EUROPA LIGA | ATL?TICO 2-ACAD?MICA 1
Sin Tigre pero con garras
El Atl¨¦tico venci¨® sabiendo despertar primero, y sufrir despu¨¦s. Diego Costa volvi¨® a suplir a Falcao con otro gol clave y Emre sentenci¨® con una magistral falta.
Este Atl¨¦tico no tiene techo. Lleva 21 partidos consecutivos sin perder, once seguidos ganando, y no se atisban se?ales de flaqueza. Unas veces brilla y otras s¨®lo cumple, pero jam¨¢s flojea. Muerde. Ante la Acad¨¦mica no lleg¨® a arrasar como se preve¨ªa. Y aun as¨ª, casi siempre mand¨®. ?nicamente el final tambale¨® su dictadura. Supo reponerse al baj¨®n inicial y lleg¨® a gustar. El partido ser¨¢ recordado por la hinchada gracias a la sutileza de Emre al saque de una falta. Para Simeone puede que el an¨¢lisis tenga otra trascendencia. M¨¢s importante y de futuro. Tiene un delantero como Falcao que no falla los fines de semana y cuenta con otro Tigre igual de infalible cada jueves. Diego Costa volvi¨® a desatascar otro partido. Tres goles de rojiblanco, dos de ellos en Europa. El brasile?o empuj¨® un c¨®rner de Koke peinado por Tiago a partir del cual el Atl¨¦tico comenz¨® a dominar con claridad un partido sin gobierno.
Porque el atasco y el aburrimiento marcaron el paso en la primera mitad. El Atl¨¦tico comenz¨® con br¨ªo. Quer¨ªa contrarrestar la frialdad del Calder¨®n, as¨ª como el poco tir¨®n del rival, con cierta obsesi¨®n por agradar. El ritmo, en el arranque, fue alto y la actitud, buena. Emre y Adri¨¢n pudieron bastante empe?o, pero el equipo de Simeone comenz¨® a menguar con las p¨¦rdidas de Tiago en mediocampo y por ser tan cojo de una banda; la derecha. Adri¨¢n era el ¨²nico que encontraba huecos a la espalda con ese aire de pasota y esa visi¨®n de juego de mago. Filipe bien lo sabe. El delantero fue tambi¨¦n el primero en pisar con peligro el ¨¢rea. Si no lleg¨® a rematar el centro de Koke fue por una cuesti¨®n de cent¨ªmetros. Todav¨ªa le falta chispa e igual vuelve si prueba a sonre¨ªr y a divertirse.
Un rival digno pero sin veneno
La Acad¨¦mica de Coimbra demostr¨® exactamente lo que es. Un equipo muy justo de calidad y con algo de velocidad a la contra. Sin m¨¢s. Wilson Eduardo tuvo la ¨²nica ocasi¨®n de oro visitante en una galopada por sorpresa. ?sa fue la mejor noticia con bal¨®n del equipo portugu¨¦s. Lo dem¨¢s lo hizo todo detr¨¢s de ¨¦l y probando en la estrategia. Se cerr¨® con criterio y enjaul¨® durante bastantes momentos a Diego Costa como estudi¨®. As¨ª, el Atl¨¦tico fue decayendo en su ¨¢nimo en la primera mitad hasta su tard¨ªa reacci¨®n porque las matem¨¢ticas no le agobian y debido a que la superioridad siempre ofrece una seguridad pasmosa: la soluci¨®n llega cuando uno quiere. Basta con pisar el acelerador. Emre y Koke intentaron sublevarse y abrir la lata desde lejos. No hubo fortuna. El partido exig¨ªa m¨¢s m¨¦ritos y el Atl¨¦tico no los estaba haciendo hasta el momento.
El descanso aclar¨® las ideas. Simeone se debi¨® mosquear porque la salida del Atl¨¦tico fue la de un equipo tocado en su orgullo. En dos minutos se adelant¨® con el gol de Diego Costa y en diez m¨¢s lleg¨® a la porter¨ªa rival como no lo hab¨ªa hecho en todo el partido. Adri¨¢n dio un recital de c¨®mo se deben tirar paredes, a la vez que Filipe hac¨ªa un exigente marat¨®n con el bal¨®n pegado al pie. Todo estaba ya de cara pero Emre quer¨ªa dejar su sello en la reacci¨®n. El turco lanz¨® una falta directa desde el mismo lugar donde Falcao se desvirg¨® en San Sebasti¨¢n. Su lanzamiento, con rosca y de zurda, acarici¨® la misma escuadra. Quedaba poco y a¨²n hubo susto. Ciss¨¦ cabece¨® un env¨ªo desesperado, puede que en fuera de juego. El delantero puso emoci¨®n. La Acad¨¦mica apret¨® de lo lindo. S¨®lo eso. Este Atl¨¦tico dej¨® de temblar desde que Simeone recet¨® a su llegada una fe inquebrantable.