Ancelotti: "Que quede claro: yo decido todas las alineaciones"

El entrenador soy yo. "Nota al mundo: yo decido las alineaciones. Yo solo, en todos los casos. Y quiero dejar ese punto bien claro de una vez. Por supuesto, Berlusconi me pidi¨® alguna vez que explicase por qu¨¦ quit¨¦ a un jugador y no a otro, y a veces discutimos cuando yo mand¨¦ al banquillo a alguno de sus favoritos, jugadores talentosos a los que le costaba ver con sus tacos fr¨ªos en el banquillo. En los ¨²ltimos tiempos Ronaldinho, al principio Rui Costa. Amaba a Van Basten y Savicevic, adora a Kak¨¢. Si un presidente te pide explicaciones tienes que d¨¢rselas, es tu obligaci¨®n. Un deber del entrenador a su jefe. Es algo que tiene todo el sentido".

Nervios de acero. "Mi culo est¨¢ a prueba de terremotos. Me he sentado en banquillos que no paran de moverse y agitarse. Mi culo ha tenido que resistir todos los niveles de la escala de Richter. Corrimientos s¨ªsmicos y descargas de alto voltaje. Todo el mundo est¨¢ en un sitio confortable y yo posado en un volc¨¢n. Siempre ha sido as¨ª. Vivo con la amenaza de ser despedido".

El d¨ªa que estall¨®... "Mi historia como t¨¦cnico del Mil¨¢n empez¨® con una derrota por 2-0 en Bolonia. Jugamos miserablemente. Me hizo perder los nervios por primera y quiz¨¢s ¨²nica vez en mi vida, no aguant¨¦ mi ira. Estrell¨¦ mi pu?o contra la mesa, pate¨¦ la puerta, romp¨ª una botella y empec¨¦ a gritar. Insult¨¦ a todos, les ataqu¨¦ a nivel personal, diciendo cosas crueles y abusivas intencionadamente. Aquello les sacudi¨® y cambi¨® la historia de aquel equipo".

Motivaci¨®n con Al Pacino. "Cuando tengo que lidiar con situaciones as¨ª (habla de la final de la Champions 2003 contra la Juventus), conf¨ªo en dos principios: claridad y concentraci¨®n. Unos d¨ªas antes del partido, en lugar de charla t¨¢ctica, hice un cinef¨®rum. Les puse una escena de Un domingo cualquiera en la que Al Pacino, entrenador de f¨²tbol americano, da un speech antes de un partido crucial: 'La vida es una cuesti¨®n de pulgadas, como el f¨²tbol. Porque en cada juego, la vida o el f¨²tbol, el margen de error es as¨ª de peque?o. Por eso nos curamos ahora, como equipo, o morimos como individuos'. Escalofr¨ªos. Hice m¨¢s, les prepar¨¦ un DVD con im¨¢genes de nuestro trayecto hacia la final. Encend¨ª las luces y les dije: 'S¨®lo hay una cosa m¨¢s que necesitamos'. Me habr¨ªa nominado a m¨ª mismo al Oscar al mejor gui¨®n".

Nuevo fan madridista. "Siempre he tenido un serio defecto. Cuando llego a un club para entrenarle, me convierto en su fan n¨²mero uno. No les pasa a todos los entrenadores, apostar¨ªa dinero. A m¨ª me sobreviene una pasi¨®n total, un flechazo instant¨¢neo. No soy un hombre de negocios, soy un rom¨¢ntico a la antigua. Respeto la cultura y la historia de los clubes para los que trabajo. Creo que es la forma id¨®nea de encarar mi trabajo. Una obligaci¨®n. No puedes aparecer un d¨ªa en un club y empezar a dar ¨®rdenes. Por otro lado, es inconcebible que un club cuestione las decisiones de su entrenador durante la temporada. Es una incomprensible y contraproducente forma de trabajar".

Pasi¨®n por la comida. "El f¨²tbol es como comer con tus amigos, cuanto m¨¢s comes, m¨¢s hambre te entra. () Devoro como un caballo, y nadie es m¨¢s feliz que yo. Campe¨®n de Italia, de Europa y del mundo, pero ll¨¦vame a una trattoria, si¨¦ntate y mira. Lo que comes es lo que eres. Soy un fil¨®sofo del rag¨², con una idea que merece un Nobel: no es el salami lo que te hace da?o, es el cuchillo Pienso en el cerdo casi como un animal sagrado, como una vaca en la India o Ibrahimovic para los fans del Inter de Mil¨¢n...".