AS COLOR
?Penalti! El arte de entrar a matar
El penalti es tan antiguo como el f¨²tbol: ideada por el portero William McCrum, en 1890, y estrenada por John Health, del Wolves, un a?o despu¨¦s.

¡°No me falles¡±. Sobre su espalda Cesc F¨¤bregas ten¨ªa la ilusi¨®n de todo un pa¨ªs y la latente amenaza de la desdichada trayectoria del f¨²tbol espa?ol en los momentos trascendentales. De su lanzamiento depend¨ªa dar continuidad al gafe hist¨®rico o romper una din¨¢mica eterna. Nadie le pod¨ªa ayudar ya, s¨®lo ella. Por eso la mim¨® y se dirigi¨® a la pelota: ¡°No me falles¡±. Y no le fall¨®. Buffon cay¨® a su lado derecho y la amiga para siembre de Cesc tom¨® el camino opuesto. Espa?a eliminaba a Italia en cuartos de final de la Eurocopa de 2008. El mal no duraba cien a?os. Se iniciaba un reinado: la hegemon¨ªa del preciosista y fruct¨ªfero juego de Espa?a en el f¨²tbol mundial. Esa historia la empez¨® a escribir ese penalti.
La pena m¨¢xima, t¨¦rmino con el que se conoce al penalti y que ya habla de su importancia, ha tenido protagonismo en pr¨¢cticamente todos las grandes competiciones futbol¨ªsticas, desde que se empezara a utilizar como f¨®rmula de desempate a mitad de centuria. Pese a que hay quien apunta que ya se utiliz¨® en una Copa yugoslava de 1952, su origen se le atribuye al periodista espa?ol Rafael Ballester. Este gaditano ide¨® la tanda de penaltis como f¨®rmula para evitar las eternas semifinales que a veces deparaba el Trofeo Carranza. La FIFA lo acept¨® en 1970. Su invenci¨®n como elemento de un partido es mucho m¨¢s antigua. De hecho hay que remontarse hasta el siglo XIX, por lo que el penalti es casi tan viejo como el f¨²tbol.
En 1891, Notts County y Stoke se med¨ªan en un campo de juego. Cuando los segundos estaban casi celebrando el gol, un defensor del Notts lo evit¨® con la mano. ?Qu¨¦ se hac¨ªa entonces? Esa jugada fue el origen para que la actual International Board aprobara el castigo del penalti, que hab¨ªa sido inventado un a?o antes por William McCrum. Este guardameta norirland¨¦s cre¨® la conocida regla 14 del f¨²tbol, que fue estrenada por John Heath, del Wolves, el 14 de septiembre de 1891. En 1902 se instaur¨® su colocaci¨®n actual a once metros de la porter¨ªa.
Pese a su aparente simpleza (disparo a bal¨®n parado a once metros con la ¨²nica oposici¨®n del portero), han existido algunos que tuvieron la imaginaci¨®n y la valent¨ªa para demostrar que otros lanzamientos de penas m¨¢ximas eran posibles. Que se lo digan a Antonin Panenka, autor del penalti m¨¢s famoso de la historia.
Checoslovaquia y Alemania Federal no fueron capaces de superarse en el campo. Los penaltis eran la ¨²nica manera de decidir el campe¨®n de la Eurocopa de 1976. Lleg¨® el momento decisivo, el penalti del todo o nada. A un lado, uno de los mejores portero del mundo: Sepp Maier. Frente a ¨¦l, un futbolista a punto de hacerse inmortal. Tom¨® carrera, el infranqueable Maier se venci¨® a un lado. Panenka lo vio y opt¨® por golpear suave, picadito, manso, sutil. El esf¨¦rico tom¨® altura y con toda la delicadeza del mundo entr¨® por el centro de la porter¨ªa. La Eurocopa tambi¨¦n se pod¨ªa ganar desde el punto de penalti con arte y sin renunciar a la belleza. Panenka lo hizo.
El jugador checoslovaco cre¨® escuela y una corriente de imitadores. Son varios los futbolistas que, en momentos de mayor o menor tensi¨®n, se han decidido por esta arriesgada f¨®rmula de lanzar desde los once metros. Entre aquellos que rozaron lo temerario est¨¢n Zidane y Sergio Ramos. El franc¨¦s lo hizo en su partido de despedida, en toda una final del Mundial y, por momentos, coqueteando con el drama del gol fantasma. Apur¨® demasiado el disparo, el cuero bes¨® el larguero y bot¨® s¨®lo unos cent¨ªmetros m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea.
