FA CUP | MANCHESTER CITY 0 -WIGAN 1
Proeza del Wigan de Roberto Mart¨ªnez: campe¨®n de la FA Cup
Un gol de Watson en el minuto 91 de partido sirvi¨® para derrotar al Manchester City de Roberto Mancini y para que el Wigan levante la primera Cup de su historia.

Con una honda y una piedra. Con orden, disciplina, con ideas, t¨¢ctica, con creencia absoluta en lo que se pidi¨® en el banquillo. Con una afici¨®n que no hab¨ªa vivido nada igual. Con un presidente que puede morir (deportivamente) tranquilo: se rompi¨® la pierna y acab¨® su carrera en una final de copa con 23 a?os, y la ha ganado tras subir a su club tres categor¨ªas. Con un entrenador leal que dijo que no al Manchester United (para ser segundo de Ferguson) y este verano al Liverpool porque est¨¢ aprendiendo su trabajo y lo est¨¢ haciendo como toca: trabajando duro, equivoc¨¢ndose, luchando. Con todo ello el Wigan se llev¨® la copa inglesa en una de las historias m¨¢s bonitas del a?o. Y el contrario no mereci¨® nada. Si el truco de un buen entrenador es maximizar el potencial de su plantilla, Roberto Mancini ha fracasado. Por eso se va, por eso el club ha decidido reemplazarlo por Manuel Pellegrini que es todo lo contrario.
El Wigan hizo dos o tres cosas y el Manchester City no se supo reponer. Los de Mart¨ªnez defendieron muy compactos, presionando arriba, cediendo las bandas. Y los atacantes de Mancini no supieron verlo. Los de Mart¨ªnez adelantaron la l¨ªnea defensiva y los del City solo sub¨ªan el bal¨®n con diagonales largas esperando que una jugada individual decidiera el partido. Iba a llegar, al fin y al cabo en siete encuentros no hab¨ªan encajado un tanto contra el Wigan: as¨ª deb¨ªan pensar. Pero la convicci¨®n, la insistencia, el juego, la iniciativa, el gui¨®n lo pusieron los del otro lado. Kon¨¦ se pele¨® con los centrales, McManaman busc¨® el uno contra uno constantemente, y cuando hizo falta (como en la mejor combinaci¨®n azulona con Nasri, Silva y T¨¦vez) Joel salv¨® con un pie milagroso.
Sali¨® del banquillo Ben Watson para, de cabeza y al final, convertirse en el h¨¦roe de los suyos. Pero solo fue uno de muchos. El f¨²tbol se alimenta de estas historias y el Wigan del catal¨¢n Roberto Mart¨ªnez saldr¨¢ con toda seguridad en los libros.