lo contrario que al chico de los Donettes: le salieron enemigos de todas partes. El primero y formidable, el Celta, que bail¨® durante muchos minutos al campe¨®n con Nolito, Orellana y Krohn-Dehli transformados en Oliver Atom, Paul Diamond y Tom Baker de carne y hueso. Sensacionales. Pero cuando parec¨ªa que los locales, tan romos como suelen, daban vida al enemigo, apareci¨® el ¨¢rbitro para hacer ¡®justicia¡¯ a su manera. Mart¨ªnez Munuera decidi¨® no se?alar una mano evidente de Augusto y, como con Jordi Alba en la Copa, de la falta no se?alada naci¨® un penalti en contra del Atleti. Nolito no perdon¨® y ya todo fue cuesta abajo para un gran Celta.
Sin Arda ni Koke, el Atleti fue la ayudante del mago: partido por la mitad y con cara de sorpresa. Arriba, Mandzukic, Torres y Griezmann representaban la funci¨®n del colegio; descordinados, inc¨®modos, torpes y doloroso de ver para los suyos. Muchos metros por detr¨¢s, Tiago y Gabi se enzarzaban en una competici¨®n de errores gruesos que, sorprendentemente, acab¨® ganando Mario Su¨¢rez, que entr¨® por el portugu¨¦s a la media hora y se las apa?¨® para estropear a¨²n m¨¢s lo que ya era un desastre esplendoroso. El Celta, mientras, robaba en campo contrario, tocaba con precisi¨®n y disfrutaba de los regates de Nolito, la velocidad controlada de Orellana y el saber estar de Krohn-Dehli. Parec¨ªa que el derbi se jugaba de nuevo ocho d¨ªas despu¨¦s, pero esta vez el Atleti vest¨ªa de azul celeste.
Que el 0-0 resistiese hasta el descanso hubiera sido un milagro de no andar el Celta de por medio, sin duda el equipo de la Liga que menos recompensa saca a su juego. Hasta el punto de penalti, todos eran Maradona. A partir de ah¨ª, les invad¨ªa el esp¨ªritu de una monja. Un par de apariciones providenciales de Siqueira y God¨ªn y la tendencia natural de los atacantes locales a disparar fuera, permitieron a Moy¨¢ marcharse al vestuario con una sensaci¨®n muy extra?a: con taquicardia, pero sin estrenar los guantes.
Simeone corrigi¨® su error inicial quitando al perdid¨ªsimo Torres y buscando un suced¨¢neo de Arda en Cani. Durante unos minutos, pareci¨® funcionar y el partido se nivel¨®. Incluso asom¨® Griezmann, que malgast¨® una contra clara por buscar a Mandzukic pese a que ten¨ªa v¨ªa libre hasta Sergio.
Y cuando el Atleti pensaba que la tormenta amainaba, apareci¨® Mart¨ªnez Munuera para ayudar al Celta a obtener lo que hab¨ªa merecido, pero no conquistado: el gol. Augusto rob¨® el bal¨®n en su campo con el brazo. El ¨¢rbitro lo vio, pero consider¨® una extra?a involuntariedad. Extra?a, m¨¢s que nada, porque el medio del Celta ni siquiera disimul¨® el gesto. En la contra consiguiente, Nolito bail¨® como un cisne y Mario le atropell¨® como un hipop¨®tamo. Penalti tonto y claro que transform¨®, como quien respira, el propio Nolito.
De inmediato, Sergio impidi¨® el empate de Sa¨²l y Larrivey perdon¨® la sentencia rematando, a puerta vac¨ªa, hacia el lado que no era. Sigue gafado. El Atleti, al fin, despert¨® y pudo empatar, pero Sergio y el palo frustraron a Griezmann y la cara kamikaze de Jonny, a Mandzukic. Harto de sustos, Orellana acab¨® con el suspense tras una gran jugada colectiva en el 71¡¯. Le dio a¨²n tiempo al ¨¢rbitro a escamotear un penalti clar¨ªsimo de Font¨¢s a Siqueira, pero el d¨ªa ya estaba maldito para el Atleti: bailado y a siete puntos del l¨ªder. Hay domingos que es mejor no levantarse.