Real Madrid 2 - Espanyol 2
El Madrid se columpia
El Espanyol sobrevivi車 al vendaval de la segunda mitad y empat車 al final. El equipo de Mourinho volvi車 a fracasar en la defensa a bal車n parado.

No hay muchas formas de puntuar en el Bernab谷u. Adelantarse pronto es una opci車n, pero poco recomendable. Los goles en contra enfurecen al Real Madrid y su ira, habitualmente, no se aplaca hasta el cuarto o quinto gol. As赤 hubiera ocurrido ayer, de no haber tenido el Espanyol un portero tan formidable como Kiko Casilla, un muchacho de la cantera madridista con unas condiciones extraordinarias.
Sin embargo, la fant芍stica actuaci車n de Casilla (al que quiz芍 le pes車 el apellido en su juventud, o le falt車 una ese, qui谷n lo sabe) no basta para justificar el empate. El Madrid ha ganado partidos as赤 en noches similares y ante grandes porteros. El problema es que el campe車n ha perdido el 芍ngel, y asumo que la explicaci車n es poco cient赤fica. Lo que antes era una exhibici車n de pegada, ahora se ha convertido en un ejercicio gimn芍stico, en una pista americana. Los marines completan el ejercicio, pero no hay rastro de m迆sica, ni de coreograf赤a, ni de sentido l迆dico. Se dir赤a que el Madrid ya no es un equipo feliz.
Mourinho, responsable de todo lo bueno, tambi谷n es culpable de mucho de lo malo. No hay cabeza amueblada que resista durante tres a?os su t芍ctica de la guerra permanente. Tampoco funciona su estrategia de la reprimenda p迆blica, ni sus castigos ejemplares, casi siempre parciales. Es injusto penalizar a Di Mar赤a por un mal partido, o a ?zil por ser como es. Tambi谷n parece ventajista marginar a Kak芍 y luego culparle a 谷l de los problemas del equipo.
Las querencias y las fobias de Mourinho ya son incontrolables. Si en Vigo sustituy車 a Nacho en el descanso, sin merecerlo, ayer sent車 a Modric a los 45' sin que hubiera razones para el cambio. Al contrario, Modric, autor de media docena de buenos pases y de un tiro al palo, hab赤a sido el mejor de la primera parte.
Rebeli車n. Es normal que los futbolistas se desconcierten, y donde se observa m芍s claramente es en las jugadas a bal車n parado. Es ah赤, cuando toca aplicar el dictado del entrenador, cuando los soldados se bloquean. En cierto modo es una rebeli車n inconsciente, un s赤ntoma del hartazgo, un acto de pacifismo. Tambi谷n podr赤a ser miedo a fallar. El futbolista que se equivoca, especialmente si se trata de Ramos o de Casillas, sabe que ser芍 se?alado en p迆blico y en privado.
Despu谷s de adelantarse con un magn赤fico gol de Sergio Garc赤a, el Espanyol comprob車 que marcar en el minuto 30 sigue siendo demasiado pronto. El asunto tiene mucho que ver con la determinaci車n de Cristiano y su disconformidad con los marcadores adversos. Cristiano es un jugador que se lo toma todo a pecho y con sus pectorales se lo puede permitir. A diez segundos de que se cumpliera el tiempo a?adido, empat車 con los tacos de la suela y con los de la boca.
En la segunda mitad, y de vuelta de ese gol, se desat車 el hurac芍n del Madrid. Como ser赤a el vendaval que Coentrao marc車 con la derecha y Di Mar赤a se hizo perdonar pecados hasta la siguiente centuria. Casilla, entretanto, evitaba la goleada, con m芍s talento que suerte. Palomitas de palo a palo, salidas de portero argentino, planta de guardameta alem芍n.
Fue en los 迆ltimos minutos cuando el Espanyol alej車 el p芍nico y empez車 a disfrutar de su m赤nima derrota. De pronto entendi車 que el resultado era magn赤fico, pues le manten赤a con vida. Entonces comprendi車 cu芍l es el mejor m谷todo de puntuar en el Bernab谷u: disimular, hacerse el muerto. Los diez metros que gan車 los perdi車 el Madrid y las ocasiones se precipitaron a bal車n parado. Alb赤n, Capdevila y otra vez Alb赤n, que ya no perdon車.
Apenas quedaba tiempo para reaccionar y no hubo reacci車n, s車lo confusi車n, necesidad de nuevas 車rdenes: ?a qui谷n toca odiar ahora?