Copa del Rey | Racing 3 - C¨®rdoba 1
El ¨¢rbitro evita la remontada
El Racing cae con un penalti en el 119' tras superar el 2-0 de la ida. Los goles de Bolado, Kennedy y Bedia no sirvieron. Luque clasific¨® al C¨®rdoba
En un solo minuto, Racing y C¨®rdoba mutaron sus estados de ¨¢nimo de forma espectacular e inesperada. El local pas¨® de la euforia por ser digno acreedor a la remontada, tras 118 minutos de lucha encarnizada, a vivir una aut¨¦ntica pesadilla. Justo la que hab¨ªa soportado su rival hasta ese momento por su empe?o en defender y su narcolepsia para atacar. Un penalti que no pareci¨® se?alado a Christian, por manos, decidi¨® todo. La acci¨®n dio al traste con el esfuerzo del Racing y premi¨® sin merecerlo al equipo de Lucas Alcaraz cuando nadie apostaba ya por ¨¦l. Por eso la Copa es tan especial y, por eso mismo, no se entiende c¨®mo tanta gente la desprecia.
Antes de la acci¨®n decisiva ejecutada con maestr¨ªa por Luque, el partido hab¨ªa sido un mon¨®logo del Racing, que mand¨® en el encuentro por necesidad aunque sin criterio. Y todo porque sigue enredado en el mismo error de anta?o. Tiene mediocentros que corren, empujan, se manchan y arengan. Sin embargo, sobra con que esas funciones las haga uno. Dos, empalagan. El equipo se siente c¨®modo cuando toca defender y contraatacar, y queda en evidencia en el momento en el que se le exige pensar. Como anoche. Adem¨¢s, de nuevo la relaci¨®n medio-delantera no es la m¨¢s ideal. Juegue quien juegue. Asociarse con Rosenberg no es f¨¢cil. E igual la culpa la tiene ¨¦l.
A pesar de esta falta de continuidad en el juego, el Racing se adelant¨® primero con un tanto repleto de garra y rebotes de Bolado, que finaliz¨® su obra con un punterazo made in f¨²tbol-sala. La acci¨®n se desarroll¨® con Garrido tendido en el suelo tras un duro encontronazo previo con Munitis, as¨ª que la pol¨¦mica no fue algo postrero y derivado del 3-1, sino la t¨®nica predominante durante todo el encuentro. La lluvia y el barro fueron el decorado perfecto para un repertorio de entradas, codazos y t¨¢nganas que si no dej¨® a ning¨²n equipo con alguna pieza menos fue porque el colegiado es de todo menos bueno.
?Encarrilado?
Tras ese primer tanto, pareci¨® que todo ser¨ªa cuesti¨®n de tiempo en favor del Racing. Error que llev¨® a sus jugadores a relajarse, a regodearse en su superioridad manifiesta y a confiar que su adversario se desplomar¨ªa. Cost¨® demasiado igualar la eliminatoria. Al C¨®rdoba no le sobran los gal¨¢cticos pero est¨¢ repleto de soldados. De ah¨ª que cada golpe recibido le hacia levantarse con m¨¢s coraje. A su entrenador el primero, que pudo tirar la toalla en muchos momentos para pensar en la Liga, su pan de cada d¨ªa, y, por contra, se mordi¨® el labio, tir¨® sus muletas pidiendo m¨¢s casta y anim¨® a sus jugadores hasta exprimirles la ¨²ltima gota de amor propio.
Esa tenacidad oblig¨® al Racing a remangarse. Tanto que la igualada apareci¨® de una forma poco ortodoxa. Empujada por el viento. Kennedy, en una acci¨®n que luego calcar¨ªa Edu Bedia a bal¨®n parado (centro c¨¢ntabro y pasividad andaluza), parec¨ªa encarrilar el pase merced a la ineficacia del C¨®rdoba para despejar lo despejable.
Al tramo crucial se lleg¨® con Ponce cortando atr¨¢s como un kaiser, con Munitis in crescendo con el paso del tiempo y con Agus y Richy achicando como posesos. El ganador virtual arrasaba en las apuestas. Por eso no hay a esta hora ning¨²n rico. Sin embargo, algo ol¨ªa mal. Y no eran las protestas contra Portugal. El Racing comenz¨® a heredar esa sensaci¨®n de v¨¦rtigo que patent¨® el Atleti. "?No nos marcar¨¢n?", se rumoreaba. As¨ª, se vio amenazado en la pr¨®rroga cuando los calambres atenazaban y el C¨®rdoba estrell¨® dos balones en el larguero en una jugada. El equipo c¨¢ntabro lo pod¨ªa haber entendido como un aviso y se lo tom¨® como una an¨¦cdota. Una vez que cay¨® el 3-0, qui¨¦n iba a pensar en una eliminaci¨®n. Un pesimista incurable, un creyente cordob¨¦s o un irreconciliable vecino del Racing. Un vasco, vamos. Tanto como lo es el propio Delgado Ferreiro.