Copa | Ol¨ªmpic 0 - Real Madrid 0
El Ol¨ªmpic de X¨¤tiva se fue de cena con sus 'trofeos de guerra'
Los guantes de Casillas fueron para el guardameta Francis. Las botas de Isco, para Jes¨²s, tambi¨¦n malague?o. Y despu¨¦s turn¨¦ por los medios de comunicaci¨®n.
X¨¤tiva despert¨® ayer con la resaca m¨¢s dulce. Su equipo, el Ol¨ªmpic, hab¨ªa tuteado al todopoderoso Real Madrid. El equipo de Antonio Aparicio, adem¨¢s, logr¨® su objetivo, que no era otro que llegar con opciones al partido de vuelta en el Santiago Bernab¨¦u. Toda la ciudad sacaba ayer pecho por ello y muchos ya se preparan para el desembarco en la capital (mi¨¦rcoles, 18 de diciembre, 21.30 horas). Se agotaron los peri¨®dicos en los quioscos y en plazas y calles s¨®lo se hablaba de la gesta de su equipo.
Tras el pitido final se desat¨® la euforia. La noche se alarg¨® lo justo y necesario en estos casos para los pupilos de Aparicio. Sobre el papel era un simple 0-0, nada m¨¢s. Pero la realidad es otra. El Ol¨ªmpic y X¨¤tiva entera saben que es una aut¨¦ntica gesta. Se ve¨ªa en las caras de p¨²blico y jugadores. Entonces comenz¨® la fiesta. Lo primero fue conseguir los tesoros m¨¢s valiosos de la noche. A la b¨²squeda de esa camiseta que guardar¨¢n para siempre. Todo val¨ªa. Los guantes de Casillas fueron para el guardameta Francis. Las botas de Isco, para Jes¨²s, tambi¨¦n malague?o. Y despu¨¦s turn¨¦ por los medios de comunicaci¨®n. ¡°No sab¨ªa que hab¨ªa tantas radios que retransmit¨ªan los partidos¡±, comentaba Francis. Durante la semana no se hab¨ªan visto desbordados, pero el s¨¢bado se roz¨® la locura en los pasillos de La Murta.
Luego lleg¨® el momento de celebrarlo con familiares y amigos que esperaban en el ya archiconocido Rac¨® de Betet, bar que se empieza a considerar talism¨¢n. En su televisi¨®n fue donde los jugadores se enteraron que les hab¨ªa tocado el Madrid en el sorteo y a su sal¨®n acudieron anoche para comentar las mejores jugadas. La de ayer no era una noche m¨¢s. Ayer luc¨ªan sus bienes m¨¢s preciados y sus sonrisas delataban ilusi¨®n y satisfacci¨®n por el deber cumplido. Mostraban sus trofeos de guerra. Bufandas al aire y a brindar. ¡°Ahora toca rematarlo en Madrid. ?Ay, como les demos un susto...!¡±, suspiraban.