Homenaje al f¨²tbol

Athletic y Barcelona homenajearon al f¨²tbol en San Mam¨¦s, que disfrut¨® del mejor partido de la temporada. Un duelo bello, intenso, de una exigencia f¨ªsica enorme, disputado bajo una intensa lluvia que aument¨® la ¨¦pica de un encuentro brillant¨ªsimo por las dos partes y en el que ninguno de sus actores se dej¨® nada dentro, todos se vaciaron con generosa profesionalidad.

Quien quiera detenerse a analizar la partida de ajedrez que jugaron los dos t¨¦cnicos, Bielsa y Guardiola, podr¨¢ hacer un master. Los que opten por disfrutar con los movimientos t¨¢cticos de los futbolistas y sus habilidades t¨¦cnicas sobre un terreno que invitaba a nadar m¨¢s que a jugar al f¨²tbol no dejar¨¢n de asombrarse. Y los que decidan, simplemente, deleitarse con el espect¨¢culo que ofrecieron los dos equipos, saborearlo y disfrutar de ¨¦l, tardar¨¢n mucho tiempo en olvidarlo. El mejor reclamo, la publicidad m¨¢s eficaz para el f¨²tbol son partidos como ¨¦ste. Empataron como bien pudo ganar cualquiera de los dos. M¨¢s cerca de ese objetivo estuvo el Athletic, pero ni cuando todo parec¨ªa perdido se rindi¨® el Barcelona y es justo valorar ese car¨¢cter irreductible.

El Athletic sali¨® descarado, dispuesto a meter un ritmo alto al partido. El bal¨®n fue del Barcelona, porque la pelota siempre es del Bar?a, pero la actitud de los locales oblig¨® a los de Guardiola a mantener una concentraci¨®n m¨¢xima y a ejecutar sus acciones con m¨¢s rapidez todav¨ªa que de costumbre. La velocidad compromete la precisi¨®n de cualquiera. De cualquiera menos del Barcelona, que asume ese riesgo con naturalidad y ejecut¨® su juego de pases con la fiabilidad que acostumbra.

Para ello debi¨® adelantar l¨ªneas y sus centrocampistas, en especial Xavi e Iniesta, debieron abusar m¨¢s de lo habitual de la posesi¨®n continuada y del regate. Esta variante tambi¨¦n le funcion¨® al Bar?a, como le funcion¨® el intercambio constante de posiciones entre sus tres atacantes, Messi, Cesc y Adriano. El argentino parti¨® en teor¨ªa por la derecha, el internacional espa?ol por el centro y el brasile?o por la izquierda. Este dibujo s¨®lo se mantuvo en la pizarra. Tiraron diagonales, cambiaron sus puestos, uno aparec¨ªa donde se esperaba al otro hasta desconcertar a sus marcadores y abrir una autopista hacia el ¨¢rea que aprovecharon con inteligencia Xavi e Iniesta. Ellos dos, con su juego y sus movimientos sobre el campo, marcaron la diferencia entre los dos equipos.

El Athletic busc¨® el contragolpe como principal argumento ofensivo, pero el problema para llevarlo a la pr¨¢ctica es que el Barcelona debe perder primero la posesi¨®n, algo complicado. Adelant¨® sus l¨ªneas el Athletic, asumiendo un riesgo que a la mayor¨ªa de los rivales del Bar?a s¨®lo conduce al desastre. La presencia de Javi Mart¨ªnez en la defensa y no en el centro del campo facilit¨® la salida del bal¨®n, pero dej¨® al Athletic sin su mejor referencia en la media. Sali¨® perdiendo con ello el conjunto de Bielsa. Xavi e Iniesta se sintieron mucho m¨¢s c¨®modos sin tener cerca a Javi Mart¨ªnez. Tampoco le hizo bien al Athletic que Muniain se moviera por la derecha y no arrancara desde la izquierda.

Con los dos equipos muy adelantados y asumiendo riesgos, se desat¨® una bell¨ªsima batalla sobre el mojad¨ªsimo c¨¦sped de San Mam¨¦s. Una batalla intensa, f¨ªsica, t¨¢ctica y t¨¦cnica. Si Bielsa propon¨ªa un marcaje al hombre, los futbolistas del Barcelona hu¨ªan de ellos con asociaciones, paredes y triangulaciones con las que les escond¨ªan el bal¨®n y se escurr¨ªan ellos de sus marcadores. A la presi¨®n adelantada e intensa del Athletic respond¨ªa el Barcelona con otra m¨¢s adelantada e intensa todav¨ªa.

Y para el gol del Athletic r¨¢pidamente encontr¨® respuesta el Bar?a. Un resbal¨®n de Alves lo aprovech¨® Susaeta a los 19 minutos para progresar por la banda y enviar la pelota al borde del ¨¢rea, donde Ander Herrera disfrut¨® de una eternidad para acomodarse el bal¨®n y ponerlo lejos de las manos de Vald¨¦s.

Respondi¨® el Barcelona con una acci¨®n ensayada, pero Iraizoz evit¨® el gol de Alves. No pudo hacerlo mismo apenas cinco minutos despu¨¦s, cuando un magn¨ªfico centro de Abidal lo cabece¨® a gol de forma espl¨¦ndida Cesc F¨¤bregas, que gan¨® la espalda a un desubicado Amorebieta.

Igualados en lo t¨¢ctico y en el juego, el desarrollo del encuentro invitaba a que lo decidiera el f¨ªsico. Un peque?o detalle provocado por el agotamiento, por la genialidad o por la fortuna. O por una combinaci¨®n de esas tres variantes, como as¨ª ocurri¨® en los dos tantos que llegaron despu¨¦s. A diez minutos del final, un c¨®rner del Athletic no acert¨® a despejarlo bien Abidal y el bal¨®n, despu¨¦s de rebotar en Llorente, termin¨® siendo rematado de forma involuntaria por Piqu¨¦. Batido Vald¨¦s, el Barcelona se vio obligado a escalar una monta?a sin ox¨ªgeno y sin apenas tiempo para culminar su objetivo. Lo hizo sin Piqu¨¦, al que sustituy¨® Guardiola por Thiago nada m¨¢s encajar el gol, y sin Xavi y Adriano, sustituidos antes por Alexis y Villa.

A esas alturas faltaban fuerzas e ideas, pero la exigencia del encuentro no disminuy¨®. M¨¢s bien lo contrario, se reactiv¨® en esos diez ¨²ltimos minutos de locura en los que Iraizoz evit¨® el empate de Villa y Bielsa quiso dar aire a su equipo con tres cambios en apenas cinco minutos. I?igo P¨¦rez, Ibai G¨®mez y San Jos¨¦ sustituyeron a Susaeta, Muniain y Llorente, en los ¨²ltimos movimientos que se permiti¨® el t¨¦cnico argentino sobre una pizarra de la que se cay¨® Amorebieta, expulsado por dos amarillas.

Acariciaba el triunfo el Athletic y se resist¨ªa a rendirse el Barcelona, que encontr¨® un tesoro ya en el tiempo a?adido, cuando un error inexplicable entre Iraizoz y su defensa permiti¨® marcar a Messi.

El espect¨¢culo termin¨® ah¨ª. Lleg¨® entonces el momento de disfrutar de la obra de arte que nos regalaron Athletic y Barcelona.