La intrahistoria
Del Superdepor a un club que est¨¢ a un paso del abismo
Es colista y los a?os sin pagar a Hacienda se convirtieron en embargo y la Concursal, que a Lendoiro le daba "verg¨¹enza", lleg¨® y dej¨® claro que hay una deuda gigantesca.
La crisis que sufre Espa?a est¨¢ poniendo sobre la mesa la factura de a?os de derroche. El f¨²tbol no es ajeno a ello y el Depor puede ser el paradigma de esos a?os locos. All¨¢ por 1991 los coru?eses regresaban a Primera tras veinte a?os de ostracismo con un joven abogado de Corcubi¨®n llamado Augusto C¨¦sar Lendoiro. Su lema de entonces fue casi prof¨¦tico: 'Camina o revienta'. La ilusi¨®n de jugar la Liga pronto se convirti¨® en devoci¨®n con el nacimiento del m¨ªtico Superdepor de Arsenio. Una esquinita de Espa?a, con una peque?a ciudad como A Coru?a como estandarte, se enfrentaba al poder establecido. Riazor disfrutaba viendo a los Mauro Silva, Fran, Bebeto y compa?¨ªa. Volaba una Liga con aquel penalti de Djukic y llegaba el primer t¨ªtulo una Copa del Rey ante el Valencia.
Aquel ¨¦xito fue el germen de la actual ruina. Lo que pudo ser un milagro, una generaci¨®n de oro, se convirti¨® para Lendoiro en una nueva meta: competir de por vida con los grandes. Lo hizo ganando la Liga, pelando los fichajes a Real Madrid y Barcelona, con cinco a?os de Champions y el Centenariazo en el Bernab¨¦u (2002), pero la factura fue alta. El castillo de naipes comenz¨® a derrumbarse cuando se acabaron los cr¨¦ditos ilimitados de los bancos, cuando se esfum¨® la Champions y sus 20 millones de euros. Era 2005 y la ca¨ªda desde entonces ha sido lenta pero constante. Primero Caparr¨®s, luego Lotina, que aguant¨® cuatro a?os hasta que lleg¨® el descenso.
El Depor regres¨® a Primera en un suspiro con Oltra a golpe de r¨¦cords, pero el sue?o era un espejismo. Los a?os y a?os sin pagar a Hacienda se convirtieron en embargo y la Concursal, que a Lendoiro le daba "verg¨¹enza", lleg¨®. Con ella la manta se estir¨® y los 99 millones de euros de deuda parecen ya 146 seg¨²n el informe de los administradores concursales. Adem¨¢s de los n¨²meros rojos, Lendoiro se quedar¨¢ sin sueldo, sin competencias econ¨®micas y con la amenaza de un posible delito de c¨¢rcel (de uno a dos a?os). Con las cuentas a la luz, una plantilla repleta de cedidos portugueses, tres entrenadores y el equipo colista, Riazor estall¨® contra ¨¦l tras 20 a?os de aplausos. El presente es negro, pero sin Primera, se abrir¨¢n las puertas del abismo.