Brasil y Espa?a jugar¨¢n la final so?ada tras 8 enfrentamientos
Se han visto las caras en seis partidos oficiales. El primero en 1934. El ¨²ltimo en el Mundial de 1986 con aquel gol fantasma de M¨ªchel. Tambi¨¦n han disputado tres amistosos.

La Selecci¨®n lleva un lustro reinando. Justo desde que se olvid¨® de sus complejos en 2008 y nos hizo vibrar con aquel gol de Fernando Torres en Viena. Con un estilo patentado, logr¨® all¨ª su primer gran campeonato en color y despu¨¦s, de forma consecutiva, gan¨® su primer Mundial (2010) y alz¨® su tercera Eurocopa (2012). Sin embargo, entre la euforia, los amantes de la excelencia siempre han arrastrado una esperanza truncada. Medir el nuevo potencial ¡®ca?¨ª¡¯ y sus estrellas en el pecho con la historia de Brasil. La madre de todos los rivales. La gran pentacampeona. Desde que ambos equipos son igual de temidos por sus rivales, jam¨¢s se han enfrentado. S¨®lo lo hicieron en categor¨ªas inferiores. O en las Olimpiadas. Siempre se miraron de reojo. Sin coincidir. Y eso duele. El partido del siglo se hac¨ªa esperar. Por fin llegar¨¢ en esta Copa Confederaciones 2013. Tras regatearse ambas selecciones en las anteriores dos citas de Sud¨¢frica, a la tercera ir¨¢ la vencida. Maracan¨¢ acoger¨¢ una final so?ada donde el honor pesar¨¢ mucho m¨¢s que la propia copa.
Hay casualidades como ¨¦sta, caprichos de la competici¨®n, que son insoportables para un aficionado hambriento de citas legendarias. Uno siempre imagina estos duelos en sue?os o videojuegos sin que muchas veces se hagan realidad. Una verdadera pena que se hace extensible tambi¨¦n a los jugadores y a los entrenadores. Los mejores siempre quieren retarse entre ellos. Por ego. Para la posteridad. A ojos del planeta entero. La Selecci¨®n, por citar un antojo del destino, ya se qued¨® sin la posibilidad de enfrentarse a uno de los m¨¢s grandes de todos los tiempos: Pel¨¦ (s¨ª jug¨® ante equipos espa?oles). Y eso no se olvida. Porque lo peor, como ocurre en este caso, es que a veces la desgracia es imposible de reparar. Por mucho que ¡®O Rei¡¯ lance dardos desde su acomodada jubilaci¨®n: ¡°Si yo jugara con mi Selecci¨®n del 70¡¯, estoy seguro de que ganar¨ªamos a esta Espa?a¡±. Quiz¨¢s por el dolor de este encuentro a?orado, era conveniente no dejar que ahora Neymar, estrella con un futuro m¨¢s prometedor, cumpla a?os como ¨¦l sin medirse con la Selecci¨®n.
Espa?a y Brasil han jugado en contra ocho veces en categor¨ªa absoluta, tres de ellas en amistosos de esos en los que el suplente manda y las figuras se escaquean. El balance, lo suponen: la ¡®canarinha¡¯ gan¨® cuatro veces, en dos ocasiones lo hizo La Roja y en otras dos empataron. Y en s¨®lo uno de los encuentros, el disputado en la fase de grupos del Mundial de Chile 62, Puskas, Gento y compa?¨ªa ten¨ªan esperanzas de verse las caras con Pel¨¦. No pudo ser. El ¡®10¡¯ sufri¨® un esguince inguinal antes de la cita mundialista y no pudo jugar debido a los dolores y a los consejos m¨¦dicos. Brasil gan¨® 2-1 con pol¨¦mica arbitral: el colegiado chileno Bustamante sac¨® del ¨¢rea un penalti clamoroso a Collar y, para colmo, anul¨® el gol conseguido por Espa?a en ese mismo saque de falta. Pero en nuestro pa¨ªs doli¨® mucha m¨¢s la ausencia de Pel¨¦ que el negativo resultado final.
