copa del rey | real madrid 3 - m¨¢laga 2
Benzema revive al campe¨®n
El M¨¢laga se fue al descanso 0-2 con dos goles en dos c¨®rners ante un Madrid irreconocible que remont¨® en un segundo tiempo tit¨¢nico. Marcaron Khedira, Higua¨ªn y un Benzema estelar.
Cuando pasen las horas, el M¨¢laga se dar¨¢ cuenta de que ha conseguido mucho en el Bernab¨¦u: marcar dos goles y perder por uno, llegar vivo y a tiro de gol de poner en jaque mate al campe¨®n de Copa. Para firmarlo vistos sus antecedentes y los de casi cualquiera que pasa por Chamart¨ªn. Cuando pasen las horas, reposen las emociones y se valore todo con la mesura que no tuvo un partido loco y abracadabrante, un partido con pedigr¨ª de Copa. Pero en caliente, entre calambres y moratones, seguro que lamenta la resoluci¨®n de un partido que ganaba 0-2 en el minuto 68.
Cuando pasen las horas, el Real Madrid se dar¨¢ cuenta de que hizo un primer tiempo muy cuestionable, que encaj¨® dos goles en dos c¨®rners mal defendidos, que protest¨® m¨¢s de lo que jug¨® y acumul¨® m¨¢s tarjetas que remates con peligro. Y se dar¨¢ cuenta de que el 3-2 convertir¨¢ La Rosaleda en una piscina llena de tiburones en la que tendr¨¢ que hilar fino ante un rival que busca un triunfo sobre el que construir todo un proyecto, la piedra sobre la que se edifique un futuro que a veces, pasa con frecuencia, titubea.
Cuando pasen las horas, los dos equipos pensar¨¢n en qu¨¦ acertaron y d¨®nde se suicidaron. Los dos lo hicieron, lo uno y lo otro. Seguramente ni Real Madrid ni M¨¢laga est¨¦n del todo felices ni del todo infelices con el resultado. As¨ª es el deporte, as¨ª es el f¨²tbol y as¨ª es la Copa del Rey, un torneo ¨²nico y maravilloso cuando ofrece partidos as¨ª de descarnados y as¨ª de dislocados. Con detalles brillantes y errores estruendosos, con ¨¦pica y taquicardias, con las distancias acortadas y tambores retumbando mientras todos se ven obligados a elegir: ser cazador o presa, comensal o parte del men¨².
La sonrisa de Pellegrini
El primer tiempo del partido -a?o nuevo, vida nueva- rompi¨® cualquier gui¨®n previsto. El M¨¢laga, un equipo elegante pero titubeante en defensa y sin dinamita f¨ªsica, a priori un rival ideal para el Real Madrid, cape¨® los primeros minutos, control¨® el juego desde su trinchera defensiva, conserv¨® el bal¨®n hasta donde pudo y tuvo la efectividad de la que normalmente presume su rival: dos goles en dos c¨®rners, los dos p¨¦simamente defendidos por el Real Madrid, los dos bien rematados por Sergio S¨¢nchez y Demichelis.
El Real Madrid se qued¨® en un barullo poco edificante. Presion¨® mal y rob¨® muy atr¨¢s, se hizo horriblemente espeso en la elaboraci¨®n y busc¨® atajos que siempre pasaban por el bal¨®n largo y los movimientos individuales. S¨®lo Callej¨®n buscaba el espacio pero sus viajes al centro dejaban sin banda derecha a un equipo fiado a las acciones de un Cristiano que termin¨® desenfocado. Xabi entr¨® poco en juego, Kak¨¢ retrocedi¨® demasiados metros y Lass fue metralla sin control cerca del ¨¢rea de un M¨¢laga que resisti¨® impert¨¦rrito y que s¨®lo achic¨® agua con cara de susto en los ¨²ltimos minutos, un entrem¨¦s que anunciaba el segundo plato. Un aviso para navegantes.
Revoluci¨®n, pegada... y Benzema
El segundo tiempo fue un empacho, un tiovivo. El M¨¢laga tir¨® por tierra en dos minutos su excelente trabajo de m¨¢s de una hora. Entre el 68 y el 70, Khedira avanz¨® y marc¨® por coraje e Higua¨ªn aprovech¨® un regalo de Sergio S¨¢nchez, de h¨¦roe a villano (as¨ª fue el partido), que cre¨ªa ceder a Caballero cuando en realidad asist¨ªa al Pipa. Benzema marc¨® el tercero y pudo marcar el cuarto, Cristiano tuvo una tonelada de remates, todos al limbo, y el M¨¢laga dej¨® escapar un par de contras y acab¨® descosido y superado, rezando por mantener un 3-2 que un suspiro antes era un resultado horrible (as¨ª fue el partido).
La revoluci¨®n del campe¨®n de Copa, que pas¨® por un ¨®rdago serio, se puede analizar por atm¨®sfera o por peque?os detalles, por la ¨¦pica de las remontadas del Bernab¨¦u y los noventa minutos demasiado largos o por el cambio de Isco, un demonio que revent¨® el sistema defensivo del Real Madrid hasta que dej¨® el campo... instantes antes del 1-2 y despu¨¦s de que Van Nistelrooy se fuera entre la ovaci¨®n cerrada del Bernab¨¦u, a punto de perder la paciencia pero incapaz de perder la memoria con el que fue uno de los suyos.
Pero la remontada hay que analizarla sobre todo en clave de f¨²tbol: Mourinho, por lo dem¨¢s enredado en peleas f¨²tiles con Teixeira, interpret¨® el cogotazo del primer tiempo y movi¨® de un plumazo a Callej¨®n, Kak¨¢ y Arbeloa. Puso a Lass de lateral y a ?zil, Benzema y Khedira en el campo. Y el Real Madrid comenz¨® a carburar con m¨¢s Xabi, con las conducciones de ?zil, con movilidad y el campo ensanchado y con las dos bandas bien trabajadas. Percuti¨® a conciencia, a veces por juego y a veces por coraz¨®n. Pero lleg¨® y lleg¨®, un oleaje que finalmente resquebraj¨® el muro del M¨¢laga y que tuvo como centro neur¨¢lgico a Benzema, que estuvo en todos los ataques de su equipo, se asoci¨®, cay¨® a las bandas, jug¨® en la media punta, marc¨® el tercero y redefini¨® el juego de ataque del Real Madrid. Con ¨¦l, todos parecieron mejores quiz¨¢ con la excepci¨®n de un Cristiano enfrentado con los hados.
El Real Madrid estuvo a punto de quedar grogui y tambi¨¦n de dejar el pase casi sentenciado. El M¨¢laga pas¨® del para¨ªso a la lona y la eliminatoria s¨®lo ha vivido su primer cap¨ªtulo. As¨ª son los huesos de la Copa y eso es lo que hace grande al f¨²tbol: la tozudez del M¨¢laga por no ser una v¨ªctima propiciatoria, la del Real Madrid por defender la corona que le cost¨® sangre, sudor y l¨¢grimas. As¨ª son estos partidos, as¨ª es la Copa y ah¨ª queda un brindis para la vuelta: un marcador ajustado, un Real Madrid sobre aviso, un M¨¢laga en busca de un triunfo que lo cambie todo. Pellegrini, Van Nistelrooy, Cristiano, Cazorla, Mourinho... Morbo, emoci¨®n y f¨²tbol. Que nadie se lo pierda.