Atl¨¦tico de Madrid | Objetivo indiscreto
Ag¨¹ero record¨® viejos tiempos desde la banda
El Kun vio a los alevines despu¨¦s del entrenamiento.
El compromiso con un club no se mide por la intensidad de los besos al escudo. Ni por las declaraciones apasionadas. La identificaci¨®n con una camiseta y lo que representa se demuestra interes¨¢ndose por el pasado e implic¨¢ndose con el futuro. Desde esa perspectiva, la presencia de Ag¨¹ero en el derbi de alevines es cualquier cosa menos una an¨¦cdota.
Poco despu¨¦s del entrenamiento del primer equipo, el Kun hizo un hueco en su agenda para ver a los chavales, y les pido que no tomen lo de la agenda como una exageraci¨®n literaria. Los futbolistas son personas ocupad¨ªsimas que siempre est¨¢n llegando tarde a alg¨²n lugar, ya sea a una recepci¨®n municipal, al anuncio de unas botas interplanetarias o al mullido sof¨¢ de su casa. Y no hay momento de m¨¢s prisas que la salida del vestuario, cuando toca zafarse de los pedig¨¹e?os insaciables (periodistas, aficionados, vendedores), cuando el hambre aprieta y la familia espera.
Pues fue entonces cuando Ag¨¹ero detuvo su reloj. En compa?¨ªa de Emilio ?lvarez, preparador de porteros, el crack se ubic¨® en una banda, detr¨¢s de una valla, con la sana intenci¨®n de ver sin ser visto. Si estaba al tanto del partido o se interes¨® de pronto, poco importa. Lo esencial es que se encontraba all¨ª. Y adivino por la sonrisa que recoge el objetivo que aquellos chavales le recordaban a ¨¦l mismo, aquel ni?o que ingres¨® en Independiente a los nueve a?os.
Los m¨¢s mal¨¦volos sugerir¨¢n que Ag¨¹ero estudiaba ayer, viendo el triunfo de los alevines, la forma de ganar al Madrid; los m¨¢s perspicaces dir¨¢n que sus ojos no eran de ni?o, sino de padre, progenitor del peque?o Benjam¨ªn Ag¨¹ero Maradona, beb¨¦ predestinado. Sigue sin importar. Lo fundamental es el compromiso, el respeto al pasado y la visi¨®n de futuro.