Largo. El tema es que, entonces, jug¨¢bamos muchos partidos amistosos fuera de Espa?a porque el club necesitaba dinero.?Les afect¨®? Fuimos de m¨¢s a menos. En la semifinal ya sufrimos mucho en la ida en San Mam¨¦s, donde perdimos 3-0. Pero aqu¨ª metimos ocho goles.?C¨®mo remontaron la semifinal? Nos picamos. Incluso hubo apuestas entre nosotros. En concreto dos apostaron dinero, pero no le dar¨¦ los nombres por respeto, porque adem¨¢s est¨¢n ambos fallecidos. Y a uno le toc¨® pagar. Fue una euforia, sobre todo por ser el Athletic, un equipo de gran trayectoria copera.?Y en la final del 60 se sent¨ªan ya ganadores? Empezamos bien, ganando, y de repente nos empataron. En el segundo tiempo no pod¨ªamos levantar las piernas, por el cansancio, como le dec¨ªa. En la final del 61 ocurri¨® igual. El Atl¨¦tico ten¨ªa mucha ilusi¨®n y un gran equipo. Y una jugada novedosa de Collar y Peir¨®.?Qu¨¦ jugada era? Un saque de banda. Collar miraba para su campo pero la sacaba a un hueco en la banda izquierda de su ataque por donde entraba Peir¨® en velocidad.?No tuvieron opciones? La verdad es que en la del 60 Gento se lesion¨® en la primera parte y eso nos condicion¨®. No hab¨ªa cambios entonces, y no nos quedaba otra que esperar que marcara el gol del cojo. Pero no lleg¨®.?Han cambiado mucho los derbis? Primero, no hab¨ªa publicidad ni televisi¨®n. Los cambios eran a veces casi de barro. Las camisetas, si llov¨ªa, te pesaban diez kilos. Las botas para que le voy a contar. Si se mojaba el bal¨®n era imposible lanzarlo largo. ?Yo no recuerdo a ning¨²n portero hacerlo porque no habr¨ªa llegado ni al centro del campo! D¨ªgame usted, entonces, si han cambiado los derbis o no.?C¨®mo era la relaci¨®n entre los jugadores? ?ramos amigos. Los que alternaban se ve¨ªan Yo no sal¨ªa. Ten¨ªa mi familia y mucha disciplina.?Qu¨¦ jugador del Atl¨¦tico le daba m¨¢s problemas? Yo no me fie de nadie, nunca Mendon?a, Jones, Adelardo De nadie. Peir¨® arrancaba desde el centro del campo y nos pon¨ªa en problemas, eso s¨ª.