liga bbva | atl¨¦tico 2 - m¨¢laga 1
Atl¨¦tico feliz, invicto y col¨ªder
El equipo de Simeone se lleva el duelo de meritorios y se pone col¨ªder junto al Barcelona. El partido, muy equilibrado, se decidi¨® en el minuto 89 a favor de un Atl¨¦tico que sigue sin fallar.
Fue un buen partido entre buenos equipos, los dos que segu¨ªan la estela del Barcelona, que es la de un Real Madrid al que la jerarqu¨ªa y el presupuesto, la l¨®gica, sit¨²an tambi¨¦n por delante en un futuro pr¨®ximo. Esa l¨®gica que no tiene muchas veces en el deporte el escenario que mejor le retrata, y algo de eso siente ahora mismo un Vicente Calder¨®n feliz, que parece a punto de pellizcarse para comprobar que no sue?a, que sigue invicto, que tiene los mismo puntos que el Barcelona y, por lo tanto, ocho m¨¢s que el Real Madrid. Que si esto fuera ciclismo se dir¨ªa que est¨¢ en la escapada buena y que brinda a unos alturas de temporada que parecer¨¢n tempranas a todos menos a los que se han descabalgado antes, en el primer asalto, demasiadas veces. El Atl¨¦tico es feliz y por fin huele a grande. La noticia parece tambi¨¦n buena para el campeonato. Desde luego no es mala.
El partido se resolvi¨® sobre la campana, en un bal¨®n al ¨¢rea que Weligton meti¨® en su porter¨ªa forzado, casi estrujado, por el hambre insaciable de Falcao. En esa resoluci¨®n van las moralejas, todas juntas: el Atl¨¦tico gana los partidos que antes perd¨ªa, convierte la incertidumbre en buenas noticias sin un ¨¢pice de fatalismo y se siente capaz de todo. Otra: Falcao es, m¨¢s all¨¢ de muchas otras virtudes, alfa y omega, el salto de calidad, gigantesco aunque en apariencia no lo sea, que separa al equipo notable del sobresaliente, al peligroso del letal. Y la ¨²ltima: esa resoluci¨®n sobre la hora tambi¨¦n explica el instinto competitivo del M¨¢laga, exigido por la Champions pero con un discurso impecable que le vali¨® para equilibrar un partido que empez¨® cuesta arriba y que perdi¨® pero pudo ganar y en algunos aspectos mereci¨® al menos empatar.
Pero contra el actual Atl¨¦tico se pierde y se pierde, por f¨²tbol o por garra, ahora y a veces tambi¨¦n por los golpes de suerte que el club convirti¨® tantas veces en excusa de sus limitaciones. Seis victorias seguidas en Liga y Europa a golpe de triunfo (Supercopa, Europa League) dan permiso para sentirse aspirante. El M¨¢laga, desde luego, queda como meritorio, un equipo de f¨²tbol ejemplar y que compite a su manera. Pero compite: no se dej¨® llevar por la salida furiosa del Atl¨¦tico y en algunas fases impuso sus armas, tan distintas. Porque el partido fue tambi¨¦n una lucha de estilos, vertical e incisivo, abrasador el Atl¨¦tico, y suave y fluido el M¨¢laga. Gan¨® el Atl¨¦tico por una moneda al aire que se llama Falcao, que al poco de empezar caz¨® un gran centro de Emre a esa zona muerta que separa al portero de los centrales y al borde del final oblig¨® a Weligton a cometer suicidio. Otro trabajo impecable de un delantero estruendoso al que frenaron a duras penas entre el propio Weligton y un linier muy desacertado en los fueras de juego. En el M¨¢laga Santa Cruz puso el empate con otro remate de cazagoles, pero no tiene la talla de Falcao. tampoco Saviola, que pas¨® desapercibido cuanto entr¨®.
Lo mejor para el Atl¨¦tico fueron los s¨ªntomas de recuperaci¨®n de Adri¨¢n, la buena disposici¨®n de Emre y los galones de Mario Su¨¢rez. Eso, el funcionamiento del bloque y otra salida vibrante, de las que apocan a los rivales y ponen el triunfo en rampa de despegue. Todo eso, la pasi¨®n, el colectivismo y los estados de forma individuales, todo y la fe, tienen la firma de Simeone. Enfrente Pellegrini respondi¨® con su estilo, templado y sutil. El M¨¢laga se sostuvo primero y camin¨® despu¨¦s, equilibr¨® el juego a base de tocar, cada vez m¨¢s cerca de Courtois. Tuvo menos ocasiones que el Atl¨¦tico pero tuvo ocasiones. Pero la noche, otra m¨¢s, era de un equipo que ahora mismo navega sobre una ola de felicidad que, y eso parece lo m¨¢s importante, parece llena de argumentos. El Atl¨¦tico es col¨ªder y, siete jornadas despu¨¦s, no hay nada de injusto en ello.