Hasta ese fat¨ªdico d¨ªa (por el marcador y el infortunio), Espa?a y Brasil se encontraron dos veces. La primera en 1934, con victoria espa?ola en G¨¦nova (1-3), en los octavos del Mundial de Italia. Goles de Iraragorri y L¨¢ngara. La otra fue en la segunda fase del torneo de torneos, en el que Brasil se veng¨® con sa?a en Maracan¨¢, en 1950 (6-1). Tras aquel encuentro en Vi?a del Mar sin el lesionado Pel¨¦, estas selecciones jugaron cinco partidos m¨¢s. Todos en el pasado siglo. La siguiente en Mar de Plata, en el Mundial ¡®78 (0-0), con aquel fallo inolvidable a bocajarro de Carde?osa. M¨¢s tarde, en un amistoso sin enjundia en Bah¨ªa (1-0 para los locales). Luego en el Mundial de M¨¦xico ¡®86, con aquella injusta derrota espa?ola tras gol fantasma de M¨ªchel y un tanto ilegal de S¨®crates. Y las ¨²ltimas fueron dos bolos en la pen¨ªnsula. Uno en Gij¨®n, en 1990, donde Espa?a barri¨® a Caf¨² y C¨ªa (goles de Carlos, Fernando G¨®mez Colomer y M¨ªchel), y otro en Vigo (0-0), ante Roberto Carlos y Rivaldo. Desde esa lejana noche, la del 13 de noviembre de 1999, todav¨ªa est¨¢bamos esperando.
En mitad del desierto, con Espa?a ya encumbrada, hubo dos posibilidades reales sin ¨¦xito para medir de nuevo las fuerzas. En la Confecup de 2009, con la Selecci¨®n reci¨¦n coronada en Europa, se esfum¨® la primera de ellas. Brasil, ganadora de tres torneos entre Confederaciones, gan¨® con solvencia en la fase de grupos. Super¨® a Egipto (4-3) y arras¨® a EEUU e Italia (3-0). Espa?a, por su parte, hizo los deberes ante Nueva Zelanda (5-0), Irak (1-0) y Sud¨¢frica (2-0). Pero el problema lleg¨® en semifinales. Brasil gan¨® a la anfitriona por la m¨ªnima y Espa?a cay¨® estrepitosamente ante EEUU (2-0). La final m¨¢s esperada no lleg¨®. En el Mundial, un a?o despu¨¦s, quedaba otra bala. Y tambi¨¦n se malgast¨®. Esta vez por la inoperancia brasile?a. Lider¨® su grupo con buenas victorias ante Corea (2-1) y Costa de Marfil (3-1) y tras un empate sin goles frente a Portugal. Dio muy buenas sensaciones en octavos de final contra Chile (3-0), pero en cuartos se derrumb¨® ante Holanda. Espa?a, con la que no se iba a cruzar hasta la final¨ªsima, se plant¨® en el partido decisivo con firmeza. Iniesta hizo el resto.
Ahora, en pleno 2013, podr¨ªa decirse que llegaba una tercera oportunidad para cruzarse con los papeles pr¨¢cticamente cambiados. Brasil est¨¢ en plena construcci¨®n y plagada de dudas. Con Scolari a los mandos y con varias de sus estrellas, Kak¨¢ y Ronaldinho, en galeras. Mientras, Espa?a llega en plena madurez gracias a la seguridad que dan los ¨¦xitos. Con Del Bosque de ¡®marqu¨¦s¡¯ y presumiendo con 19 de los campeones del mundo. La vida ha cambiado mucho. Por ello ahora s¨®lo hay cuatro ¡®espa?oles¡¯ que juegan con Brasil. Un equipo al que nuestro campeonato nacional aporta m¨¢s defensas que artistas a la ¡®canarinha¡¯: Alves, Marcelo, Filipe Luis y Neymar son los convocados. Por el contrario, Espa?a tiene en su lista a nueve ¡®exiliados¡¯ donde hay m¨¢s magia que fortaleza: Reina, Azpilicueta, Monreal, Javi Mart¨ªnez, Mata, Cazorla, Silva, Navas y Torres. Podr¨ªa decirse que Espa?a est¨¢ de moda y el conjunto brasile?o anda algo marchito (aunque resucitado). Que la Selecci¨®n ya es m¨¢s de samba y a Brasil le pega m¨¢s el pasodoble.
Pero eso s¨®lo se demuestra y confirma sobre el campo. Lleg¨® el momento de rendir cuentas. Veintisiete a?os sin un duelo oficial hab¨ªan privado a nuestros abuelos de otro gran espect¨¢culo y manten¨ªa a una generaci¨®n entera, la que brot¨® precisamente con el ¡®Naranjito¡¯, sin quitarle ojo al calendario. Con esto es suficiente. Basta. Ya est¨¢ bien. La suerte est¨¢ echada. El pasado es de Brasil y el presente pertenece a Espa?a. En juego est¨¢ el futuro. El domingo a las 00:00. Tanta espera merece un d¨ªa inolvidable. Una gran final. Ya toca. Son trece a?os y medio con un deseo por cumplir. Son 4.959 d¨ªas suplicando.