REAL MADRID 3 - ESPANYOL 1
Gareth Bale y Morata solucionan; Cristiano y Benzema inquietan
El Madrid tumb車 al Espanyol con tres buenos arreones. El gal谷s hizo el primero y Morata logr車 un doblete. Cristiano se resinti車 en el calentamiento y Benzema se da?o el aductor.Gales - Uruguay: final China Cup 2018
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Lo m芍s relevante del partido sucedi車 antes del inicio: Cristiano abandon車 el calentamiento lesionado. Si en Valladolid se retir車 a los ocho minutos, ayer, diez d赤as despu谷s, rebaj車 sustancialmente su registro. Ni 谷l ni el equipo m谷dico del club quedan en buen lugar con estas cosas. Ahora se hablara de prevenci車n, pero ※precipitaci車n§ y ※descoordinaci車n§ parecen palabras m芍s adecuadas. A falta de conocer el alcance de su dolencia (el misterio de la pr車xima semana), Cristiano compartir芍 la Bota de Oro con Luis Su芍rez, lustrosa pareja (Florentino me dar芍 la raz車n).
No fue la 迆nica nube de una tarde soleada. En la segunda parte, y despu谷s de dar un gran pase de gol a Bale, Benzema pidi車 el cambio con molestias en su abductor izquierdo. El Madrid hab赤a fracasado en el primer objetivo del partido, no lesionarse. El segundo reto fue conseguido: despedirse de la Liga con victoria.
En partidos como el de ayer, el f迆tbol se convierte en m迆sica de fondo. Agradable para ojear una revista o para perderse en pensamientos diversos. Si lo ubicamos en un estadio, o desde un sof芍 y ante un televisor, se llama mirar sin ver y no s車lo afecta a los espectadores. Tambi谷n los jugadores son v赤ctimas potenciales.
Dir赤amos que el partido record車 a los que se juegan, tambi谷n en s芍bado y a la misma hora, en muchas localidades, re?idas ligas de empresas: Pub Bego?a contra Autoescuela Rubi San. Pero mentir赤amos. Aquellos son m芍s apasionados. El aficionado al f迆tbol, el enamorado apenas correspondido, no necesita motivos para arriesgar sus ligamentos en pos de un bal車n improbable. El profesional, s赤. De ah赤 el fracaso de los amistosos y por eso el escaso inter谷s que gener車 el choque de ayer. Lo que vimos en el Bernab谷u fue un juego sin nada en juego, una tarde en el solarium, toreo de sal車n.
Hubo excepciones, no obstante. Honrosas, naturalmente. Carvajal, por ejemplo. El canterano demostr車 que 谷l todav赤a se juega el Mundial e hizo m谷ritos para no caer de la lista de 30. Recorri車 la banda como si tuviera que trillarla. En su af芍n por participar y dejarse ver, el chico ejerci車 de 2, de 7 y hasta de 9 en el segundo palo. Semejante entusiasmo, a s車lo siete d赤as de la final de Champions, provoc車 en Ancelotti la 迆nica respuesta posible: le sustituy車 al descanso.
El caso de Di Mar赤a es diferente, aunque bien conocido. Despu谷s de jugar al f迆tbol lo que m芍s le gusta es jugar al f迆tbol. No es que le aburra la vida sedentaria; es que le aburre andar. Su electricidad mantuvo conectado al Madrid hasta el 迆ltimo minuto: el fideo, espl谷ndido, cerr車 la faena con dos asistencias a Morata.
En el mediocampo, Khedira estuvo m芍s activo que Illarramendi, cuya horizontalidad y parsimonia eran moda en los 90 (Milla, Celades#), pero ahora resultan exasperantes. M芍s arriba, el talento de Bale disimul車 el tedio reinante. El gal谷s aprovech車 un regalo de Benzema para abrir el marcador y batir con la derecha a Casilla.
Un doblete de Morata (ocho en Liga) complet車 la goleada mientras el Espanyol jugaba sus mejores minutos del partido (Sergio Garc赤a a los mandos), recompensados con un gol de Pizzi. No hubo m芍s o no se recuerda. Lo siguiente, sin embargo, no se olvidar芍 nunca. La Champions, la copa o la vida.