La Mas¨ªa se venga del Rubin

En el m¨¢s intrascendente y sopor¨ªfero de los cuatro enfrentamientos el Barcelona se quit¨® por fin de encima al Rubin Kazan, que presum¨ªa de ser la kriptonita t¨¢rtara del equipo de Guardiola. Sin nada del romanticismo que inspiran las orillas del Volga, a golpe de f¨²tbol parido en las estepas y el fr¨ªo, el equipo ruso hab¨ªa congestionado tres veces en tres partidos al Barcelona. La mezcla indigesta de un sistema defensivo atroz, una dosis de suerte, un pu?ado de m¨¦ritos y algunos dem¨¦ritos en clave azulgrana y la estrella del tasbith (rosario musulm¨¢n) de Berdiyev. Dos empates, una victoria, la virtud (nada est¨¦tica o rom¨¢ntica pero innegable) de enviar el talento del rival a un agujero negro; Y a la cuarta, la derrota.

Y en esa derrota hay algo de justicia divina, de castigo sumar¨ªsimo para un equipo rob¨®tico que no ense?¨® nada nuevo ni mostr¨® ambici¨®n alguna en el d¨ªa en el que se jugaba sus opciones de segunda plaza. Y eso convierte lo rob¨®tico en mezquino. Quiz¨¢ porque su liga ha terminado y el pico de forma no es el ¨®ptimo. Quiz¨¢ porque lo fiaba todo al favor del Panathinaikos o a la acci¨®n aislada, la contra milagrosa y el tasbith de Berdiyev. La tercera plaza hace justicia a un equipo tan terriblemente trabajado como feo de ver, que pasa de lo estajanovista a lo pantagru¨¦lico en su concepci¨®n conservadora del juego. No es dif¨ªcil que quien haya seguido este grupo sienta una empat¨ªa mayor por el Copenhague, igual de honrado y laborioso pero mucho m¨¢s vivaz y generoso con sus armas de calibre limitado. Adi¨®s Rubin Kazan. Ahora le tocar¨¢ sudar tinta y hacer sudokus de infinita paciencia ofensiva al que tenga que eliminarle en la Europa League.

Lo ir¨®nico es que el Barcelona que por fin gan¨® al Rubin fue una versi¨®n B plagada de canteranos y meritorios. Un equipo que no se jugaba nada y que contribuy¨® con un ritmo mortecino y ninguna finura en zona de ataque a que la primera parte resultara un tr¨¢mite doloroso y destensado en el que lo m¨¢s llamativo fueron las lesiones de Bojan y Jeffren y la tarjeta amarilla que vio el guardameta Ryzhikov por perder tiempo. A los 23 minutos y cuando el Copenhague todav¨ªa empataba a cero: Rubin Kazan en estado puro. Una alineaci¨®n que podr¨ªa ser simple an¨¦cdota era en realidad una fiesta y un mensaje. La Mas¨ªa ha tocado techo (por ahora) al copar los finalistas del Bal¨®n de Oro. Sin ellos sali¨® un equipo tambi¨¦n plagado de canteranos. Un cap¨ªtulo m¨¢s de una filosof¨ªa que est¨¢ alcanzando su quintaesencia, un mensaje al mundo y a todos los j¨®venes: aqu¨ª tienen sitio. Una alegr¨ªa para la afici¨®n y un motivo, orgullo o curiosidad, para acudir al campo o ponerse delante de la televisi¨®n en un partido sin ning¨²n otro atractivo, venganza casi anecd¨®tica al margen.

Precisamente y de forma inevitable los goles fueron un canto a La Mas¨ªa. El primero abri¨® una segunda parte del Bar?a mucho m¨¢s potable por ritmo y verticalidad ante un rival entregado y sin inter¨¦s por morir matando o so?ar con c¨¢balas improbables. La heroica no forma parte del credo de un entrenador que vive de la constancia y la deconstrucci¨®n de los rivales. El primer gol lo marc¨® Font¨¢s con un remate afortunado (rechace en el brazo de un rival) tras buena jugada de Thiago. El segundo lo firm¨® V¨ªctor V¨¢zquez con una buena definici¨®n tras toque sutil de Adriano. Lo m¨¢s celebrado de un partido sin m¨¢s historia junto al calentamiento y posterior aparici¨®n de Messi, que sali¨® media hora para realizar un entrenamiento activo y dejar un par de slaloms marca de la casa. Gotas de magia Bar?a que no abundaron porque en el banquillo estaba Iniesta y en la grada Pedro, Villa, Alves o Xavi.

En una probatura o un gui?o a los tiempos del Dream Team, Guardiola plante¨® un 3-4-3 con Busquets de libre. La cosa carbur¨® a medias por falta de tensi¨®n y de colmillos a partir de la zona de tres cuartos y termin¨® cuando las lesiones obligaron al redise?o hacia un dibujo m¨¢s habitual. De los j¨®venes, y en un partido no demasiado id¨®neo para sacar conclusiones, lo mejor fue el aspecto de central made in Bar?a de Font¨¢s, los detalles de discontinua calidad de Thiago o el descaro de V¨ªctor V¨¢zquez. Jonathan, mareado por los cambios de posici¨®n, ense?¨® menos.

El segundo tiempo puso un poco de maquillaje a un partido intrascendente que da al Barcelona de Guardiola su m¨¢ximo en liguilla: 14 puntos. Tres a?os de Pep y tres lideratos de grupo. Objetivo alcanzado hace dos semanas y casi innegociable a la vista de la poca relevancia de los rivales. Con todo conseguido y casi todas las figuras descansando, quedaba una venganza con min¨²sculas y una ocasi¨®n para que La Mas¨ªa presumiera en Europa y ense?ara que hay mucho detr¨¢s de Xavi, Iniesta o Messi. Todo eso se consigui¨® en un partido m¨¢s o un partido menos con la vista puesta en el bombo del d¨ªa 17 y en las batallas de verdad que traer¨¢n los cruces, el aroma a Copa de Europa de verdad. Una pelea por la gloria que desde luego ni alcanz¨® ni mereci¨® el Rubin Kazan, al que no le bast¨® esta vez el tasbith de Berdiyev.