Supercopa | Atl¨¦tico - Real Madrid
La Supercopa elige esta noche un campe¨®n y un estilo de juego
Atl¨¦tico y Real Madrid no cambiar¨¢n de gui¨®n: defensa contra ataque (22:30, TVE1). El papel de Koke y Kroos, fundamental en el centro del campo.
El elogio un¨¢nime al plan defensivo del Atl¨¦tico, a su sistema de ayudas, ha estado acompa?ado en los dos ¨²ltimos d¨ªas de un mayoritario reproche al juego del Madrid: falta de profundidad, ausencia de mediapuntas y nostalgia de Di Mar¨ªa. En ese planteamiento general, se esconde una trampa. No es posible hacer convivir en el mismo an¨¢lisis el elogio entusiasta y el severo reproche. Si el Atl¨¦tico lo bord¨®, de poco se puede culpar al Madrid, y si el Madrid fall¨®, el elogio a los rojiblancos deber¨ªa ser m¨¢s moderado. Pocas veces encontraremos un empate que mejor defina un partido, e incluyo el penalti no se?alado y otras incidencias que han animado las redes sociales.
Para el Atl¨¦tico, si nos fijamos en lo de hoy, la ventaja es obvia: el gol del Bernab¨¦u le permitir¨¢ concentrarse de modo, casi exclusivo, en la defensa, su arma m¨¢s poderosa. Si el equipo se aplica atr¨¢s, el contragolpe ser¨¢ una consecuencia inevitable del juego, no una lecci¨®n por memorizar. En ese escenario, los minutos correr¨¢n a favor de los locales y la afici¨®n atacar¨¢ la moral de los madridistas. A?adan la previsi¨®n de que Mandzukic marque alg¨²n d¨ªa. As¨ª planteado, no es mal panorama para quienes visten de rayas.
La gran dificultad, y nada descubro, es conseguir que un equipo tan cargado de goles como el Madrid no consiga uno. Si los de blanco marcan, el Atl¨¦tico debe cambiar de idea. Y en esa transformaci¨®n ideol¨®gica (defensiva/ofensiva) se encuentra su debilidad. Como dec¨ªa Di St¨¦fano, ¡°es mucho m¨¢s f¨¢cil romper una silla que fabricarla¡±.
Ese argumento (esa cita) tambi¨¦n sirve para exculpar al Madrid, en cierta medida, de lo ocurrido hace tres d¨ªas. Mientras el Atl¨¦tico sac¨® brill¨® a su esquema defensivo (una coreograf¨ªa), el equipo de Ancelotti asumi¨® la responsabilidad del dominio y el ataque, y para esa labor no basta con ser buen estudiante. Tambi¨¦n se requiere inspiraci¨®n.
Centrados en los nombres propios, la principal novedad es que Cristiano parece recuperado de su sobrecarga muscular (o sobrecarga de m¨²sculos) y jugar¨¢. Tampoco se esperan piruetas en la porter¨ªa del Madrid (Iker, pues) y m¨¢s incierto es lo que ocurra con Modric, cuya posici¨®n (d¨¦bil) se disputan James y Di Mar¨ªa. Lo del argentino da para una novela (de desamor): se quiere ir porque no se siente querido y el club no termina de quererle porque siempre se quiere ir. M¨¢s all¨¢ de esta tormentosa relaci¨®n, su anarqu¨ªa vertical es una amenaza para cualquier adversario, y tambi¨¦n para el Atleti. Si el Cholo lo se?ala como el mejor del Madrid no es s¨®lo por afecto de compatriota, sino para ejercer una doble presi¨®n: sobre los suyos (no lo pierdan de vista) y sobre el rival (divide y vencer¨¢s).
Bloque. En el Atl¨¦tico tampoco se esperan revoluciones significativas, aunque podr¨ªa haber retoques. Siqueira sufri¨® ante Bale (Insaldi fue su relevo) y Griezmann es una carta que puede jugarse al principio o al final de la partida, seg¨²n el grado de arrojo. Pero lo que funcion¨® no es frecuente cambiarlo.
Kroos y Koke son dos jugadores que conviene mencionar antes del final para no dejarse ninguna clave. Lo dem¨¢s es un choque de opuestos t¨¢cticos, t¨¦cnicos y filos¨®ficos. Un derbi, en definitiva.