SUPERCOPA DE EUROPA | CHELSEA 1- ATL?TICO 4
Un Supercampe¨®n con un s¨²perdelantero
El Atl¨¦tico barre al Chelsea con una exhibici¨®n gracias al hat-trick de Falcao en el primer tiempo y a otro tanto de Miranda. Sublime partido colectivo. Cahill maquill¨® la goleada.
M¨¢s que un '9' puro, Falcao es un diez magistral. De nuevo su amor propio y su calidad pesaron de forma decisiva en otra final para convertir al Atl¨¦tico en un supercampe¨®n de Europa con todos los honores. El delantero colombiano se comi¨® al Chelsea en una primera mitad prodigiosa de su equipo coronada con tres tantos inolvidables. Uno de pillo, otro de genio y uno m¨¢s repleto de suficiencia y velocidad. Un logro, machacar al rival en cuarenta y cinco minutos, que s¨®lo hab¨ªa alcanzado antes Puskas en Europa (en el 68, Benfica 5-Madrid 3). Falcao, por m¨¦ritos propios, ha pasado a liderar el santoral atl¨¦tico de todos los tiempos. Ser tan decisivo en los momentos en los que m¨¢s se le necesita no tiene precio. Ni precedente. Ni posible imitador.
Con Radamel como bandera, el Atl¨¦tico no concedi¨® ni una sola ocasi¨®n a su rival durante esa dictadura, apoyado en una intensidad conmovedora y una seguridad desconocida. As¨ª, le dio la puntilla en el segundo tiempo con el oportunismo de Miranda a bal¨®n parado. L¨¢stima que el conjunto rojiblanco no hubiera hecho pleno de ocasiones antes, ya que pudo obrar un r¨¦cord Guiness: la goleada m¨¢s precoz en una final. Porque pudo. Primero si hubiera acertado con un remate al larguero nada m¨¢s empezar el repaso (de Falcao), con otro m¨¢s tard¨ªo cuyo destino fue el palo (c¨®mo no, tambi¨¦n de Falcao) y despu¨¦s de que Cech pusiera maquillaje al caos ingl¨¦s con dos manos salvadoras, una a Adri¨¢n y otra a Gabi. Hasta debi¨® lanzar un penalti. Torres, Mata y el mundo no daban cr¨¦dito a la avalancha.
Un fabuloso campe¨®n
Falcao merece acaparar esta cr¨®nica y un serial. Su galopada en el primer gol (7'), tras pase de Adri¨¢n, y su inteligente forma de definir no es para menos. Como tampoco lo es la sutileza con la que acarici¨® el bal¨®n con su pierna menos mala para enviar el 0-2 a la escuadra (19'). O con la rapidez con la que despedaz¨® a la defensa 'blue' en el tercero (45'). Sin embargo, nada hubiera sido posible sin la muralla que levant¨® God¨ªn, sin los kil¨®metros recorridos por Mario y Gabi en la recuperaci¨®n, y sin la mordiente de Arda, Adri¨¢n y Koke. Una mediapunta ba?ada en oro. Un perfecto pedestal que lleva a su estrella en volandas. De Simeone tampoco conviene olvidarse. Si la mano de un entrenador muchas veces es cuestionada, en su caso la incidencia en el grupo es clave. Qu¨¦ manera de correr. Qu¨¦ manera morder. Qu¨¦ manera de jugar. Como dir¨ªa Sabina.
Atl¨¦tico no acus¨® jam¨¢s la tensi¨®n propia de una final y manej¨® los tiempos c¨®mo y cu¨¢ndo quiso. Nunca se relaj¨®, ni con la eliminatoria cuesta abajo. Siempre quiso gustar. Vicio de los grandes. Por eso, con su contundente triunfo, no s¨®lo levanta otro t¨ªtulo, el cuarto en esta ¨²ltima era y el sexto europeo, sino que se deshace por fin, y para siempre, de sus complejos y le recuerda al mundo que igual que fue y es, ser¨¢ un grande. Hay cuerda para rato. Sobre todo porque al Calder¨®n ha llegado un nuevo estilo de juego y otra convicci¨®n que no ser¨¢ f¨¢cil de borrar. Ganar otra Supercopa de Europa dos a?os despu¨¦s de la anterior repitiendo un ¨²nico cromo en el once (God¨ªn) lo dice todo.
Los goles no sacian el hambre
Del Chelsea hay pocas rese?as que hacer porque no dio se?ales de vida hasta el ¨²ltimo cuarto. Di Matteo se ha empe?ado en dotar a su equipo de otro aire que fidelice y ha olvidado ser la roca que era. No supo protegerse ni tuvo fe a desplegarse. Mata quiso pero no pudo y Torres es tan atl¨¦tico que anoche s¨®lo le falt¨® enfundarse la rojiblanca. Tan solo dispar¨® una vez entre los tres palos y, eso s¨ª, acert¨®. Tras una acci¨®n a bal¨®n parado, Cahill fusil¨®.
El Atl¨¦tico, antes y despu¨¦s de esta an¨¦cdota, oli¨® el miedo de su adversario y se lanz¨® a por la manita. Por si no llega jam¨¢s otra ocasi¨®n como ¨¦sta. Falcao sigui¨® insistiendo y el Cebolla quiso hacer sus primeros m¨¦ritos. Pero eso ya eran minucias. A esa hora Neptuno ya se atusaba y el Atl¨¦tico ya sonre¨ªa al lograr dos t¨ªtulos en una misma noche. Uno importante: la Supercopa. Y otro, vital: la continuidad de Falcao. Se cierra el mercado de fichajes y el ¨ªdolo, con mil novias, contin¨²a en casa. El futuro es suyo. Y, por tanto, rojiblanco.