El fil¨¢ntropo Kerimov es el 'jeque' del Anzhi ruso

Suleyman Abusaidovich Kerimov es tan temido en el f¨²tbol europeo como admirado en la rec¨®ndita regi¨®n rusa de Dagest¨¢n. Sus millones sirven para fichar a una estrella del rango de Etoo o para reconstruir una vieja escuela y equiparla con ordenadores de ¨²ltima generaci¨®n.

Kerimov es un empresario hecho a s¨ª mismo que aparece en el puesto 136 de la lista Forbes de hombres m¨¢s ricos del mundo. Presenta alguna similitud con otros millonarios rusos como Abramovich. Accionista de Gazprom, negocios con el gobierno estatal, diputado de la Duma y, finalmente, propietario de un club ruso de la Premier League, ¨²ltimo capricho de los billonarios rusos.

Kerimov comenz¨® a hacer fortuna creando una cartera de inversi¨®n. En 1993 fund¨® Fedprombank, entidad que aportaba financiaci¨®n a las industrias menos desarrolladas. No s¨®lo se convirti¨® en acreedor de grandes empresas privadas, tambi¨¦n financi¨® a instituciones p¨²blicas, triplicando su patrimonio en poco tiempo. Despu¨¦s acumul¨® un jugoso palmar¨¦s empresarial: Nafta Moskva, Gazprom, Sberbank, Polymetal, Polyus Gold, Uralkali... Minas de oro, petr¨®leo, la Bolsa de Londres, plata, bancos, fertilizantes pot¨¢sicos... El prinicipio del ¨¦xito de Kerimov es diversificar.

Casado, con tres hijos y deportista activo, a sus 45 a?os, el patrimonio del llamado Fil¨¢ntropo de Dagest¨¢n supera los 3.500 millones de d¨®lares. Kerimov, a quien apasiona la velocidad, estamp¨® un Ferarri Enzo de un amigo en Niza, y tard¨® varios meses en recuperarse. Entonces madur¨® la idea de comprar el Anzhi y cuando lo hizo, lo primero que orden¨® fue fichar a su jugador favorito: Roberto Carlos. Cinco millones de euros anuales convencieron al brasile?o, que el d¨ªa que cumpli¨® 38 a?os fue agasajado con una fiesta en la que Kerimov gast¨® tres millones para traer al rapero Flo Rida, el futbolista Kuranyi o la conocida (?) esp¨ªa rusa Anna Chapman.

Ahora Kerimov, cuya fundaci¨®n ha donado m¨¢s de 60 millones de euros, pretende rodear a Roberto Carlos de estrellas internacionales como Etoo, o cracks rusos como Zhirkov o Arshavin. Se lo prometi¨® a Roberto y dicen, quienes le conocen, que Kerimov siempre cumple su palabra.