El futbolista de Camas, por su parte, ha tenido una estrecha relaci¨®n con los penaltis en los ¨²ltimos tiempos. De conocer las miserias de su lado m¨¢s cruel, a convertirle en h¨¦roe de toda una naci¨®n. En las semifinales de la Champions de la temporada pasada ante el Bayern, que se decidi¨® por penaltis, Ramos opt¨® por lanzarlo fuerte. Tan potente le peg¨® al bal¨®n, que la pelota sali¨® escupida varios metros por encima del travesa?o. El sevillano tuvo que aguantar el escarnio, las chanzas y las chuflas ofensivas de todo el mundo. Pero no se arrug¨® y en la Eurocopa, unos meses m¨¢s tarde, se cobr¨® su esperada revancha.
Mostr¨® mucho car¨¢cter y personalidad para decir a Del Bosque que ¨¦l quer¨ªa ser uno de los cinco lanzadores de los penaltis que iban a decidir las semifinales ante Portugal. Ya lo hab¨ªa planeado todo en su cabeza. Quiz¨¢ motivado por todas esas bromas que tuvo que aguantar, tuvo arrestos para jugarse un ¨®rdago con un ¡®Panenka¡¯ de vuelo bajo que inici¨® el camino a un final que, de nuevo, F¨¤bregas rematar¨ªa en la ¨²ltima pena m¨¢xima.
Otros que tambi¨¦n se han atrevido a imitar a Panenka han sido Totti ante Holanda, en cuartos de la Eurocopa de 2000; Pirlo ante Inglaterra, el pasado verano; Abreu en cuartos de final del Mundial del 2010 ante Ghana, H¨¦lder Postiga ante Inglaterra, en cuartos de la Eurocopa de 2004; Milevski en el Ucrania-Suiza del Mundial del 2006; o Riquelme en la Copa Am¨¦rica de 2007, nada menos que ante Brasil. En Espa?a tampoco se olvida el que Casquero fall¨® ante Casillas, en la jugada en la que previamente Pepe le agredi¨®. Panenka calific¨® ese penalti como ¡°el peor que ha visto en su vida¡±.
Hay jugadores que, incluso, se llegaron a convertir en especialistas en el lanzamiento de Panenka. En la Liga espa?ola, cada vez que Djalminha ejecutaba una pena m¨¢xima, todos los espectadores (y los porteros) se preguntaban si lo har¨ªa otra vez m¨¢s. Guardametas como Casillas o templos como San Siro pueden dar fe de ello. Otro especialista fue el ya mencionado ¡®Loco¡¯ Abreu, capaz incluso de hacerlo dos veces en un mismo partido, con Fluminense, en s¨®lo cinco minutos. Fall¨® el primero y marc¨® el segundo.
La ¨²nica creativa idea que se puede colocar a la altura de la locura y las agallas de Panenka la tuvo Johan Cruyff, aunque el invento del genial jugador holand¨¦s ha tenido mucho menos recorrido. En 1982, cuando a¨²n era futbolista del Ajax, se puso de acuerdo con su compa?ero Jesper Olsen para, en vez de lanzar a porter¨ªa desde el punto de penalti, asistir a un compa?ero ante la incredulidad del portero y los rivales. Amag¨® con que iba a recolocar el bal¨®n y, al agacharse, pas¨® a su izquierda de manera suave, avanz¨® Olsen con el bal¨®n y a la salida del portero se la devolvi¨® al ¡®Flaco¡¯, quien marc¨® a placer. En cuanto a la tensi¨®n del momento, est¨¢ muy alejado del de Panenka, pues Cruyff lo hizo ante el Helmond Sport, en un partido de liga holandesa y cuando ya iban ganando por 4-0.
Sin embargo, el exentrenador del Barcelona no fue el pionero del penalti indirecto. El belga Henri Coppens lo hizo en el Mundial de 1958 ante Islandia, aunque con mucho menos estilo que Cruyff y Jesper Olsen.
Esta ocurrente idea s¨®lo ha sido imitada por Robert Pires durante su estancia en el Arsenal. La ejecuci¨®n fue tan nefasta que se le quitaron las ganas de repetirlo. En 2005 y ante el Manchester City, el franc¨¦s busc¨® a Henry, pero, a la hora de golpear al bal¨®n, apenas conect¨® con ¨¦l y ¨¦sta casi no se movi¨®, Henry se pas¨® de largo y as¨ª se puso fin a un rid¨ªculo penalti.
