REAL MADRID 2 - VALENCIA 2
El Madrid se dispara a un pie
Salv車 un punto muy al final, pero no se acerc車 lo suficiente al Atl谷tico y abri車 el campeonato de nuevo al Bar?a. Heroica actuaci車n de Diego Alves ante Cristiano.
Aunque no estaba programado hasta las nueve, el partido comenz車 mucho antes, a las cinco de la tarde, en el Ciutat de Valencia. De all赤 sali車 ganador el Madrid. Lo siguiente es f芍cil imaginarlo: el equipo hizo sus cuentas, se apunt車 los tres puntos del Valencia y se felicit車 por su buena estrella; el triplete era posible. En resumen: vulner車 todo aquello que aconseja la prudencia, al tiempo que invoc車 a los perversos dioses de la gafancia. Lo comprendimos seg迆n se desarrollaba el partido: quien por Keylor mata, por Alves muere. El f迆tbol es un s芍dico exquisito.
V谷anlo. El empate del Madrid en el minuto 93 fue celebrado con m芍s entusiasmo por los atl谷ticos que por los madridistas. El gol de Cristiano (taconazo fabuloso) impide que el Bar?a dependa de s赤 mismo para ser campe車n y deja el t赤tulo en manos del Atl谷tico. El resto de cuentas son perversas: si el Madrid vuelve a fallar, el Bar?a volver芍 a depender de s赤 mismo. Si no lo hace, los tres de arriba podr赤an llegar con opciones a la 迆ltima jornada.
Alves no fue el 迆nico responsable del gatillazo madridista. Parejo, el futbolista al que bendijo Di St谷fano, complet車 un partido extraordinario y, en general, todo el Valencia demostr車 que hubiera sido un dign赤simo finalista de la Europa League, quien sabe si campe車n. Por cierto, han pasado s車lo cinco d赤as desde la haza?a del Madrid en M迆nich, conviene recordarlo por si alguien tiene la tentaci車n de encender la pira.
Ning迆n madridista hubiera imaginado esto en una noche tan apacible. A los dos minutos, Cristiano ya hab赤a puesto a Alves a prueba. A los seis, Benzema no supo cabecear un centro de Bale, perfecto en la intenci車n, pero excesivo en la potencia. El Valencia contest車 con un cabezazo de Parejo al larguero. Quien sostiene que golpear al palo es m芍s hermoso que marcar exagera s車lo levemente. La jugada nos hizo ver que quiz芍 el rival llegaba deprimido, pero con el talento intacto.
Alves volvi車 a detener a Cristiano, en otro tiro casi en sus barbas. Despu谷s le desvi車 un chut cruzado, colocad赤simo. Es una fortuna (especialmente para la Selecci車n espa?ola) que Scolari siga ignorando a este portero.
Las respuestas del Valencia empezaron a ser m芍s constantes, m芍s valientes. Diego L車pez evit車 el gol de Feghouli y un minuto despu谷s marc車 Mathieu, a la salida de un c車rner. Colaboraron Diego L車pez y Varane. El Madrid entendi車 entonces que hab赤a que esforzarse m芍s de lo previsto, sufrir m芍s, correr m芍s, pensar mejor. Ten赤a 45 minutos por delante.
Tras el descanso, Di Mar赤a entr車 por Illarramendi, y si el cambio resulta doloroso es porque fue justo. Illarra, insulso en la aportaci車n, hab赤a perdido en el mediocampo dos balones de los que ruborizan.
El partido enloqueci車 y pareci車 bueno para el Madrid. Sergio Ramos igual車 despu谷s de que Cristiano le pusiera el bal車n como un colocador de voley. Quedaba media hora por delante. Sin embargo, los jugadores de Ancelotti no ten赤an ni las piernas ni la lucidez de otras noches. Les falt車 eso y les sobr車 Alves.
El gol de Parejo fue un golpe demasiado duro, una dulce venganza a la altura de su calidad. No se repuso el Madrid. Atac車 con m芍s orgullo que convicci車n hasta que Cristiano marc車 un gol maravilloso que quiz芍 perjudique a su equipo, as赤 de s芍dico es el f迆tbol, as赤 de delicioso.