La crisis pasa factura a las selecciones auton¨®micas

La crisis de las selecciones auton¨®micas ha ido paralela a la crisis econ¨®mica general. En 2005, a?o de mayor apogeo, de esta mezcla de fiesta y reivindicaci¨®n, llegaron a jugarse siete partidos de selecciones auton¨®micas. Ese a?o debutaron Galicia y Murcia y actuaron tambi¨¦n Navarra, Euskadi, Andaluc¨ªa, Valencia y Catalu?a.

La fiebre (y el dinero para organizar los encuentros) se mantuvo en 2006 y 2007, cuando se disputaron seis partidos de selecciones. Sin embargo, a partir de ah¨ª, la crisis iniciada con los cr¨¦ditos sub-prime empez¨® a notarse en las arcas p¨²blicas.

Ya en 2008, s¨®lo jugaron Murcia, Galicia y Extremadura, adem¨¢s de Catalu?a, que es la ¨²nica que ha mantenido la tradici¨®n en los ¨²ltimos cuatro a?os y que el d¨ªa 2 de enero se medir¨¢ a Nigeria. Ni siquiera Euskadi, cuyo primer enfrentamiento con la selecci¨®n catalana fue en 1930, pudo organizar su partido navide?o dos a?os consecutivos (2008 y 2009), aunque entonces se achac¨® a diferencias entre los jugadores y los responsables de la federaci¨®n del Pa¨ªs Vasco.

Catalu?a tampoco prepar¨® ning¨²n partido en la Navidad de 2006, pero fue porque durante ese a?o disput¨® dos amistosos, uno contra Costa Rica en mayo y otro precisamente contra Euskadi en octubre. La moda de la selecciones auton¨®micas ha resultado tan ef¨ªmera que algunas s¨®lo han celebrado un partido en toda su historia, como es el caso de Baleares, que perdi¨® 0-2 contra Malta en 2002, y Arag¨®n, que se impuso por 1-0 a Chile en 2006.