BARCELONA 0 - REAL MADRID 1 | COPA DEL REY
El Madrid vuelve a reinar
Un gol de Cristiano acab車 con dieciocho a?os de abstinencia del Real Madrid en la Copa del Rey. Primer t赤tulo de Mourinho con el Madrid y primera final que pierde Guardiola.
Dieciocho a?os son demasiados para casi todo. En especial si uno se los pasa esperando. El Real Madrid ha acudido siempre a la cita, pero unas veces con desgana y las m芍s de ellas distra赤do, ocupado en otras cuestiones que entend赤a de mayor enjundia. Acumul車 decepciones y desenga?os que terminaron por convertir el sue?o de la Copa del Rey en la peor de las pesadillas que amarg車 al madridismo durante esas casi dos d谷cadas. Pero no conviene dudar de los grandes, y el Real Madrid es de los m芍s grandes. Ha vuelto a ganar en el mismo escenario donde conquist車 su 迆ltima Copa y lo ha hecho despu谷s de superar al considerado por todos como el mejor equipo del mundo, al Barcelona, lo que multiplica el valor de este trofeo. Y es que la Copa no es un trofeo menor, nunca mereci車 tal consideraci車n. S車lo lo ven as赤 quienes no lo ganan. Si la final de Copa es la fiesta del f迆tbol espa?ol, esta fiesta tiene ahora un rey indiscutible, el Real Madrid. No fue un partido brillante, como no suelen serlo las finales, pero s赤 intenso, nervioso, el谷ctrico. En juego estaba un t赤tulo y el orgullo de los dos mejores equipos del mundo.
Muchos querr芍n ver en este t赤tulo el fin que justifica todos los medios para conseguirlo, pero s車lo deber赤a verse como el primer impulso para que el Madrid siga creciendo. Deber赤a ser s車lo su primer paso de un camino de largo recorrido. Para la historia quedar芍 el gol de Cristiano y la imagen de Mourinho celebrando su primer t赤tulo como entrenador del Real Madrid. Es el momento de la celebraci車n, no de pasar factura. Aunque el t谷cnico no vino aqu赤 para hacer amigos, que cantar赤a Loquillo.
En la primera parte el partido lo gobern車 el Real Madrid, en lo t芍ctico y en lo an赤mico. Decidi車 d車nde y c車mo jugar hasta sacar de punto al Barcelona, al que se vio inc車modo y desconcertado como pocas veces. El 芍rbitro no se libr車 de la hipertensi車n con la que actu車 el Madrid, cuyos futbolistas acudieron en bloque a protestar cada falta se?alada por Undiano Mallenco, que fue a Valencia a dirigir un partido de f迆tbol y por momentos se vio en medio de una pelea de barrio. Imposible gobernar un encuentro as赤, con m芍s tensi車n que juego, con m芍s emoci車n que virtuosismo.
El Madrid alborot車 la final y cre車 un escenario en el que rein車 sin discusi車n mientras le aguant車 el f赤sico. Volvi車 a ceder el bal車n y la iniciativa al Barcelona, pero esta vez adelant車 la presi車n hasta el campo rival, lo que oblig車 a los defensas del Bar?a a iniciar el juego. Por primera vez en mucho tiempo se vio a los hombres de Guardiola quit芍ndose el bal車n de encima, golpe芍ndolo en vez de acariciarlo.
Este cambio en el Madrid no fue una cuesti車n de jugadores y s赤 de planteamiento t芍ctico. Se demostr車 que al Barcelona se le puede y se le debe defender m芍s arriba. Es ah赤 cuando sufre, cuando lo pasa mal para encontrar su camino. Xabi Alonso ocup車 el mediocentro con Khedira y Pepe por delante. Arriba, ?zil, Cristiano y Di Mar赤a. Un 4-3-3 que en defensa se convirti車 en un 4-5-1, con Cristiano como hombre m芍s adelantado.
Guardiola respondi車 situando a Mascherano como central junto a Piqu谷, lo que permiti車 a Busquets mantenerse en su h芍bitat natural, en el centro del campo junto a Iniesta y Xavi. Arriba, Villa, Messi y Pedro, un tridente que en el primer tiempo s車lo tuvo una punta, Messi.
El centro del campo del Madrid devor車 a todo el equipo del Barcelona, que se vio partido en dos, con sus delanteros totalmente desconectados del resto del equipo. La estrategia del Madrid oblig車 a Messi a caer hasta el centro del campo para intentar una heroica aventura en solitario. All赤 se encontr車 con un impenetrable bosque de rivales imposible de superar con 谷xito. Nadie m芍s activo que Pepe, que antes del descanso vio una amarilla que bien pudieron ser dos. Como se jug車 la expulsi車n de forma inexplicable Arbeloa, con un pisot車n a destiempo a Villa. No fue el encuentro m芍s centrado del casi siempre cabal Arbeloa, demasiado revolucionado.
