Barcelona
El Barcelona ya sabe que la autogesti車n no es suficiente
Sin Pep Guardiola y con Tito Vilanova ausente, el Barcelona se ha vuelto un equipo previsible. Jordi Roura quiere tocar pocas teclas y siempre juegan los mismos.
Hace tiempo que los periodistas que nunca acertaban, (acert芍bamos) una alineaci車n del Bar?a, las clavan todas. Los mismo que antes de escribir una previa dudaban de la disposici車n t芍ctica de un equipo que un d赤a jugaba con defensa de tres y al d赤a siguiente con cuatro atr芍s, a d赤a de hoy aciertan los sistemas de forma matem芍tica. Si los periodistas somos capaces de adelantar alineaciones y dibujos, qu谷 no har芍n los t谷cnicos de los equipos rivales. En San Siro se vio claramente. El Bar?a sigue siendo un equipo muy bueno. Pero ahora, tambi谷n, es un equipo muy previsible.
Evidentemente, la previsibilidad del equipo responde a una situaci車n muy concreta. El que se sienta en el banquillo, Jordi Roura, lo hace en comisi車n de servicio tapando goteras. El arquitecto de este equipo vive en Nueva York y su alumno m芍s aventajado, est芍 convaleciente. Es perfectamente l車gico que el interino toque pocas teclas y no quiera inventar. Especialmente, porque Roura, el a?o pasado era scouter y ahora est芍 al frente de un equipo repleto de estrellas.
Esta situaci車n de provisionalidad dej車 al Bar?a en manos de los jugadores por primera vez en muchos a?os. Si algo defini車 la etapa de Guardiola fue que el jugador era prescindible. Pep, que mam車 vestuario del Camp Nou muchos a?os, dej車 claro nada m芍s llegar que el equipo lo es todo y el jugador no es nada. Hay que recordar la rueda de prensa de su presentaci車n, en la que fulmin車 a Deco, Ronaldinho y Etoo. En su segundo partido de Liga, apost車 por dos jugadores de Segunda B llamados Pedrito y Busquets que nunca hab赤an jugado con las categor赤as inferiores de Espa?a y se march車 del Bar?a tras hacer titulares en un Cl芍sico a Tello y Cuenca. Era un Bar?a imprevisible que a veces era v赤ctima de ataques de entrenador, pero tambi谷n era un equipo en el que nadie pod赤a acomodarse porque el d赤a menos pensado te ibas al banquillo con la misma facilidad que pasabas a jugar de central.
A d赤a de hoy, el Bar?a echa de menos el agitamiento de Guardiola, porque los jugadores fracasaron en Mil芍n. Roura es la figura que da las ruedas de prensa mientras Vilanova se recupera, pero las alienaciones vienen desde el camerino, que se siente intocable. Pues bien, ha quedado claro que la autogesti車n no alcanza en Europa. La alineaci車n te車ricamente titular, la de los periodistas, que curiosamente coincide con la de los jugadores, ha ca赤do derrotada en San Sebasti芍n y en Mil芍n. A tenor de lo acaecido, se descubre que Guardiola influ赤a m芍s de lo que se pensaban en el palco.
Desde la llegada de Roura al banquillo a causa de la enfermedad de Vilanova, el Bar?a se ha asentado en unos par芍metros previsibles. Hay un equipo base que no se mueve a no ser que medie lesi車n o sanci車n. Una receta que vale para la Liga, pero que en Europa se ha visto insuficiente a las primeras de cambio.
Guardiola siempre sorprend赤a. A veces, su intervenci車n en el equipo era contraproducente, pero nunca se le dio una alineaci車n por supuesta. El equipo estaba en m芍ximo estado de tensi車n en todo momento. A d赤a de hoy, las alineaciones se telegraf赤an antes de los partidos. Las saben hasta los periodistas.