BETIS 2 - REAL MADRID 3
'Musho' Betis, m¨¢s Cristiano
Dos goles del portugu¨¦s acaban con un gran rival. Molina y Jefferson, goleadores locales. Higua¨ªn volvi¨® a mojar en un partidazo. M¨¢s pol¨¦mica por manos de Alonso y ?Ramos?
Si el Madrid sali¨® vivo de Vallecas y no se dej¨® ning¨²n punto en el Villamar¨ªn, no insistan los optimistas ni se fustiguen los incr¨¦dulos. No habr¨¢ Liga. Sobre todo debido a que el equipo de Mourinho tiene una fe de hierro y porque Cristiano se ha empe?ado en batir cuantos r¨¦cords se ponga por montera. Aunque no hay que olvidar que, adem¨¢s, y por si fuera poco, ahora el juicio arbitral le sonr¨ªe ante la duda y deja de incordiar como anta?o. Esta vez, ante el Betis, el Madrid vio peligrar como nunca su renta en el campeonato. Sin embargo, la capacidad de respuesta a los goles encajados por Molina y Jefferson el dejan el horizonte m¨¢s que despejado. Un partido menos. Otros susto superado.
El Betis hizo un partido para enmarcar, con sorprendente matr¨ªcula de honor de salida. Porque hincarle el diente a este Madrid, fresco y sin estar mermado, tiene m¨¢s m¨¦rito del que parece. Mel supo neutralizar la peligrosa contra del enemigo, as¨ª como su escalofriante y ya conocida salida por banda izquierda. Cuando cambi¨®, lo estrope¨®. Su plan era innegociable para comenzar a avanzar, aunque casi le costara la salud a Inirey, un pulm¨®n inagotable. La estrategia hizo brillar en la elaboraci¨®n a Be?at y Salva Sevilla, y convirti¨® en h¨¦roe a Jefferson Montero durante muchos minutos. Primero porque al emparejarse con Marcelo permiti¨® que el Betis mostrara el carril opuesto a Arbeloa, que sabe defender mejor que atacar, y segundo porque sus exitosas galopadas desnudaron las pocas pero grandes debilidades de su marcador.
El Betis no hizo s¨®lo esto a la perfecci¨®n. Adem¨¢s supo agobiar a Xabi Alonso para ofrecer m¨¢s libertad a Khedira, forzando as¨ª al Madrid a jugar demasiado directo durante el primer tiempo. por eso tuvo que estrujarse el cerebro en busca de soluciones. ?stas s¨®lo pod¨ªan llegar conectando como plan recurrente con ?zil, esperar tambi¨¦n a que el Betis se gustara y saliera al ataque emocionado en busca de m¨¢s halagos, y aguardar a que apareciera el cansancio. Todas las premisas se dieron y por ellas llegaron los goles y las ocasiones.
Toma y daca
Primero dio el Betis. La acci¨®n se inici¨® en una p¨¦rdida de Marcelo en campo contrario y se aceler¨® en una subida repleta de fe de Nacho. Su centro al borde del ¨¢rea fue amortiguado por Rub¨¦n Castro con maestr¨ªa y con la ayuda divina de un codo. El control fue tan involuntario como determinante para poder asistir a Molina, que en boca de gol super¨® a Casillas y nos record¨® por momentos que hab¨ªa Liga. El Madrid se dividi¨® en protestantes y valientes. Unos pocos insistieron en la mano, pero la mayor¨ªa, Mourinho incluido, prefiri¨® seguir con el juego de inmediato para subsanar el entuerto cuanto antes. El portugu¨¦s sabe lo que hac¨ªa. Media hora despu¨¦s, Xabi Alonso cometi¨® una mano sin querer dentro de su ¨¢rea que se qued¨® sin se?alar. Lo de Ramos, lo dejo para expertos...
Quince minutos bastaron para recuperar el bot¨ªn perdido. El Madrid, como el partido exig¨ªa, dej¨® salir al Betis en busca de un premio mayor. En una perdida en medio campo, ?zil conect¨® con la carrera de Higua¨ªn al espacio y el argentino, que hab¨ªa dejado atr¨¢s a Casado, meti¨® el misil por donde nadie lo esperaba. El empate era mucho premio para el juego desplegado por el Madrid y excesivo castigo para el atrevimiento del Betis. Sin embargo, nadie hab¨ªa disparado m¨¢s entre los tres palos que los goleadores.
El Betis pudo desfallecer moralmente, pero eligi¨® dar m¨¢s guerra. Salva Sevilla quiso el bal¨®n como nunca y Jefferson encar¨® a Marcelo hasta confundir su cara sonrojada con la indumentaria que luc¨ªa. Con tanto descaro, el Betis abord¨® mucho m¨¢s al Madrid que varios equipos juntos en toda la Liga. Castro prob¨® con una rosca y despu¨¦s Salva Sevilla estrell¨® una falta en el larguero. El Madrid no estaba contestando con su juego habitual, quiz¨¢s porque echaba de menos m¨¢s metros a la espalda rival para recorrer. Sin embargo, respondi¨® con varios zarpazos. Uno de Kak¨¢, otro del 'Pipita' y uno m¨¢s de Cristiano, que para los que no lo cre¨ªan en ese minuto 42, estaba jugando.
M¨¢s goles y pol¨¦mica
Llegado un descanso merecido, el regreso del f¨²tbol trajo cinco minutos de pausa. Ambos equipos tantearon sus nuevos planes. Pero no hubo sorpresas, salvo el error de Mel de cambiar a Jefferson de banda. Sin querer, el Betis no se mostr¨® tan ¨¢gil con el ecuatoriano en la izquierda, a la vez que espole¨® el juego del Madrid por el carril de Marcelo. Con dos equipos con tanta hambre, el t¨ªtulo del segundo tiempo era tan demoledor como el del primer tiempo: 'sal que te mato'. Y no era una amenaza. Otra alegr¨ªa del Betis trajo otro gol del Madrid. La suerte fue importante, la subida libertaria de Marcelo determinante y la aparici¨®n de Cristiano en el ¨¢rea peque?a, decisiva.
La escena pareci¨® desembocar en otro adversario del Madrid que muere en la orilla. Pero la calidad de este Betis no le permite rendirse tan pronto. M¨¢xime cuando cuenta con la raza de Jefferson Montero, un extremo de los que quedan pocos. El ex del Villarreal avis¨® con un par de arrancadas. Hasta que a la salida de un c¨®rner mal despejado por Arbeloa, mand¨® un trallazo a las mallas con tanto genio como colocaci¨®n.
El partido altern¨® desde entonces las dos ¨¢reas, utilizando el medio campo como mero y obligado transito. El escenario era el ideal para Cristiano. Metros por recorrer, f¨ªsicos que comparar y objetivos por cumplir. Conseguida ya la apuesta de marcar al ¨²ltimo rival que le faltaba, tocaba hacer historia en cuanto a victorias a domicilio. Su aparici¨®n lleg¨® tras un c¨®rner cabeceado por Ramos y empujado por el insaciable portugu¨¦s. Al final, con el Betis volcado, lleg¨® la acci¨®n de Ramos cuya pinta apunta m¨¢s al penalti que al despeje. Una jugada que dejar¨¢ otra vez el partido en segundo plano pero que no har¨¢ olvidar el partidazo de este atractivo Betis ni la inquebrantable solidez del Madrid y un goleador de ¨¦poca.