copa del rey | barcelona 5 - almer赤a 0
Autopista a la final
Un Almer赤a valiente de salida pag車 su fragilidad defensiva y se despidi車 de la eliminatoria en media hora. Despu谷s el Barcelona jug車 a placer. Marcaron Messi (2), Villa, Pedro y Keita.

El f迆tbol, con sus derivas y sus debates, convirti車 la excelencia en t谷rmino manido y en boca de todos. La excelencia es esto: la grandeza fotocopiada, la repetici車n de lo sublime, hacer casi siempre lo que la mayor赤a nunca alcanza a hacer. Es la tiran赤a que democratiza las victorias: el Barcelona zarandea por igual a equipos de toda categor赤a, condici車n y rango. Cambia el color de la camiseta y un pu?ado mutable de circunstancias. El gui車n, por lo dem芍s, sigue casi siempre una linealidad milim谷trica.
La Copa es especial y el Almer赤a era un inquilino de pleno derecho (todos sus partidos anteriores saldados con victoria) en unas semifinales que eran un sue?o que ribeteaba la recuperaci車n an赤mica y material del equipo andaluz tras la llegada de Oltra. La Copa es especial pero la realidad es tozuda y finalmente lo que se vio en el Camp Nou se explica de forma sencilla si se traspapelan los n迆meros de la Liga. Barcelona: l赤der, 55 puntos, 64 goles a favor y once en contra. Almer赤a: puesto de descenso, 17 puntos, 20 goles a favor y 34 en contra.
Y como el Barcelona fue el Barcelona, y ni siquiera necesit車 acaparar el bal車n para reventar el partido en los primeros minutos, Mejor hablar del Almer赤a. El Barcelona fue el Barcelona y el Almer赤a quiso ser el Almer赤a. Sali車 alegre y quiso llegar arriba pivotando en torno a la movilidad de Piatti y la velocidad de Goitom. Tuvo alguna ocasi車n y decoro con la pelota... y en el minuto 30 perd赤a 4-0. Pag車 su alegr赤a pero sobre todo su fragilidad defensiva. Esteban fall車 en los dos primeros goles (en diez minutos). Pero no fue un accidente sino un s赤ntoma porque para entonces Messi ya hab赤a perdonado a placer y la vanguardia azulgrana pisaba 芍rea suelta y en superioridad num谷rica. Desde la posici車n de Esteban ten赤a que dar pavor as赤 que el portero opt車 por hacerse invisible: el primer tiro entre palos de Messi le pas車 por encima y el primero de Villa por debajo.
Despu谷s el partido demostr車 que los temblores de Esteban eran agravante pero no explicaci車n. Primero porque en la segunda parte salv車 un par de goles cantados. Tambi谷n porque los otros tantos retrataron al resto del equipo. Messi repiti車 con perfecta definici車n en el 芍rea y Pedro remat車 de cabeza de forma impecable un bal車n templado por Xavi. Pedro o el jugador que hace ballet al sprint: lo hace todo a la velocidad de la luz, lo hace todo bien. Los goles eran el resultado aritm谷tico de las llegadas en oleada con Xavi e Iniesta gobernando el partido y jugando a sus anchas. Mbami pareci車 salir a perseguir a Iniesta pero le hizo fotos y casi todas desde lejos. Y as赤 un Almer赤a de mejor apariencia que el del 0-8 llevaba cuatro goles en contra en treinta minutos. Con una hora por delante: un tormento que se alarg車 hasta que el Barcelona, entre rondo y rondo, sell車 la manita con con un destello de genialidad de Messi que habilit車 a Keita: 5-0. Otro 5-0.
La superioridad fue tal y los goles madrugaron tanto que el resultado al final pareci車 incluso corto. Porque la segunda parte se jug車 con la tensi車n bajo m赤nimos y entre llegadas exquisitas de un Barcelona que pudo multiplicar la goleada sin forzar la m芍quina. Sonriendo y entre aplausos de la grada, encontr車 llegadas de todo tipo enviadas al limbo o resueltas contra el palo o Esteban. Excepto la de Keita. Desapareci車 la efectividad mortal del primer tiempo y desapareci車 el Almer赤a (pese a una llegada franca de Goitom) con la t芍ctica de ponerse de puntillas y hacer el menor ruido posible. No inquietar al Barcelona no vaya a ser que se enfade. Porque el Barcelona cuando se enfada no pega patadas: tira paredes y taconazos. Y mete goles. Bien lo sabe el Almer赤a (trece en dos partidos) y bien lo saben los rivales de un equipo que en esta temporada ya ha superado los cien. Esta vez fueron (s車lo) cinco. Y quien haya visto el partido lo entender芍: "s車lo" cinco.
La noche dej車 pocas conclusiones m芍s. Quiz芍 las mejores que Afellay demuestra aplicaci車n en la adquisici車n de los automatismos de un equipo que juega en coreograf赤a y sobre todo el asentamiento definitivo de Abidal como central. La temporada del franc谷s -lateral y central, central y lateral- es de matr赤cula de honor, ya nunca m芍s bajo sospecha.
Al Barcelona le bast車 media hora para dejar el partido cerrado y la eliminatoria inerte, bajo cero. Luego redonde車 la goleada entre la sensaci車n de que no ve赤a necesidad de hacer m芍s goles. Primero hizo cuatro y luego demostr車 al Almer赤a que el ritmo y el mando son suyos. Y eso casi vale tanto como otro pu?ado de dianas. F迆tbol es f迆tbol y la Copa es la Copa, pero el partido del Camp Nou pareci車 una autopista hacia la gran final. Pensar lo contrario es pensar en volteos c車smicos, mutaciones y milagros. Improbable, impensable, pr芍cticamente imposible.