Sergio deja tocado a Lillo

El Levante no ha venido a Primera a dejarse morir. Por historia, por entrenador, por equipo. Promete lucha y empieza a ajustar sus mecanismos despu¨¦s de tres partidos perdiendo y diez goles encajados. Porque es un equipo nuevo pero no novato. Lo encarna a la perfecci¨®n Sergio, que empieza a despedirse de la ¨¦lite dejando partidos como el de anoche. Mand¨® en el c¨¦sped, como en sus mejores d¨ªas con el Depor, y se sac¨® un gol marca de la casa. Fuera del ¨¢rea, con precisi¨®n ante la parsimonia rojiblanca. Rescata al Levante del farolillo. En la cola deja al Almer¨ªa de Lillo, que en cuatro a?os en Primera jam¨¢s hab¨ªa estado en descenso. Comparte ¨²ltimo puesto con el Zaragoza.

Los almerienses son un quiero y no puedo. Lillo ha utilizado cuatro sistemas en cuatro jornadas y no juega a nada. Alfonso Garc¨ªa lo dej¨® claro anoche tras la derrota: "No me gusta c¨®mo juega y c¨®mo entrena el equipo". Siente la presi¨®n el t¨¦cnico tolosarra. Todo lo contrario que Luis Garc¨ªa, que supo leer el choque y sacar partido del gol. Con mucho m¨¢s oficio, sin encajar goles, quit¨¢ndose complejos.

Empez¨® dando a Manolo Reina los guantes de Mun¨²a. De diez goles encajados a cero en poco m¨¢s de 90 minutos. Lo hizo con oficio, jugando bien la primera mitad y llevando el duelo al ritmo que m¨¢s le conven¨ªa. En la segunda, repliegue y a minimizar riesgos. El Almer¨ªa apenas intent¨® inquietar con tiros lejanos y alg¨²n arre¨®n de Piatti.

Ineficacia.

A los rojiblancos les falta identidad pero, sobre todo, alma. Porque si Lillo es culpable, tambi¨¦n su acomodada plantilla colabora en cada patinazo. Ayer m¨¢s que nunca, siendo testigos del gol de Sergio. Rub¨¦n entreg¨® un bal¨®n en el pico del ¨¢rea al catal¨¢n, que ajust¨® el tiro a la izquierda de Diego Alves, demasiado tapado como para poder intervenir.

El signo de este tipo de partidos lo marcan los detalles. Como el primer bal¨®n que se le escap¨® a Manolo y que Piatti casi transforma en gol, con la misma fe que casi marca adelant¨¢ndose a Nano tras un centro de Crusat. O como la parada espectacular de Diego Alves a tiro de Xavi Torres. O el cabezazo que Valdo se neg¨® a marcar...

No hubo mucho m¨¢s. Bal¨®n para el Almer¨ªa y acumulaci¨®n de jugadores del Levante. Posesi¨®n de mentira para un juego inocuo. Ulloa y Kalu Uche dieron algo de pasi¨®n al equipo, pero hab¨ªa en el ambiente una sensaci¨®n de que el Levante sab¨ªa c¨®mo manejarse. Explosiones controladas.

Y Alfonso Garc¨ªa ha reventado. Descree de Lillo y lo dice abiertamente. Nunca vio a su equipo ah¨ª abajo y sin saber ganar. Esa lecci¨®n ya la ha aprendido el Levante, que ha logrado en una noche lo que el Almer¨ªa no ha sabido hacer en cuatro.