Europa League | Atl¨¦tico 2 - Acad¨¦mica 1
Emre ilumina una noche gris
El Atleti encarrila el pase bajo la lluvia. Sopor¨ªfera primera parte. Diego Costa abri¨® la lata. Golazo de falta de Emre. Agobio final tras marcar Ciss¨¦
Otra victoria m¨¢s y van once seguidas. El Atleti, con suplentes y sin m¨¢s brillo que un fogonazo de Emre, lleva tres de tres en esta Europa League y tiene la clasificaci¨®n para dieciseisavos en la mano, as¨ª que el torneo deparar¨¢ m¨¢s noches desangeladas como la de ayer, sin tensi¨®n ni prisa, sin estrellas ni grandes retos. Bendito aburrimiento tras tantos a?os de convertir cualquier mont¨ªculo en el Everest. Tiempos pasados, aunque ayer se empe?ase en darle emoci¨®n al final. Pero este Atleti ha invertido la tradici¨®n: los goles decisivos en el descuento son suyos.
Bajo una intensa lluvia, la primera parte hizo merecedores de homenaje e insignia de brillantes a los 13.000 fieles (o insensatos, que no siempre es lo mismo) que acudieron al Manzanares. Los dos puntos ¨¢lgidos fueron el peinado de Ricardo, al que corta el pelo una exnovia rencorosa sin lugar a dudas, y el vodevil del Cata y las camisetas. Tras hacerse una brecha y vendarle la cabeza en el mejor disfraz de futbolista de los a?os 50 que se recuerda, el pulcro cuarto ¨¢rbitro le oblig¨® a vivir un tiempo en la banda, camiseta va, camiseta viene, hasta que no qued¨® un rastro de sangre. Ni una madre examinando la habitaci¨®n de su hijo adolescente.
Y mientras las an¨¦cdotas se convert¨ªan en protagonistas por eliminaci¨®n, S¨ªlvio volv¨ªa a un once sin pena ni gloria, Adri¨¢n dejaba escapar otro DeLorean del regreso al pasado y s¨®lo Emre y Koke, con disparos lejanos, provocaban algo parecido a peligro. La Acad¨¦mica no hac¨ªa honor a Coimbra: ni ¨ªmpetu juvenil ni ganas de fiesta. Muy poca cosa, salvo un par de destellos sin destino de Marinho.
En el vestuario alguien debi¨® compadecerse de los aficionados y el Atleti meti¨® una marcha m¨¢s. De segunda a tercera, tampoco se crean. Bast¨® para que Diego Costa abriera el marcador casi de inmediato. En un c¨®rner, Koke volvi¨® a demostrar que es un arma a tener en cuenta a bal¨®n parado, Tiago pein¨® en el primer palo y el brasile?o, algo aturullado hasta entonces, remach¨® en el segundo. No siempre es bonito verle, pero suma mucho.
El gol anim¨® a los rojiblancos que le dieron a Ricardo la oportunidad de redimirse (m¨¢s o menos) por lo del pelo. Sobre todo en una doble parada a disparos de Diego Costa y Adri¨¢n, que volvi¨® a toparse con el portero en una volea a los pocos minutos. Su racha no mejora. Pero nada pudo hacer el guardameta cuando Emre lanz¨® una falta directa (forzada de nuevo por el especialista Cebolla) como si la barrera la formaran ni?os de 10 a?os. Se acerc¨® andando, golpe¨® con la izquierda sin aspaviento alguno y super¨® la barrera rumbo a la escuadra. Al turco le sobra calidad y de f¨ªsico est¨¢ mejor de lo esperado: pide a gritos m¨¢s papel.
S¨®lo entonces asom¨® la Acad¨¦mica, gracias a Ciss¨¦, ese delantero guineano de 19 a?os que comenz¨® a jugar al f¨²tbol federado hace s¨®lo un a?o, siendo refugiado pol¨ªtico en Italia. La historia es bonita y puede ser preciosa: el chico tiene condiciones para llegar lejos. Ayer marc¨® el 2-1 en posici¨®n dudosa, tras ganarle la espalda al Cata y cabecear picado. Apretaron algo los portugueses en el tramo final, m¨¢s ¨ªmpetu que peligro, pero Asenjo respondi¨® y as¨ª muri¨® un partido que s¨®lo se recordar¨¢ por la joya de Emre. Poco, pero selecto.