BARCELONA 5- REAL SOCIEDAD 1
Una ola de esplendor
El Bar?a barre a la Real en una noche redonda con Messi (dos goles) en su l赤nea estelar. Villa, que volvi車, hizo el 迆ltimo. Tito se estren車 con brillo reservando pilares para la Supercopa.
Messi vuelve como se fue. Dejando bocas abiertas y v赤ctimas por el camino. No necesita ser regular. Le basta con parpadear. Le dan igual las agujetas del verano o la amenaza del calor. La verdadera ola que se vio en el Camp Nou fue la que el produce con tantos y tantos detalles patentados. Una cresta a la que se suben con tino Xavi, Cesc y compa?赤a y la que sufren cuantos intentan frenarla. Una vez m芍s, el argentino resolvi車 la papeleta con su hambre y punter赤a para encarrilar una noche perfecta. Marc車 dos goles, desenred車 un empate vilmente logrado por la Real tras el cabezazo de Puyol, y si no cort車 el rabo fue por Bravo y sus reflejos.
La versi車n del Bar?a no fue la m芍s brillante. Aunque, aun as赤, barre. Cuando hubo algo en juego, falt車 precisi車n al inicio, m芍s coordinaci車n en el repliegue y algo de sorpresa de la segunda l赤nea. La 迆ltima media hora fue la antesala del Gamper. Y, a pesar de ello, nos record車 al brillante equipo del 迆ltimo lustro. Se pueden buscar las siete diferencias entre el estilo de Tito y el de Pep, pero ni hay a迆n muestras suficientes para comparar ni se intuyen demasiados cambios. A falta de ver si Song es carne o pescado, Jordi Alba se postula como una copia de Alves en la izquierda. El resto se recita de memoria. Puyol y Masche empujan, Xavi crea, Busquets vigila y equilibra, Cesc enreda, los extremos amenazan y Messi decide. La Real puede dar fe de ello. S車lo le quit車 el 21% de la posesi車n con un once con menos brillo del que tiene. Entre otras cosas porque Montanier hab赤a decidido de salida empezar su inexplicable curso de las rotaciones (mucho bueno en el banquillo) olvidando que esto no ha hecho m芍s que empezar.
Media hora vibrante
Puyol hizo el primero sin haber apenas calentado. La jugada ya la vimos con la Roja en el glorioso Mundial. Saca Xavi, el capit芍n empotra. La Real pareci車 mascar la tragedia entonces (minuto 4), hasta que en una de sus escasas salidas hilvan車 una contra de derecha a izquierda que sonroj車 a Alves y coron車 al Chory. Su zurdazo super車 a Vald谷s. Messi a迆n no hab赤a pedido la palabra. Lleg車, vio y se tranquiliz車. Le bastaron diez minutos para comprobar que nada hab赤a cambiado respecto a la 迆ltima Liga. Sin fichajes de tron赤o por la crisis, su trono sigue a salvo. El Bar?a le necesitaba y su rival ya ve赤a la que se le ven赤a encima. Leo por fin pis車 el 芍rea para escupir un zurdazo inapelable. 2-1.
La Real no daba abasto. Messi apareci車 a pesar de sus rezos, y sus socios hab赤an despertado. Tello el primero. Tito le dio la alternativa en la izquierda y el canterano aprovech車 la oportunidad. Falto de temple pero sobrado de nervio, destroz車 a Estrada. As赤, en una de sus internadas algo atropelladas, zanj車 su incursi車n con un disparo mordido. Messi, atento y pillo, se adelant車 a Ansotegi en boca de gol para meter la puntera. Mucha sutileza. Mucha precisi車n. Era un gran comienzo. Faltaba la sentencia. Un honor que recay車 en Pedro tras empujar con el interior un centro medido de Tello.
La guinda a la fiesta
Cuarenta y cinco minutos hab赤an sido suficientes para encontrar al primer l赤der de la Liga m芍s austera, para arrojar las primeras comparaciones con el eterno rival (el Madrid tuvo menos chispa y m芍s rival) y para permitir a Vilanova rotar a la espera del eterno rival. Puyol y Cesc descansaron y Piqu谷 e Iniesta entraron en escena demostrando que ha habido pocos fichajes porque poco puede mejorarse en esta plantilla.
El Bar?a tuvo la oportunidad de ampliar la renta con otra conducci車n temeraria de Messi. Y el Chory, el mejor de la Real junto a Illarra, goz車 de la ocasi車n de ganarse a su nueva hinchada. Nada cambi車 hasta que Villa, el gran Guaje, irrumpi車 en la fiesta para volver a paladear la gloria del gol y, ya de paso, para recargar la autoestima del barcelonismo en v赤speras de la Supercopa. El Bar?a comienza fuerte y su grada lo agradece. No tiene precio disfrutar de una ola de esplendor cuando 迆nicamente la esperaba de fuego.