Si hay alguien en el mundo del f¨²tbol que puede contar haber padecido una pesadilla con los penaltis es, sin duda, Mart¨ªn Palermo. El ariete argentino fall¨® hasta tres penas m¨¢ximas en su partido de la Copa Am¨¦rica ante Colombia: en el minuto 5 (al larguero), en el 76 (a las nubes) y en el 90 (lo par¨® el arquero). Adem¨¢s, en ese partido de la fase de grupos, Zanetti tambi¨¦n fall¨® uno y el Mono Burgos ataj¨® otro. En total, cinco penaltis errados de seis lanzados en un mismo partido. C¨®rdoba fue el ¨²nico que acert¨®.
Existe una cierta leyenda en el f¨²tbol de que los mejores futbolistas, aquellos que marcan las diferencias y llenan los estadios, tienen cierta tendencia a errar en momentos decisivos. Messi fall¨® el penalti ante el Chelsea y dej¨® a su equipo sin la final de la Champions. Id¨¦ntica desdicha que Cristiano (y Kak¨¢), que se top¨® con Neuer en la tanda de penaltis ante el Bayern. Roberto Baggio y Baresi fallaron en la tanda decisiva de la final del Mundial del 94, la primera que decid¨ªa un campeonato del mundo. Italia lo ser¨ªa en 2006 por el penalti que Trezeguet mand¨® al travesa?o. A Maradona le ocurri¨® en el Mundial de 1990, cuando su penalti al centro fue parado por el guardameta de Yugoslavia.
En el Mundial de 1986, en el partido de cuartos de final, estrellas de la talla de Zico (durante el partido), S¨®crates y Platini (en la tanda) tampoco encontraron el camino del gol. Francia ser¨ªa el clasificado. En la Eurocopa de 2004, consumados especialistas como Gerrard y Lampard perdieron su infalibilidad ante el portero luso Ricardo. Tampoco olvidar¨¢ Terry su resbal¨®n en la final de la Champions ante el Manchester, al igual que Pellegrino o Shevchenko sus trascendentales errores en las finales de 2000 y 2005, respectivamente. En Coru?a tampoco le han perdonado todav¨ªa a Djukic su penalti marrado ante el Valencia que le hubiera dado la liga al Superdepor y se la dio al Bar?a.
Cap¨ªtulo aparte merece la final entre Barcelona y Steaua de Copa de Europa. El cartel de favorito con el que el conjunto cul¨¦ lleg¨® a ese d¨ªa fue contradicho en la tanda. Ning¨²n jugador blaugrana marc¨® y el trofeo vol¨® hasta Bucarest, ya que su equipo s¨ª estuvo acertado en dos lanzamientos.
Hasta ese d¨ªa de F¨¤bregas ante Italia, la Selecci¨®n espa?ola tambi¨¦n ten¨ªa su particular historia negra con los penaltis: el de Eloy en el Mundial de M¨¦xico, los de Hierro y Nadal en la Eurocopa del 96, el de Ra¨²l a Francia en la Eurocopa de 2000, el de Joaqu¨ªn ante Corea, en el Mundial de 2002¡ Una pesada losa que la Roja se supo quitar en ese se?alado d¨ªa de cuartos de final ante Italia, en la Eurocopa de 2008.
Tan interesante resulta el mundo particular de los penaltis que la ciencia tambi¨¦n se ha acercado a ellos. Un estudio de la universidad de Amsterdam (estudiaron las tandas de los ¨²ltimos ocho mundiales), que recoge la revista ¡®Psychological Science¡¯, revela que los porteros suelen elegir tirarse hacia su lado derecho cuando su equipo va perdiendo en el marcador; en caso de empate o victoria moment¨¢nea, escogen uno u otro lado indistintamente.
Investigadores de la Universidad de Exeter, en un estudio del que se hizo eco la revista ¡®Journal of Sport and Exercise Psychology¡¯, indagaron en las causas que llevan al jugador a fallar un penalti. Concluyeron que se debe a la ansiedad que el futbolista exterioriza en el movimiento de los ojos. Cuanto m¨¢s nervioso est¨¢ el jugador, m¨¢s tiempo miran al portero antes de golpear el esf¨¦rico. Esto hace que los disparos salgan m¨¢s centrados y menos angulados. Por suerte para La Roja, Cesc no debi¨® mirar durante mucho tiempo a Buffon en aquel inolvidable 22 de junio de 2008. La pelota le obedeci¨®. No le fall¨®.