La tensi車n, la emoci車n, el electrificado ambiente en el que se desarrollaba el choque se comi車 tambi谷n el f迆tbol. El nivel de juego de la primera parte fue mediocre y en ese erial futbol赤stico mereci車 salir triunfante el Madrid. Dispuso de cuatro claras ocasiones para ello y tres de ellas las malgast車 Cristiano el peor jugador del Madrid, un lastre para su equipo en demasiadas fases del encuentro. Tan desesperante fue la actitud de Cristiano que hasta su entrenador se lo reproch車 en p迆blico. Esta censura a lo que fue su rendimiento durante gran parte del choque no es incompatible con los bien merecidos elogios al magn赤fico gol que marc車 despu谷s. La cuarta y m芍s clara oportunidad del Madrid s車lo el poste impidi車 que terminara en gol. Fue un espectacular cabezazo de Pepe a pase de ?zil y que por la belleza pl芍stica del remate mereci車 ser gol.
El paso por los vestuarios trajo otro panorama, otro escenario m芍s del gusto del Barcelona. Iniesta abandon車 el costado en el que palideci車 en el primer tiempo y se asoci車 a Xavi en el centro. Con esta maniobra se activ車 谷l y activ車 a su equipo, que apenas necesit車 cinco minutos para generar m芍s f迆tbol que en toda la primera parte.
Desapareci車 la presi車n tan adelantada del Madrid, que se vio empujado unos metros hacia atr芍s. El bal車n continu車 siendo del Barcelona, pero esta vez lo manej車 en el campo del Madrid y trat車 de avanzar en vertical y no en horizontal, como antes. Apareci車 Alves, que dio una salida eterna al bal車n por la derecha, banda por la que comenz車 a caer Messi, que ya no jug車 s車lo por el centro. Los problemas se le acumularon al Madrid y las opciones de ataque se le multiplicaron al Bar?a. Pedro y Villa, decepcionantes en el primer tiempo, decidieron empezar a jugar la final.
El Madrid se qued車 sin aire, perdi車 el centro del campo y entreg車 el partido al Barcelona, que s車lo tuvo que tirar de manual de estilo para mandar. Desde el banquillo del Madrid no se aport車 ninguna alternativa, ninguna soluci車n para variar el mal rumbo que hab赤a tomado su equipo. La entrada de Adebayor por ?zil no mejor車 nada.
Las ocasiones comenzaron a acumul芍rsele al Barcelona y surgi車 la figura de Casillas para acabar con todas. Messi, Pedro e Iniesta fueron los damnificados. Antes, Undiano acert車 al anular un gol a Pedro por claro fuera de juego. Las actuaciones del portero del Madrid tuvieron una 迆nica pero valiosa respuesta en el del Barcelona. Pinto se luci車 a un tiro de Di Mar赤a cuando el 迆nico destino del partido parec赤a la pr車rroga.
En la pr車rroga el bal車n continu車 siendo del Barcelona, con el Madrid agazapado, administrando sus escasas fuerzas para intentar aprovechar sus ocasiones. Y le llegaron. Xabi Alonso encontr車 por primera vez a Cristiano y de esa asociaci車n en la que cada uno se pareci車 a s赤 mismo estuvo cerca de nacer un gol. El disparo del portugu谷s se perdi車 lejos de los guantes de Pinto y cerca del poste.
No fall車 en la siguiente. Una magn赤fica pared entre Marcelo y Di Mar赤a, que acumula m芍s kil車metros en sus piernas que un ciclista, la culmin車 Cristiano con un cabezazo de manual. Un gol que vale un t赤tulo. El Madrid vio reforzada su autoestima y el Barcelona se qued車 sin argumentos. Ni Afellay ni Keita, que termin車 como delantero centro junto a Piqu谷, mejoraron a Villa y Busquets. Hubo espacio para la 谷pica, como esa imagen de Pinto acudiendo a rematar.
Hac赤a ya demasiados minutos que la ansiedad era del Barcelona y el dominio de la situaci車n, como el t赤tulo, del Madrid, donde esta vez nadie se recordar芍 que termin車 con diez jugadores por la expulsi車n de Di Mar赤a. Son esas estad赤sticas que uno s車lo maneja cuando el viento sopla en contra y esta vez una agradable brisa acaricia el rostro ilusionado y sonriente de los madridistas.