As¨ª s¨ª mola Santa Cruz

Roque mola, como en aquella canci¨®n que le compusieron unos alemanes. Ahora s¨ª. El delantero paraguayo hizo el gol de la tranquilidad en el Calder¨®n y ayer abri¨® el marcador de una victoria, la tercera consecutiva en Liga para el Betis, que pone a los verdiblancos mirando m¨¢s hacia arriba que hacia abajo, con el descenso a seis puntos antes de dos citas de campanillas como la del Camp Nou esta semana y el derbi, el esperado derbi, pocos d¨ªas despu¨¦s. La cruz fue para el Sporting, que ya ocupaba puestos de descenso y se hunde en el barro un poco m¨¢s. Los asturianos parecen condenados a sufrir de nuevo, a remar contra la corriente hasta el final.

Ayer, eso s¨ª, el equipo de Preciado no fue mucho peor que un Betis de dos caras, al que sent¨® mal jugar contra 10, qu¨¦ dir¨ªa de esto Helenio. Durante la primera parte, antes de que Lora se fuera a la caseta, a Mel le funcion¨® de notable un sistema de alas asim¨¦tricas en el que Jefferson se pegaba a la cal y en el que Juanma, un futbolista que lo hace casi todo bien, creaba juego por fuera y sobre todo por dentro, asoci¨¢ndose con un Be?at que hizo una excelente primera parte. Un pase del extreme?o dej¨® a Rub¨¦n Castro solo ante Juan Pablo cuando apenas si se hab¨ªa comenzado a sudar, pero el canario no ten¨ªa el d¨ªa y err¨® en el primero de la sinfon¨ªa de fallos que interpret¨® ayer.

Santa Cruz acert¨® a la primera. Para desequilibrar as¨ª se fich¨® al guaran¨ª entre bombo y platillo, arriesg¨¢ndose con una ficha de poco aspecto concursal. En el 23', Roque control¨® con el pecho un inteligente pase de Be?at y defini¨® con una volea cruzada, culminando como el delantero de post¨ªn que se supone que es. El paraguayo y Rub¨¦n Castro, pareja esperada del ataque verdiblanco, coincidieron en la titularidad y parecieron complementarse. Juegan m¨¢s en punta cuando Mel decide jugar con ese 4-4-2 y el Betis recupera a ratos un juego fluido y las ocasiones.

Casto, tremendo. Rub¨¦n lo hizo casi todo bien, pero anduvo muy mal, unas veces por falta de fuerza, otras por alguna frivolit¨¦ de esas que tan poco gustan al p¨²blico. El canario acumula cinco palos, el que m¨¢s en Primera, despu¨¦s de que volviera a estrellarla en la madera tras una magn¨ªfica jugada entre los ayer grises centrales esportinguistas. En ataque, tras un inicio titubeante, los de Preciado s¨ª que mantuvieron algo m¨¢s de estilo, pero Barral y De las Cuevas se encontraron con un Casto intratable, en la l¨ªnea de los ¨²ltimos partidos. Contagiado tal vez por Rub¨¦n, a Barral le falt¨® inspiraci¨®n para el remate, algo m¨¢s de colocaci¨®n. Incluso sufri¨® un penaltito de Nacho cuando al partido enfilaba su recta final y el Sporting ten¨ªa m¨¢s pinta de empatar el partido que de jugar en inferioridad.

La expulsi¨®n la hab¨ªa provocado Jefferson, antes del descanso. Al ecuatoriano le cuesta culminar sus arrancadas y se le pide que sepa correr al hueco, pero ayer logr¨® algo bueno por el Betis: provocar dos amarillas a un inocente Lora y dejar al Sporting con 10 para m¨¢s de medio partido. Llegado al descanso, con el marcador a favor y uno m¨¢s, al equipo de Mel le tocar¨ªa remar cuesta abajo y al Sporting sobreponerse al marcador y a su inferioridad. Los apostantes lo deb¨ªan tener claro.

Pero pudieron perder mucho dinero. Lejos de que le dieran tranquilidad las circunstancias, el Betis que volvi¨® de la caseta parec¨ªa narcotizado. Perdi¨® el control del juego, en manos de un Sporting con menos personal pero con orgullo. La entrada de Carmelo por un desaparecido Andr¨¦ Castro dinamiz¨® el juego asturiano entre l¨ªneas y Barral se las vio con Casto mientras Rub¨¦n, a la contra, no lograba matar el partido para tormento de su grada helipolitana. El sufrimiento se lo borr¨® a los b¨¦ticos otro delantero, Jorge Molina, que le dio aire al ataque y sum¨® casi al final su tercer gol tras los dos coperos al C¨®rdoba. Con el alcoyano y Roque en vena, y cuando Rub¨¦n recupere la punter¨ªa, el Betis se gana el derecho a vivir tranquilo.