ATL?TICO DE MADRID 7 - GETAFE 0
Festival del Atl¨¦tico sin Diego Costa y con Diego Costa
Dos goles de Ra¨²l Garc¨ªa, dos de Villa, uno de Adri¨¢n, otro en propia puerta de Lopo y una obra de arte de Diego Costa despedazan a un Getafe que perdi¨® a Valera por roja en el 41'.
El s¨¢bado fue un in crescendo goleador entre los tres candidatos al t¨ªtulo (s¨ª, tres). El Bar?a meti¨® cuatro, el Madrid respondi¨® con cinco y el Atleti ri¨® el ¨²ltimo, marc¨¢ndole siete a un Getafe que nunca supo por d¨®nde le llegaban los golpes y ni tan siquiera se cubri¨® la cara. Fue una masacre indecente. La aparente an¨¦cdota no lo es tanto: la diferencia entre los de Simeone y los humanos empieza a asemejarse a la que muestran los dos gigantes. Excepto loables excepciones como el Villarreal, le temen. Hay dos mundos en la Liga y el Atleti se ha comprado un palacete en el primero.
Con Diego Costa en el banquillo por precauci¨®n, Ra¨²l Garc¨ªa asumi¨® el papel de goleador. No el de falso nueve que tanto se lleva, no, el de delantero con todas las de la ley. La del navarro es una bonita historia de compromiso y car¨¢cter. Desde que lleg¨® al Manzanares en 2007, su camino ha sido tormentoso. El precio (13 millones) y la falsa promesa de que al fin llegaba al anhelado mediocentro de jerarqu¨ªa fueron una losa y la cesi¨®n a Osasuna en 2011 parec¨ªa el pr¨®logo de su adi¨®s definitivo. Y entonces Simeone entr¨® en su vida para hacerla mejor. Como tantas. No ser¨¢ bonito, pero es eficiente. Dos goles m¨¢s y ovaci¨®n merecida.
Y no goles cualquiera, porque el primero (cabezazo inapelable en un c¨®rner de Koke) despert¨® un partido que llevaba 26 minutos a c¨¢mara lenta, pese a que el regreso de Arda devolv¨ªa al Atleti parte del sentido com¨²n perdido. El Getafe simul¨® una intensidad enga?osa. Andaba, pero de vez en cuando hac¨ªa una falta. P¨¦sima idea, pues se carg¨® de tarjetas innecesarias y lo acab¨® pagando cuando Valera, exatl¨¦tico agradecido, se fue a la ducha en el 41' por dos amarillas inapelables e innecesarias. Poco antes hab¨ªa marcado Lopo el 2-0 al tocar un remate que se iba fuera de Koke. El escenario era perfecto para que la segunda parte fuera un festival. Y as¨ª fue.
Cuatro minutos tard¨® Villa, que parece un veintea?ero, en remachar un centro de Juanfran, que sigue picado con Filipe Luis por ver cu¨¢l de los dos laterales es mejor extremo. Y casi de inmediato, Ra¨²l Garc¨ªa sac¨® de nuevo a pasear su cabeza-ariete con un precioso cabezazo a un bal¨®n perfecto de Tiago. Simeone entonces jug¨® de modo cruel con el ya rendido Getafe: quit¨® a Ra¨²l Garc¨ªa ... y meti¨® a Diego Costa, que juega siempre como si fuera una final empatada en el Bernab¨¦u. Y vive iluminado, claro. Su decimocuarto gol de la Liga fue una obra de arte, una chilena imparable a centro de Gabi que dej¨® a Simeone con cara de asombro y a Scolari, imaginamos, con un tembleque terrible.
Los ¨²ltimos 20 minutos no fueron aptos para menores de 18 a?os, dol¨ªa ver al Getafe. Pero el Atleti segu¨ªa decidido a dar un golpe en la mesa, con Adri¨¢n y ?liver dando relevo a los habituales al frente de la carga rojiblanca. El asturiano sigue esprintando hacia su resurrecci¨®n definitiva y regal¨® el sexto a Villa con una cabalgada que record¨® al de hace dos a?os, antes de cerrar la goleada con un gol de instinto. S¨ª, Adri¨¢n e instinto. Si Simeone consigue tambi¨¦n eso, ya le consideraremos capaz hasta de convencer a Alderweireld (titular, cumplidor y brillante en el desplazamiento largo) de que solucione lo de su corte de pelo.
Y as¨ª acab¨® otra fiesta en el Manzanares, ese lugar donde la felicidad es hoy rutina y todo parece posible. Todo. El Atleti respondi¨® a las dudas del empate en El Madrigal con un rugido tremendo. Si tiene techo, a¨²n no lo ha tocado.