Uche, el desatascador

Otra vez Uche. No se cansa de marcar. Aunque a veces se le discuta por ese aire despistado o ese trote remol¨®n. El nigeriano parece un veterano que apura sus ¨²ltimas horas de f¨²tbol. Sin embargo, a¨²n tiene 30 a?os, un gran futuro por delante y objetivos que cumplir. Sus dos goles ante el Almer¨ªa, el segundo en fuera de juego, no s¨®lo valieron para poner al Villarreal sexto y confirmarle como un oportunista. Le deja a s¨®lo cuatro tantos de la centena en Espa?a tras los 38 que suma en Primera y los 58 que hizo en Segunda. Un cl¨¢sico que nunca falla desde que lleg¨® al Racing de Ferrol en 2001 tras un a?o buscando pruebas. No es casualidad que Marcelino lo mimara en el Recreativo, lo pidiese para su Zaragoza, le diese galones en El Madrigal y pida su renovaci¨®n.

Al Villarreal, pese a la comodidad, le cost¨® arrancar. S¨®lo dispar¨® una vez (Moi) en los primeros veinte minutos. Sobre todo porque no tuvo paciencia para mascar la jugada y porque se le atragant¨® por momentos el trivote del Almer¨ªa en el centro del campo. Lo logr¨® cuando Cani abandon¨® la banda y se meti¨® al centro. Y lo aprovech¨® cuando Gio y Uche, tantos d¨ªas separados, recordaron lo que les hizo un d¨ªa temibles: complementarse. Uno viene y el otro rompe. O viceversa. El primer gol lleg¨® con el Villarreal en plena rotaci¨®n en busca de espacios. Bruno, descolgado, comenz¨® la jugada en la posici¨®n de extremo izquierdo. El capit¨¢n busc¨® a Cani, que hab¨ªa dado un paso atr¨¢s para sacudirse rivales del borde del ¨¢rea y para pensar, su especialidad. Alz¨® la cabeza, puso el bal¨®n donde deb¨ªa mientras Mario se internaba por la derecha y su disparo, duro, no pudo ser blocado por Rub¨¦n. El rechace fue para Uche, siempre donde tiene que estar.

El Almer¨ªa hizo muchas cosas bien. Posicionarse, presionar y salir en velocidad. Lo que m¨¢s le gusta. Su labor fue m¨¢s f¨¢cil cuando Cani se tuvo que marchar mareado por un golpe. Pero al equipo de Francisco le falt¨® presencia arriba. Gabriel y Dorado (otra vez tocado) se comieron a Hemed. El gol de Uche le deprimi¨® y, pese a que remont¨® con entereza, el segundo, en claro fuera de juego, le acab¨® por arrinconar. S¨®lo Corona al final pudo poner emoci¨®n. La tensi¨®n fue cosa del colegiado, Clos G¨®mez. Se olvid¨® de pitar uno o dos penaltis. Dio un gol que no era. Tuvo miedo de expulsar a Jaume Costa cuando ya ten¨ªa una amarilla. Y qued¨® retratado al no mostrar la roja a Rub¨¦n, el portero del Almer¨ªa, cuando sali¨® a la desesperada a trabar a Cheryshev con disimulo. Fue la guinda a un partido que pocos recordar¨¢n.