Messi y Romero evitan el rid¨ªculo de Argentina ante Ir¨¢n

Messi marc¨® en el descuento y eso tambi¨¦n suma y vale. Una rosca descomunal, un tiro brutal, perfecto, directo a la escuadra de la porter¨ªa de Haghighi acab¨® por darle el triunfo a la Argentina, al equipo de Sabella que sabe que mucho deber¨¢n cambiar las cosas para que no se pierda la paciencia en ¨¦l. Ni un gesto de t¨¦cnico solvente tuvo el seleccionador, m¨¢s all¨¢ de dejar que su equipo se encasquillara una y otra vez ante el entramado defensivo que plante¨® Queiroz. Sensacional el conjunto iran¨ª, lamentable el albiceleste, que tuvo a Diego Maradona en la grada.

Pese a que tuvo premio en el ¨²ltimo suspiro, nadie le podr¨¢ negar a Messi que lo prob¨® siempre. Aparecieron como sus aliados Higua¨ªn y el Kun, pero nada, ni con esas. No se encontraron. Ag¨¹ero mostr¨® movilidad, pero poco m¨¢s; el exmadridista supo pivotar, jugar de cara para sus compa?eros, que nunca pudieron embocar los servicios de cara. Un desastre. Y Sabella, encorbatado, sin mover un dedo. Desesperaba ver c¨®mo, ante la imposibilidad de entrar por el centro, Gago y Mascherano acostumbraban a descargar a la izquierda. All¨ª aparec¨ªa el atrevido lateral Rojo y la estampa de Di Mar¨ªa, pero acabaron siempre rebotando contra la cada vez m¨¢s c¨®moda retaguardia iran¨ª.

Pasaban los minutos y Nekounam y compa?¨ªa se hac¨ªan con el centro del campo. Comenzaba a cambiar el gui¨®n. Y eso, claro, desesperaba a los sudamericanos, incapaces de atinar ante Haghighi, un sobrio meta que dej¨® algunas de las paradas m¨¢s interesantes vistas hasta ahora.

Y si el portero iran¨ª crec¨ªa, el criticado Sergio Romero salv¨® a los suyos. Tres intervenciones de reflejos evitaron el gol, al igual que la colaboraci¨®n del ¨¢rbitro, que antes de llegar a la hora de partido, no quiso se?alar un penalti de Zabaleta a Reza, un incordio persa.

Los minutos volaban y Messi, cada vez m¨¢s, deb¨ªa retrasar su posici¨®n. No encontraba el camino y comenz¨® a echar de menos la paciencia que le llev¨® a la gloria. No lo dir¨¢ nunca, pero a Leo, en la selecci¨®n, echa en menos a Xavi, un tipo fr¨ªo, solvente, que lea como nadie la jugada y que la ejecute un segundo antes que el resto. Vamos, como acostumbra a hacer ¨¦l en ataque. Ayer lo volvi¨® a demostrar. Su golpe¨® en el descuento fue tan espectacular como efectivo. Argentina gan¨®, pero dej¨® dudas. Muchas.