champions league | inter 2 - schalke 04 5
El campe車n se rinde a Ra迆l
El delantero espa?ol marc車 uno de los cinco goles de un Schalke 04 valiente que deja contra las cuerdas a un Inter horrible en defensa que pas車 de tener todo de cara a acabar zarandeado.

La tentaci車n era titular que Ra迆l es infinito y el hecho es que detr芍s de una tonelada de filias y fobias, todo el mundo en un bando y los dos bandos en su trinchera, hay un futbolista de raza y coraz車n, un jugador integral del que es tan cierto que una vez fue m芍s r芍pido como que siempre fue igual de digno, de futbolista. En partidos como este recordamos, y comprendemos, que hubo un tiempo en el que Real Madrid era m芍s Real Madrid porque ten赤a en el campo a Ra迆l. El Schalke 04 no es el Real Madrid pero el Schalke 04 es m芍s Schalke 04 porque tiene a Ra迆l.
Y el Schalke 04, y me froto los ojos mientras escribo, tiene las semifinales de la Champions a tiro de todo lo que no sea un descalabro catastr車fico en su cubil de Gelsenkirchen, uno de los hogares m芍s calientes (y m芍s hermosos) de Europa. La combinaci車n de resultados que le sirve es estruendosa, cosas de ganar fuera, de ganar por tres y de ganar marcando cinco goles. Tiene al Inter, actual campe車n -hoy cuesta creerlo- contra las cuerdas, demolido y obligado a hacer lo que ni le gusta ni domina: atacar por su vida, jugar a la desesperada. El Inter ha sido desnudado por el Schalke, que le convirti車 en un don nadie, en un equipo m芍s y un equipo menos. Ra迆l le democratiz車 y le hizo uno m芍s de los 34 equipos a los que ha marcado en Champions League. Y que le echen un galgo. O un par de ellos.
Dicen que Dios castiga sin piedra ni palo pero no fue ese el caso del Inter. Ra迆l fue la piedra, Edu el palo y el Schalke 04 un yunque. La segunda parte fue una exhibici車n que comenz車 con 2-2 y dos ocasiones clamorosas de Milito y Etoo. Era un buen Inter, bien colocado y mejor en la presi車n y la distribuci車n, dispuesto a purgar sus errores en un primer tiempo en el que mand車 dos veces, la primera a los veinte segundos, y dos veces se dej車 empatar. Todo hasta que Ra迆l control車 un pase de Farf芍n, se revolvi車 y defini車 ante la pasividad de una defensa terrible, impropia del Inter e impropia del f迆tbol italiano, al que la estabilidad defensiva, al menos eso, se le supone. Al gol de Ra迆l le sigui車 un vals imperial del Schalke ante un Inter descorazonador que tir車 la eliminatoria y se qued車 sin respuestas ni fuerza. Sorprendido, asustado y con ganas de estar en cualquier otro lugar, el campe車n entreg車 m芍s de tres cuartos de su corona mientras el Schalke tocaba y tocaba, marcaba otros dos goles, remataba dos veces al palo y daba la sensaci車n de tener otra marcha a la que ni siquiera recurri車. Se mir車 al espejo, se gust車 y le hizo un saludo a Europa: de Cenicienta a rozar las semifinales. Muy alem芍n y muy de Ra迆l. Porque Ra迆l parece, con el 7 en la espalda y la bandera del Schalke empu?ada, tan alem芍n, hijo adoptivo de Renania y sus minas grises. All赤 todo cuesta sudor y all赤 lo que se suda es orgullo. No es casual: hogar de Ra迆l.
El Inter fue un drama d赤as despu谷s de llevarse un guantazo letal del Mil芍n en el Calcio. Acab車 con diez y sin nada bueno que decir, ninguna excusa tras su horrorosa segunda parte. Una pel赤cula de terror, casi una saga completa, para un equipo que se adelant車 a los veinte segundos con un golazo de Stankovic desde el centro del campo, tras despeje rocambolesco de Neuer, y que marc車 el segundo cuando no lo estaba mereciendo demasiado. El gol tempranero le invit車 al sesteo hasta el primer empate, el 2-1 tampoco le mejor車 ni le dio ambici車n. El Schalke siempre volvi車 al partido hasta que lo volte車 como un calcet赤n. Y si las virtudes de Milito o Etoo parecen intactas, poco bueno se puede decir de piezas estelares de la 迆ltima corona europea (Julio C谷sar, Maicon...) o del trabajo de un Leonardo que ha convertido al Inter en un desastre sin armaz車n ni rigor. Edu marc車 un gol tras su propio rechace entre dos defensas, Ranocchia marc車 en propia puerta, el Schalke lleg車 f芍cil primero y a placer al final.
As赤 que el Schalke, que tan poca cosa nos pareci車 cuando elimin車 al Valencia, se ha convertido en virtual semifinalista de la Champions League. Los pron車sticos a la basura y el campe車n a la lona con muy poca gloria y demasiado pronto. Gast車 su bala de plata en Munich y nada parece capaz de sacarle ahora del infierno. Y mientras Ra迆l y sus compa?eros del Schalke, la Cenicienta de las minas germanas, sonr赤en. Semifinales a la vista...