La intrahistoria
Eric Abidal: c¨®mo convertir todo un milagro en un problema
El jugador no est¨¢ enfadado, pero s? que impaciente tirando a molesto porque desde la junta directiva a¨²n nadie se ha dirigido ni a ¨¦l ni a su representante para tratar su futuro.
La capacidad de convertir el milagro que ha protagonizado ?ric Abidal con su vuelta al f¨²tbol tras someterse a un trasplante de h¨ªgado en un problema de formas entre el club y el jugador es dif¨ªcilmente comprensible. El jugador no est¨¢ enfadado, pero s? que impaciente tirando a molesto porque desde la junta directiva a¨²n nadie se ha dirigido ni a ¨¦l ni a su representante para tratar su futuro profesional. Abidal acaba contrato el 30 de junio y ha manifestado cada vez que ha tenido un micr¨®fono delante que su intenci¨®n es la de seguir jugando, preferiblemente en el Bar?a, pero que si el club catal¨¢n no le quiere, se buscar¨¢ la vida en otra parte.
El jueves pasado, en la presentaci¨®n del libro 'Relatos solidarios del Deporte' que apadrina el jugador franc¨¦s, Abidal bromeaba diciendo que "yo quiero seguir jugando si el Bar?a no me echa... pero creo que no me echar¨¢n". Una semana despu¨¦s, en los micr¨®fonos de RAC1 su mensaje fue m¨¢s contundente: "Mi deseo es seguir en el Bar?a, pero acabo contrato en junio ?y qu¨¦ hago si no me llaman?. Tengo contactos, pero no ofertas".
Entre ambas frases, no solo medi¨® el silencio institucional del Bar?a, que no se da por aludido, sino que adem¨¢s mediaron unas palabras del vicepresidente institucional, Carles Vilarrub¨ª en las que el dirigente habl¨® de la posibilidad de incorporar al franc¨¦s como embajador del Barcelona ofreci¨¦ndole un cargo institucional. A Abidal esta oferta le oli¨® a cuerno quemado y la interpret¨® como una manera m¨¢s o menos elegante de dejarle a un lado. Por eso, el jueves dej¨® muy clara su postura al afirmar que "primero quiero jugar, cuando me retire me encantar¨ªa ser embajador". A todo esto, se suman unas declaraciones de Josep Maria Bartomeu, vicepresidente del club que hace meses dio a entender que la renovaci¨®n ser¨ªa autom¨¢tica en cuanto volviera a jugar. Hubo milagro, y ahora hay desencuentro.