liga bbva | sevilla 2 - barcelona 3
Un tratado de supervivencia
El Barcelona perd¨ªa 2-0 hasta el minuto 53 pero remont¨® con dos goles de F¨¢bregas y el ¨²ltimo de Villa en el descuento. El Sevilla se desfond¨® y termin¨® desquiciado con el arbitraje de Mateu.
En Nervi¨®n se jug¨® un partido de tensi¨®n irrespirable, una epopeya de noventa minutos de las que, para el espectador objetivo, bendicen a esta Liga que necesita aspirantes a antih¨¦roes, rivales capaces de roer los huesos de Real Madrid y Barcelona. Y el Sevilla lo es. El partido, que tuvo mucho f¨²tbol y una cantidad ¨¦pica de pasi¨®n, fue en realidad una cuesti¨®n de supervivencia, una batalla casi darwinista: gan¨® el na¨²frago que se supo agarrar a una tabla a la deriva. El Sevilla exhibi¨® su instinto para seguir vivo hasta que le gan¨® un equipo todav¨ªa m¨¢s acorazado, a¨²n m¨¢s enfermizo en su apego a la Liga y a cada punto en juego: un Barcelona con agujeros negros en su juego suma 18 puntos en seis partidos y llegar¨¢ al Cl¨¢sico con un m¨ªnimo de ocho de ventaja sobre el Real Madrid. Pura supervivencia de Pamplona a Sevilla con el Granada por el camino.
Ese tabl¨®n al que se aferr¨® el Barcelona vagaba en un oc¨¦ano rabioso, una ilusi¨®n incesante de olas gigantescas: defensas del Sevilla, parches en su defensa y un mill¨®n de piernas en la del rival. Los hados en contra y un Mateu Lahoz confundido que no pit¨® casi nada en la primera parte y que pit¨® casi todo mal en la segunda: riguroso en la roja a Medel, la jugada que termin¨® de acular al Sevilla y de enviar al asalto fan¨¢tico al Barcelona, que perd¨ªa 2-0 en el minuto 53 y 2-1 en el 88. Y gan¨®.
Otra vez gan¨® a contraestilo, llegando por pulmones y atrici¨®n donde no lleg¨® por talento, rebel¨¢ndose contra la adversidad y contra esos patinazos, m¨¢s o menos an¨®nimos, que le costaron el anterior campeonato. El Barcelona empez¨® siendo el Barcelona, presionando arriba y combinando a velocidad vertiginosa. Comprimi¨® al Sevilla y gener¨® f¨²tbol cerca de la porter¨ªa rival... Y no le sirvi¨® de nada. Pedro roz¨® la escuadra y Messi se encontr¨® con un Palop estelar durante todo el partido pero poco consistente, o simplemente nada milagroso, en los dos goles finales. De Xavi a Messi y de Cesc a Pedro, el Bar?a fluy¨®... para nada. De ah¨ª al 1-0 y despu¨¦s al 2-0 para un final con tres defensas, un mill¨®n de delanteros, Thiago cojeando y ataques cegados por la rabia. En ese clima que antes bendec¨ªa a sus rivales y molestaba a su f¨²tbol de sal¨®n y sonetos gest¨® otra vez la remontada: Osasuna, Spartak, Granada y ahora Sevilla, campo de minas. F¨¢bregas, en su mejor partido en mucho tiempo, hizo los dos primeros, el primero por furia y el segundo por instinto. Villa caz¨® el tercero, y su tercero en la Liga, sobre la hora. Y el Barcelona celebr¨® como si fuera una final. El final de una final. Y ese quiz¨¢ sea su secreto de esta temporada: cada partido lo es.
Hubo m¨¢s: Xavi puso siempre el f¨²tbol, cuando el Barcelona tuvo clarividencia y cuando bombarde¨® por todos los flancos. Y Messi, mundano m¨¢s de ochenta minutos, se invent¨® las asistencias de los dos goles finales, rendijas en una muralla de granito que ya zozobraba, agotado hasta el ¨²ltimo ¨¢pice de fuerza. Pero hubo m¨¢s, mucho m¨¢s: otro mal partido de una defensa que contagia a todo el equipo, Mascherano y Song descordinados, Alba desdibujado y Alves en un estado de forma impropia. Alexis volvi¨® a estrellarse contra s¨ª mismo y el equipo remont¨® sin ¨¦l en el campo. Y sin los que faltan: Piqu¨¦, Puyol e Iniesta, el equeleto y la varita m¨¢gica. ?Est¨¢ el Barcelona a su mejor nivel? Ni mucho menos. ?Tiene m¨¦rito este 18 de 18? Mucho, desde luego. A la vista de las adversidades, enorme.
Al Sevilla le queda la hiel de una derrota tremendamente cruel. A punto estuvo de ganar al Barcelona como gan¨® al Real Madrid, en partidos diferentes pero con vasos comunicantes. Es un equipo con problemas cuando el gui¨®n le obliga a dominar pero feliz ante los rivales que le permiten, o le exigen, cavar trincheras y defenderlas a muerte. Ayudas, concentraci¨®n m¨¢xima e instinto de supervivencia. Bot¨ªa, Spahic, Medel, Maduro... el Barcelona choc¨® contra la misma pared contra la que se descoyunt¨® a fuerza de estrellarse contra ella el Real Madrid, un Sevilla que le sirvi¨® el suicidio en bandeja, le tir¨® el se?uelo y le dej¨® desnudarse hasta lo que pudo ser, casi tuvo que ser, una derrota. Super¨® la tremenda salida azulgrana y pic¨® en la que apenas era su segunda llegada, un disparo con el alma de Trochowski que pill¨® desubicado a Song, impasible a Alves y poco afortunado a Vald¨¦s. Despu¨¦s estrech¨® el nudo sobre la garganta de un Bar?a que se desquici¨® y regal¨® m¨¢s de medio partido en una p¨¦rdida grosera de Busquets que Negredo elev¨® por encima de Vald¨¦s despu¨¦s de dejar en evidencia, otra vez, a Song. Era el minuto 48 y era la sentencia. O casi. O al menos lo pareci¨®.
Pero el Sevilla acab¨® abatido, tiroteado. El Barcelona termin¨® con Tello, Messi, Cesc, Pedro, Villa y Xavi en el ¨¢rea de Palop. Trochowski se lesion¨® y Medel se fue expulsado en una decisi¨®n desproporcionada de Mateu, al que el Pizju¨¢n reclam¨® mano de Thiago en el inicio de la jugada del empate de Cesc. El Sevilla muri¨® de pie, pero muri¨®, cazado por un depredador que, desangrado y desde el suelo, solt¨® dentelladas hasta que acert¨®, desfondado y casi ciego. Por rabia, por esp¨ªritu, por fe fan¨¢tica. A la espera del mejor f¨²tbol, del mejor Messi y del regreso de Iniesta, 18 de 18 y el Cl¨¢sico a ocho d¨ªas y m¨ªnimo desde un bal¨®n de ocho puntos. Premio a la supervivencia.